Ignacio Chávez Sánchez, 1897 -1979

Por el Lic. Javier Arias, el Mtro. Josep Francesc Sanmartín Cava y el dedicado trabajo realizado por los Servicios Bibliotecarios del Centro de Estudios Filosóficos, Políticos y Sociales Vicente Lombardo Toledano.

Ignacio Chávez Sánchez nació el 31 de enero de 1897, en Zirándaro (México), y falleció 13 de julio de 1979, en la Ciudad de México. Fue un eminente docente y cardiólogo, que llegó a ser considerado como el padre de la cardiología mexicana. Inició sus estudios de bachillerato en la preparatoria de Medicina del Colegio de San Nicolás Obispo de la ciudad de Morelia, Michoacán, en 1917. Se tituló como médico cirujano en la Universidad Nacional de México en 1920 y se especializó en cardiología en París de 1925 a 1927. También estudió en diversas clínicas de ciudades europeas como Berlín, Bruselas, Praga, Roma y Viena. Ejerció como rector en la Universidad Nicolaíta de Morelia y como rector en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), universidades en las que también impartió docencia. También fundó y dirigió la primera área de cardiología del Hospital General de México, fundó la Sociedad Mexicana de Cardiología y el Instituto Nacional de Cardiología. Fue vicepresidente y presidente de la Sociedad Interamericana de Cardiología durante dos periodos distintos, fue miembro del comité de asesoramiento de la Organización Mundial de la Salud y del comité de asesoramiento de la Organización de los Estados Americanos, además de miembro de diversas sociedades de cardiología de América y Europa. Recibió en México el Premio de la Ciencia “Manuel Ávila Camacho”, la Medalla General Morelos otorgada en el estado de Michoacán, el Premio Nacional de Ciencias y Artes, la Medalla “Belisario Domínguez” del Senado de la República Mexicana, entre otras muchas distinciones. Por último, destaca el hecho de que Ignacio Chávez Sánchez recibió el Doctor Honoris Causa en 95 universidades del mundo.

Recordamos al destacado cardiólogo mexicano, mediante una dedicatoria rubricada en honor a su amigo y compañero el Mtro. Vicente Lombardo Toledano.

CHÁVEZ Sánchez, Ignacio. México en la cultura médica. México: El Colegio Nacional, 1947.

Al Lic. don Vicente Lombardo Toledano, con la mejor estimación de, firma del autor Ignacio Chávez Sánchez 26.IV/47 (1947)

Publicaciones destacadas

  • Lecciones de cardiología clínica (1931).
  • Enfermedades del corazón, cirugía y embarazo (1945).
  • México en la cultura médica (1947).
  • Diego Rivera, sus frescos en el Instituto Nacional de Cardiología (1946).

Oscar Castañeda Batres, 1925 -1994

Por el Lic. Javier Arias, el Mtro. Josep Francesc Sanmartín Cava y el dedicado trabajo realizado por los Servicios Bibliotecarios del Centro de Estudios Filosóficos, Políticos y Sociales Vicente Lombardo Toledano.

Oscar Castañeda Batres nació el 15 de agosto de 1925 en Santa Rosa de Copán (República de Honduras), y falleció el 27 de enero de 1994 en la Ciudad de México. Heredó de su padre Gustavo Castañeda Suazo el gusto por la literatura y la historia, algo que compaginó con sus labores como abogado y ensayista. A Castañeda se debe uno de los mejores ensayos sobre la poesía hondureña: Panorama de la poesía hondureña (1960), que ya publicó tras viajar a México, donde vivió hasta su muerte. Como académico se especializó en la historia de México, y fue miembro de la “Generación del 35” o “Generación de la dictadura”, que él mismo denominó por haberse gestado en tiempos del dictador Tiburcio Carias Andino. También fue miembro de la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística y colaboró para la revista Cuadernos Americanos, publicada por el Instituto de Investigaciones Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Recordamos a Oscar Castañeda Batres con dos de las dedicatorias rubricadas en honor a su amigo y compañero Vicente Lombardo Toledano.

CASTAÑEDA Batres, Oscar. La convención de Londres: 31 de octubre de 1861. México: Publicaciones Especiales del Primer Congreso Nacional de Historia para el Estudio de la Guerra de Intervención, 1862.
CASTAÑEDA Batres, Oscar. La convención de Londres: 31 de octubre de 1861. México: Publicaciones Especiales del Primer Congreso Nacional de Historia para el Estudio de la Guerra de Intervención, 1862.

Al maestro, Lic. Vicente Lombardo Toledano, con el respeto y admiración.  Julio 1°, 1963.

CASTAÑEDA Batres, Oscar. Leyes de Reforma y etapas de la Reforma en México. México: Boletín Bibliográfico de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, 1960.
CASTAÑEDA Batres, Oscar. Leyes de Reforma y etapas de la Reforma en México. México: Boletín Bibliográfico de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, 1960.

Para el Sr. Dr. Vicente lombardo Toledano. Con el saludo respetuoso y cordial. 30 – XI – 60 (1960).

Poesía

  • ”La estrella vulnerada” (1956).
  • ”Digo el amor” (1959).
  • ”Madre Honduras” (1961).

Ensayo

  • ”Los nombres de Honduras” (1959).
  • ”Panorama de la poesía hondureña” (1960).

Las constituciones de México y nuestra historia.

Las constituciones de México y nuestra historia.[1]

Cuauhtémoc Amezcua Dromundo.

Las constituciones de México están en la controversia pública, en particular la de 1917. Cumple 100 años y, como es usual, la efeméride propicia las reflexiones y debates sobre el tema. Se reabre la discusión respecto a las características y alcances de la Carta de Querétaro. Se opina sobre las muchas modificaciones que ha recibido. También, respecto a si mantiene su pertinencia en la realidad de hoy o si hay necesidad de sustituirla por otra; y, si así fuera, cuál debiera ser el contenido de la nueva y cuál el procedimiento para generarla. Incluso se reabre un viejo debate sobre el modelo constitucional clásico y el que se siguió, distinto, en el caso de nuestra constitución. Estimo oportuno aportar algunas reflexiones al respecto.

Las constituciones y la historia de las sociedades.

Vicente Lombardo Toledano, autor de valiosas tesis sobre las constituciones de México.

No existe un texto constitucional ideal para todas las sociedades ni para todos los tiempos. Lo que existe es una interacción entre la vida económica, política y social de los pueblos y la superestructura jurídica que adoptan.

Por eso, cada sociedad establece las normas de su convivencia en cada etapa de su desarrollo; normas que reflejan el modo de producción imperante y la correlación que existe entre las distintas clases sociales, entre otras cosas.

El modelo constitucional liberal o clásico.

Los criterios del constitucionalismo que brotó del pensamiento liberal establecen que la ley suprema se debe limitar a la organización del cuerpo político de la nación, fijando los derechos de las personas, los del Estado, las relaciones entre ambos y la forma de gobierno, nada más. Y que cualquier otro agregado las envicia.

El modelo constitucional clásico y el capitalismo de libre empresa.

El modelo constitucional clásico emergió en las naciones que se beneficiaron del fenómeno económico denominado “acumulación originaria” y que, por esa misma causa, entre otras, también vivieron la revolución industrial de manera temprana. Adoptaron un modelo constitucional que respondió a la concepción filosófica y política de la nueva clase social que emergió victoriosa de la lucha contra la clase dominante en el viejo modo de producción feudal. La clase social de los artesanos y comerciantes, que se habían separado de los feudos y había ido construyendo ciudades o burgos, y que por lo mismo fue llamada burguesía. Era la clase social revolucionaria de la época, y su pensamiento filosófico, político y social era el más avanzado. El capitalismo que surgía y que esa clase social propugnaba fue el llamado capitalismo de libre concurrencia o libre empresa.

Las constituciones liberales y la filosofía política y social de la burguesía en su época revolucionaria.

Las constituciones de esa época procuraron plasmar los ideales filosóficos de la clase burguesa en su época revolucionaria: la libertad de pensamiento, de expresión, de reunión y de asociación, que no existieron en el modo feudal de producción.

Las constituciones y el pensamiento económico de la clase burguesa en su época ascendente.

En lo económico, la burguesía como clase social ascendente aspiraba establecer el principio de la propiedad privada como medular entre los derechos del individuo y poner las bases para la integración de los grandes mercados nacionales de capitales, de mercancías y de mano de obra, que impidieran cualquier obstrucción a la libre concurrencia y que protegieran la citada propiedad privada. Con este contenido, las constituciones, a la vez que satisfacían las aspiraciones de la clase social emergente, creaban las condiciones jurídicas para el ulterior desarrollo económico y social. La organización del Estado se diseñaba con esos mismos propósitos.

La Constitución de 1917 tomó distancia de este modelo.

Las constituciones de México se han distinguido de los modelos clásicos, tanto en la forma como en el contenido.

Las constituciones de México se han distinguido de los modelos clásicos, tanto en la forma como en el contenido. Así ha sido a lo largo de la historia, pero el caso más notable fue el de la Carta de 1917. En efecto, la hoy centenaria Constitución de 1917, incorporó a su texto tesis de carácter social y económico, como la relativa al dominio de la nación sobre las riquezas de su territorio, la de la reforma agraria y la de los derechos de la clase obrera. Y ¡qué bien que las incorporó!, aunque por eso fue duramente criticada por los constitucionalistas liberales, que quisieron denostarla llamándola el “almodrote de Querétaro”.

El trasfondo clasista de los críticos del modelo constitucional mexicano.

Sin embargo, no fue su forma lo que en realidad preocupó a sus censores, que en el fondo no respondían a posiciones neutrales desde el punto de vista de la lucha social.

Los autores de tales críticas, en los hechos, actuaban como voceros de una clase social, la misma que a causa de la Revolución de 1910 y su fruto jurídico perdió su condición de clase dominante. A esa clase social y a sus portavoces, lo que les contrarió de manera profunda, fueron las innovaciones plasmadas en la Constitución, porque respondieron a los anhelos de las clases populares. De ahí su gran disgusto.

¿Por qué, la heterodoxia constitucional de México?

Pero hay que aclarar que nuestra heterodoxia constitucional no fue producto de la improvisación ni del capricho de quienes formularon la Carta de 1917. Ésta fue el fruto de los anhelos y la voluntad del pueblo plasmados en mandatos jurídicos. De hecho, la de 1917 no fue el único caso de una constitución nuestra que incumplió el modelo clásico. Tuvo antecedentes:

Las constituciones de México y nuestra historia.

Plasmar los anhelos del pueblo en mandatos jurídicos.

Como lo valora Vicente Lombardo Toledano, la constitución de 1814 apenas fue el primer intento de organizar a la nación, cuyo pueblo luchaba con las armas exigiendo el reconocimiento de su soberanía, con ideas y propósitos opuestos a los de la etapa colonial. La de 1824 recogió demandas populares para constituir una nación independiente. La de 1857, a la que luego se incorporarían las Leyes de Reforma, fue el resultado de la Revolución que llevó al triunfo el programa del partido liberal. Y precisamente con las Leyes de Reforma tomó un carácter sumamente avanzado. De un modo u otro, estas constituciones empezaron a salirse del modelo clásico.

Pero la de 1917 coronó la victoria de las masas rurales y urbanas y de la pequeña burguesía intelectual sobre el régimen semifeudal y esclavista, entregado al capital extranjero, que presidió Porfirio Díaz. A eso se debe su contenido novedoso, que responde a demandas específicas de las diversas clases y sectores sociales que participaron en la lucha desde los puntos de vista ideológico como armado.

Fue de esta manera como surgió un modelo distinto de leyes fundamentales, que quizá pudiera llamarse: modelo constitucional mexicano. Resultó de un proceso histórico diferente al que siguieron las democracias burguesas típicas. Un modelo que incorpora al mandato supremo los derechos sociales del pueblo, de un pueblo que los conquistó con la lucha armada.

En 1910, las burguesías, otrora revolucionarias, ya no lo eran.

Cuando estalló la Revolución Mexicana de 1910, ya no existían las burguesías revolucionarias en el mundo.

El modo de producción capitalista está regido por leyes económicas y sociales. Una de ellas es la de la concentración del capital. Producto de esta ley económica, el capitalismo de libre empresa poco a poco fue desapareciendo, dando paso a la formación de monopolios, cada vez de mayor magnitud. Con éstos, se abrió paso una nueva fase del capitalismo, el capitalismo imperialista o, simplemente, imperialismo.

Durante ese proceso de transformación del capitalismo, incontables empresarios quebraron y dejaron de serlo. Sobrevivieron, los que amasaron grandes capitales y devinieron en monopolistas. Como es natural, los monopolistas no aspiran a la libre concurrencia, sino que imponen su voluntad por la fuerza de su capital y pretenden acapararlo todo y controlarlo todo. Las burguesías revolucionarias de antaño fueron sustituidas por burguesías monopolistas o imperialistas, enemigas y explotadoras inmisericordes de los pueblos.

Con el imperialismo, el mundo capitalista tuvo dos componentes distintos.

Desde que el capitalismo de libre empresa transmutó a imperialismo, el sistema capitalista mundial pasó a tener dos componentes: dominantes y dominados. Países imperialistas y países subordinados. Los de América Latina, Asia y África quedaron en el conjunto de los dependientes. América del norte y Europa occidental, en los saqueadores de los pueblos.

Porque, como vimos, las sociedades que pasaron del modo feudal al capitalista tempranamente, al caducar dentro de ellas el capitalismo de libre empresa, se abalanzaron sobre los pueblos que habían sido sus colonias y que por esa causa quedaron impedidas de participar en el festín del desarrollo capitalista. Al arribar con sus inversiones, tomaron el control monopólico de sus economías e hicieron imposible la aparición, dentro de estos pueblos, de un capitalismo como el que ellos habían tenido de tiempo atrás, antes de tornarse imperialistas. Al tomar el control monopólico de sus economías obstaculizaron el desarrollo de las fuerzas productivas de los países penetrados, condenándolas al capitalismo dependiente, del que sólo pueden salir aquéllos pueblos que logren liberarse del imperialismo.

1910, la Revolución Mexicana, antifeudal y antimperialista.

La Revolución Mexicana de 1910 fue una revolución antifeudal y antimperialista, como la definió Vicente Lombardo Toledano.

La Revolución Mexicana de 1910 fue una revolución antifeudal y antimperialista, como la definió Vicente Lombardo Toledano. Fue antifeudal, en el sentido de que la mayor parte de la tierra de nuestro territorio nacional estaba concentrada en pocas manos. Los enormes latifundios, propiedad de un puñado de terratenientes, son una forma de propiedad muy escasamente productiva. Al mismo tiempo que condena a la penuria extrema a los pobladores del campo, que viven como peones de las haciendas o como aparceros. De ahí la necesidad de la reforma agraria, que reparta los latifundios y los vuelva productivos, y que, a la vez, permita a los campesinos disfrutar de mejores condiciones de vida. Sin la reforma agraria jamás podría crearse un mercado nacional; sin un mercado nacional jamás podría desarrollarse la industria, y sin industrialización jamás pueblo alguno podrá alcanzar niveles de vida decorosos. Pero fue antimperialista, la primera de ese carácter en el mundo, por cierto, porque nuestro país había sido penetrado por el capital extranjero desde la séptima década del siglo XIX, en los inicios de la etapa del imperialismo. Y sin liberarse del imperialismo, ningún pueblo puede desarrollar sus fuerzas productivas, por lo que queda condenado a la miseria eterna.

La Constitución de 1917, la más avanzada en su momento.

El análisis de su contenido deja en claro que se trató del estatuto más avanzado del mundo, cuando se promulgó, el 5 de febrero de 1917, además de haber inaugurado un nuevo modelo constitucional.

El modelo constitucional liberal o clásico no podría responder a los anhelos y aspiraciones de un pueblo que hizo una revolución como la de 1910. No podría satisfacer las necesidades del conjunto de clases y sectores sociales emergentes, ni podría crear las bases para el desarrollo económico y social.

Habiendo surgido de la Revolución Mexicana de 1910, tenía que ser, como ésta, un estatuto jurídico de carácter antifeudal y antimperialista, como en efecto, lo fue. Tenía que incorporar las banderas de lucha de los campesinos y los obreros, al lado de las de otros sectores que hicieron la revolución, y que formaron parte de los documentos que lanzaron cuando estuvieron en la lucha armada, de sus proclamas, de sus pronunciamientos, de sus planes y manifiestos, como en efecto, lo hizo. El análisis de su contenido deja en claro que se trató del estatuto más avanzado del mundo, cuando se promulgó, el 5 de febrero de 1917, además de haber inaugurado un nuevo modelo constitucional.

 

[1] En el marco del Centenario de la Constitución de 1917, durante los últimos meses he sido invitado a dictar varias conferencias que giran en torno a ese tema en diversas universidades y otros recintos académicos y sociales del país. Este texto y otros posteriores ofrecen una síntesis de dichas exposiciones.

Juan Antonio Corretjer Montes, 1908 – 1985

Juan Antonio Corretjer Montes, fue un destacado intelectual puertorriqueño nacido el 3 de marzo de 1908, en la ciudad de Ciales. Su infancia se desarrolló en un entorno literario y revolucionario, lo que determinó su vida y profesión. Entre los familiares y los intelectuales más próximos a Corretjer destacaron: José Martí, Juan Ríus Rivera, Máximo Gómez, Antonio Maceo, su abuelo Juan Montes Núñez y su tío Ramón Montes.

Ya siendo un estudiante de la escuela elemental, Juan Antonio Corretjer fue expulsado del sistema escolar del municipio de Ciales por organizar una protesta estudiantil, así que tuvo que terminar sus estudios en la población de Vega Baja. Eso no le impediría convertirse en un destacado escritor, poeta, periodista y político. De hecho, el primer poema que dio inicio a su carrera literaria, Canto a Ciales, lo escribió a la edad de 12 años. Y la edad de 16 años, cuando por fin pudo volver a Ciales, ingresó en la Juventud Nacionalista, antes llamada Sociedad Literaria José Gautier Benítez.

Juan Antonio Corretjer Montes también fue un político e incansable luchador social, y participó ayudando a la lucha sandinista desde Nueva York, acudiendo a Cuba en ayuda de la Revolución, publicando numerosos escritos revolucionarios y antiimperialistas en favor de América Latina, hasta finalmente desembocar en la que sería su última trinchera, la lucha por la independencia de su país Puerto Rico. Su constante actividad revolucionaria le ocasionó distintos encarcelamientos, como lo manifiesta en una de las dedicatorias manuscritas y reseñadas en este artículo, en honor a su amigo y compañero Vicente Lombardo Toledano. Sin embargo, esto nunca le impidió continuar con su actividad revolucionaria e intelectual.

En sus últimos años, Juan Antonio Corretjer Montes se dedicó mayormente al periodismo, actividad que desarrolló toda su vida, fundando más de una docena de periódicos y revistas, entre las que destaca la revista El Correo de la Quincena de la que sería editor. Otros periódicos relevantes para América Latina y que dirigió fueron El boricua, ¡Adelante!, Prieto y puya, Bandera, Pabellón y Pueblos hispanos. Finalmente falleció el 19 de enero de 1985 en Río Piedras (Puerto Rico). Tras fallecer se popularizó su poema Boricua en la luna.

Recordamos al destacado intelectual puertorriqueño con el vídeo de la canción de Boriqua en la Luna, interpretada por Fiel a la Vega y Roy Brown, y tres de las dedicatorias rubricadas en honor a la amistad y relación intelectual con el Maestro Vicente Lombardo Toledano.

CORRETJER Montes, Juan Antonio. Distancias. Puerto Rico: Ediciones del Sagrado Corazón, 1957.
CORRETJER Montes, Juan Antonio. Distancias. Puerto Rico: Ediciones del Sagrado Corazón, 1957.

Para mi buen amigo Vicente Lombardo Toledano, estos recuerdos carcelarios. Afectuosamente,  Juan Antonio Corretjer. Guaynabo / 57 (1957).

CORRETJER Montes, Juan Antonio. La Lucha por la Independencia de Puerto Rico. San Juan, Puerto Rico: Unión del Pueblo Pro Constituyente, 1949.
CORRETJER Montes, Juan Antonio. La Lucha por la Independencia de Puerto Rico. San Juan, Puerto Rico: Unión del Pueblo Pro Constituyente, 1949.

Al querido compañero Vicente Lombardo Toledano, afectuosamente, Juan Antonio Corretjer. Guaynabo, Puerto Rico, a 7 de diciembre de 1949.

CORRETJER Montes, Juan Antonio. La revolución de Lares. San Juan de Puerto Rico: Bohique, 1945.
CORRETJER Montes, Juan Antonio. La revolución de Lares. San Juan de Puerto Rico: Bohique, 1945.

A mi querido amigo y compañero Vicente Lombardo Toledano, recuerdo de Juan Antonio Corretjer. 1947.

Obras ubicadas en el acervo histórico: “Dedicatorias a Vicente Lombardo Toledano” en la biblioteca del Centro de Estudios Vicente Lombardo Toledano.

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Poemarios

  • Agüeybaná (1932).
  • Ulises (1933).
  • Los primeros años y El Cantar Épico de Puerto Rico (1950)
  • Tierra nativa (1951).
  • Alabanza en la Torre de Ciales (1953);
  • Contestación al Miedo (1954).
  • Don Diego en el cariño (1956).
  • Distancias” y “Yerba bruja (1957).
  • Genio y figura (1961).
  • Pausa para el amor (1967).
  • Construcción del Sur (1972).
  • Aguinaldo escarlata (1973).
  • Para que los pueblos canten (1974).
  • Día antes (1975).
  • La noche de San Pedro (1976).
  • Paso a Venezuela (1977).

Ensayos

  • El buen borincano (1945).
  • Lloréns: juicio histórico (1946).
  • Nuestra bandera (1947).
  • La lucha por la Independencia de Puerto Rico (1949).
  • Albizu Campos: hombre histórico” (1966).
  • Las banderas de la Independencia y La historia que gritó en Lares (1970).
  • El líder de la desesperación (1972).
  • Semblanza polémica de Pedro Albizu Campos (1973).
  • La patria radical (1975).
  • Problema de la Guerra Popular en Puerto Rico (1977).
  • La patria radical, edición ampliada (1978).
  • El voto presidencial y Vieques y la lucha por la Independencia (1980).

Conferencias

  • El sufragio es una mentira” (1976).
  • De Betances a Lenin” (1977).
  • Corretjer en la ONU”.
  • El espíritu de Lares” y “Fusilamiento en Maravilla” (1978).
  • Asesinato en Tallahasse” (1979).
  • Entre rayos y centellas” (1981).

Musicalización de sus obras

  • Oubao-Moin.
  • Inriri Cabuvial.
  • El hijo.
  • Andando la noche sola.
  • Día antes.
  • En la vida todo es ir.
  • Distancias.
  • Ahora me despido.
  • Alabanza en la torre de Ciales.
  • Aviso a Idalia.
  • Cadenas para liberar a mi abuelo.
  • Canción del hombre preciso.
  • Cosas del oficio.
  • De Ciales soy.
  • Dies Irae.
  • Distancias.
  • El alambiquero.
  • Gozo del jíbaro amor.
  • Pasodoble de Guánica.
  • Pero a pesar de todo.
  • Poema para otro aniversario.
  • Presa color de acecho.
  • Son cimarrón para Adolfina Villanueva.
  • Tierra de mi corazón.
  • Trova mayor para un valiente.
  • Trova mayor para una valiente.
  • Trova tenaz para un abuelo que no vi.
  • Tu nombre es como un aroma.
  • Una espada para Betances.

Artículo escrito por el Doctorando Josep Francesc Sanmartín Cava, en colaboración con los Servicios Bibliotecarios del Centro de Estudios Filosóficos, Políticos y Sociales Vicente Lombardo Toledano.


José María Arguedas, 1911-1969

Por el Lic. Javier Arias, el Mtro. Josep Francesc Sanmartín Cava y el dedicado trabajo realizado por los Servicios Bibliotecarios del Centro de Estudios Filosóficos, Políticos y Sociales Vicente Lombardo Toledano.

José María Arguedas Altamirano nació el 18 de enero de 1911 en Andahuaylas (Perú). Fue un importante intelectual peruano, antropólogo, etnólogo, escritor, literato, poeta, docente, traductor y destacado estudioso del folclore peruano, que contribuyó de forma especial en la revalorización del arte indígena. Ejerció la docencia en los colegios nacionales Alfonso Duarte, Guadalupe y Mariano Melgar, en la Universidad de San Marcos y en la Universidad Agraria La Molina. También desempeñó el cargo de funcionario en el Ministerio de Educación, de Director de la Casa de la Cultura y de Director del Museo Nacional de Historia. Escribió un buen número de novelas y cuentos que lo convirtieron en uno de los tres grandes representantes de la narrativa indigenista peruana. Entre sus obras destaca, considerándose una obra maestra de la literatura universal, Los ríos profundos, publicada en 1958 y que recibió el Premio Nacional de Fomento a la Cultura Ricardo Palma en 1959. Como traductor ayudó a difundir la literatura quechua, la antigua y la moderna, algo que compaginó con sus cargos como maestro y funcionario público. Finalmente se quitó la vida, tras una larga depresión, el 2 de diciembre de 1969 en Lima (Perú).

Recordamos al destacado intelectual peruano con una poesía, una oda y dos de las dedicatorias rubricadas en honor a la amistad y relación intelectual con el Maestro Vicente Lombardo Toledano.

Temblor (Katatay)

Dicen que tiembla la sombra de mi pueblo;
está temblando porque ha tocado la triste sombra del corazón
de las mujeres.

¡No tiembles, dolor, dolor¡
¡La sombra de los cóndores se acerca!
—¿A qué viene la sombra?
¿Viene en nombre de las montañas sagradas
o a nombre de la sangre de Jesús?

—No tiembles; no estés temblando;
no es sangre; no son montañas;
es el resplandor del Sol que llega a la pluma de los
Cóndores
—Tengo miedo, padre mío.

El Sol quema; quema al ganado; quema las sementeras.
Dicen que en los cerros lejanos
que en los bosques sin fin,
una hambrienta serpiente,
serpiente diosa, hijo del Sol, dorada,
está buscando hombres.

—No es el Sol, es el corazón del Sol,
su resplandor,
su poderoso su alegre resplandor,
que viene en la sombra de los ojos de los cóndores.
No es el Sol, es una luz.

¡Levántate, ponte de pie; recibe ese ojo sin límites!
Tiembla con su luz;
sacúdete como los árboles de la gran selva,
empieza a gritar.
Formen una sola sombra, hombres, hombres de mi pueblo;
todos juntos
tiemblen con la luz que llega.
Beban la sangre áurea de la serpiente dios.
La sangre ardiente llega al ojo de los cóndores,
carga los cielos, los hace danzar,
desatarse y parir, crear.
Crea tú, padre mío, vida;
hombre, semejante mío, querido.

Oda al Jet (1966) Jetman, haylli

¡Abuelo mío! Estoy en el mundo de Arriba,
sobre los dioses mayores y menores, conocidos y no conocidos.
¿Qué es esto? Dios es hombre, el hombre es dios.
He aquí que los ríos, los adorados, que partían el mundo, se han convertido en el más delgado hilo que teje la araña.
El hombre es dios.
¿Dónde está el cóndor, dónde están las águilas?
Invisibles como los insectos alados se han perdido en el aire o entre las cosas ignoradas.

Dios Padre, Dios Hijo, Dios Espíritu Santo: no os encuentro, ya no sois, he llegado al estadio que vuestros sacerdotes, y los antiguos, llamaron el Mundo de Arriba.

En ese mundo estoy, sentado, más cómodamente que en ningún sitio, sobre un lomo de fuego,
hierro encendido, blanquísimo, hecho por la mano del hombre, pez de viento.
Si. “Jet” es su nombre.
Las escamas de oro de todos los mares y los ríos no alcanzarían a brillar como él brilla.
El temible filo de nieve de las sagradas montañas, allá abajo resplandece, pequeñito; se ha convertido en lastimoso carámbano*.
El hombre es dios. Yo soy hombre. Él hizo este incontable pez golondrina de viento.

¡Gracias, hombre! No hijo del Dios Padre sino su hacedor.

Gracias, padre mío, mi contemporáneo. Nadie sabe hasta que mundos lanzarás tu flecha.
Hombre dios: mueve este pez golondrina para que tu sangre creadora se ilumine más a cada hora.

¡El infierno existe! No dirijas este fuego volador, señor de los señores, hacia el mundo donde se cuece la carne human;
que esta golondrina de oro de los cielos fecunde otros dioses en tu corazón, cada día.

Bajo el suave, el infinito seno del “jet”; ´más tierra, más hombre, más paloma, más gloria me siento; en todas las flores del mundo se han convertido mi pecho, mi rostro y mis manos.
Mis pecados, mis manchas, se evaporan, mi cuerpo vuelve a la dulce infancia.
Hombre, Señor tu hiciste a Dios para alcanzarlo, ¿o para qué otra cosa?
Para alcanzarlo lo creaste y lo persigues ya de cerca.
cuidado con el filo de este “jet”, más penetrante que las agujas de hielo terrenas, te rompa los ojos por la mitad;
es demasiado fuego, demasiado poderoso, demasiado libre, este inmenso pájaro de nieve.

Cuidado que tu hijo te envíe el latido de la muerte; la mariposa que nació de tu mano creadora puede convertir tu cabeza en cenizas.
Oye, hombre, ¡entiéndeme!
Bajo el pecho del “Jet” mis ojos se han convertido en los ojos de las águila pequeña a quien le es mostrado por primera vez el mundo.
No siento temor. Mi sangre está alcanzando a las estrellas;
los astros son mi sangre.
No te dejes matar por ningún astro, por este pez celeste, por este dios de los ríos que tus manos eternas fabricaron.
Dios Padre, Dios Hijo, dios Espíritu Santo, Dioses Montañas, Dios Inkarrí: mi pecho arde. Vosotros sois yo, yo soy vosotros, en el inagotable furor de este “Jet”.
No bajes a la tierra.
Sigue alzándote, vuela más todavía, hasta llegar al confín de los mundos que se multiplican hirviendo, eternamente. Móntate sobre ellos, dios gloria, dios hombre.
Al Dios que te hacía nacer y te mataba lo has matado ya, semjante mío, hombre de la tierra.
¡Ya no morirás!
He aquí que el “jet” da vueltas, movido por la respiración de los dioses de dioses que existieron, desde el comienzo hasta el fin que nadie sabe ni conoce.

ARGUEDAS, José María. Canto kechwa: con un ensayo sobre la capacidad de creación artística del pueblo indio y mestizo. Lima: Club del Libro Peruano, 1939. “Al maestro Lombardo Toledano, fervorosamente”. Rúbrica, sep. 43 Lima.
ARGUEDAS, José María. Canto kechwa: con un ensayo sobre la capacidad de creación artística del pueblo indio y mestizo. Lima: Club del Libro Peruano, 1939.

Al maestro Lombardo Toledano, fervorosamente. Sep. 43. Lima.

ARGUEDAS, José María. Yawer fiesta. Lima: C.I.P., 1941.
ARGUEDAS, José María. Yawer fiesta. Lima: C.I.P., 1941.

“Al maestro Lombardo Toledano, fervorosamente”. Sep. 43. Lima, Perú.

Obras ubicadas en el acervo histórico: “Dedicatorias a Vicente Lombardo Toledano” en la biblioteca del Centro de Estudios Vicente Lombardo Toledano.

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Novelas

  • 1941: Yawar fiesta. Revisada en 1958.
  • 1954: Diamantes y pedernales. Editada conjuntamente con una reedición del libro Agua y el cuento «Orovilca»
  • 1958: Los ríos profundos Premio Nacional de Fomento a la Cultura Ricardo Palma en 1959. Fue reeditada en 1978 por la Biblioteca Ayacucho de Caracas con prólogo de Mario Vargas Llosa.
  • 1961: El Sexto Premio Nacional de Fomento a la Cultura Ricardo Palma en 1962.
  • 1964: Todas las sangres
  • 1971: El zorro de arriba y el zorro de abajo Novela que dejó inconclusa y que fue publicada póstumamente.

Cuentos

  • 1935: Agua. Colección de cuentos integrada por: Agua, Los escoleros y Warma kuyay. Segundo premio en el concurso internacional promovido por la Revista Americana de Buenos Aires. Traducida al ruso, alemán, francés e inglés por La Literatura Internacional, de Moscú.
  • 1955: La muerte de los Arango. Cuento. Primer premio del Concurso Latinoamericano de Cuento en México.
  • 1962: La agonía de Rasu Ñiti. Cuento.
  • 1965: El sueño del pongo. Cuento, en edición bilingüe (castellano-quechua).
  • 1967: Amor mundo. Colección de cuatro cuentos de tema erótico: «El horno viejo», «La huerta», «El ayla» y «Don Antonio».19

Recopilaciones póstumas

  • 1972: El forastero y otros cuentos (Montevideo: Sandino). Contiene «El barranco», «Orovilca», «Hijo solo» y «El forastero».
  • 1972: Páginas escogidas (Lima: Universo). Selección de la obra de Arguedas, editada por Emilio Adolfo Westphalen.
  • 1973: Cuentos olvidados (Lima: Imágenes y Letras). Compilación de cuentos perdidos en periódicos y revistas de los años 1934 y 1935, edición y notas de José Luis Rouillon.
  • 1974: Relatos completos (Buenos Aires: Losada). Contiene los siguientes importantes relatos: «Agua», «Los escoleros», «Warma kuyay», «El barranco», Diamantes y pedernales, «Orovilca», «La muerte de los Arango», «Hijo solo», La agonía de Rasu Ñiti, El sueño del pongo, «El horno viejo», «La huerta», «El ayla» y «Don Antonio».

Poesía

Escritos primero en quechua, y luego traducidos al español por el mismo autor, los poemas de Arguedas asumen conscientemente la tradición de la poesía quechua, antigua y moderna, convalidan la visión del mundo que la anima, revitalizando sus mitos esenciales y condensan en un solo movimiento la protesta social y la reivindicación cultural.

  • 1962: Túpac Amaru Kamaq taytanchisman. Haylli-taki. A nuestro padre creador Túpac Amaru. Himno-canción.
  • 1966: Oda al jet.
  • 1969: Qollana Vietnam Llaqtaman / Al pueblo excelso de Vietnam.
  • 1972 – Katatay y otros poemas. Huc jayllikunapas. Poemas en versiones quechua y española. Publicado póstumamente por Sybila Arredondo de Arguedas.

Estudios etnológicos, antropológicos y del folcklore

Estos conforman la mayor parte de su producción escrita (solo un 12 % de esta corresponde a su narrativa).

  • 1938: Canto kechwa. Con un ensayo sobre la capacidad de creación artística del pueblo indio y mestizo. Edición bilingüe preparada en la prisión.
  • 1947: Mitos, leyendas y cuentos peruanos. Recogidos por los maestros del país y editados en colaboración con Francisco Izquierdo Ríos.
  • 1949: Canciones y cuentos del pueblo quechua.
  • 1953: Cuentos mágico-realistas y canciones de fiestas tradicionales: Folclor del valle del Mantaro.
  • 1956: Puquio, una cultura en proceso de cambio.
  • 1957: Estudio etnográfico de la feria de Huancayo.
  • 1957: Evolución de las comunidades indígenas. Premio Nacional Fomento a la Cultura Javier Prado en 1958.
  • 1958: El arte popular religioso y la cultura mestiza.
  • 1961: Cuentos mágico-religiosos quechuas de Lucanamarca.
  • 1966: Poesía quechua.
  • 1966: Dioses y Hombres de Huarochirí. Hermosa traducción directa al castellano, de los mitos de la creación del mundo de la recopilación hecha por el sacerdote cuzqueño Francisco de Ávila a fines del siglo XVI, en la provincia de Huarochirí.
  • 1968: Las comunidades de España y del Perú.
  • 1975: Señores e indios: Acerca de la cultura quechua. Compilación de Ángel Rama.
  • 1976: Formación de una cultura nacional indoamericana. Compilación debida a Ángel Rama y cuyo título «busca interpretar… una preocupación central de Arguedas».

Edición de obras completas

En 1983 la editorial Horizonte, de Lima, editó las obras completas de José María Arguedas en cinco tomos, compilada por Sybila Arredondo de Arguedas.

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