Arte rupestre paleolítico en la cornisa cantábrica

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Bisonte de Altamira, por H. Breuil

Qué rasgos distinguen a los seres humanos de otros animales ha sido un motivo conductor de la investigación en las ciencias paleoantropológicas, en especial de la arqueología y la antropología física y, más recientemente, de las ciencias cognitivas. Se han mencionado características como un cerebro con aptitudes excepcionales, la postura bípeda, la habilidad de las manos, como algunos de los rasgos principales que contribuyeron a configurar la constitución física, capacidades y modos de relacionarse con el ambiente que conforman a nuestra especie. De manera muy particular, en lo que se refiere a las cualidades mentales, se han mencionado la capacidad del lenguaje, la de la transformación planificada del ambiente, nuestra condición de especie social y cultural, la conducta moral y la capacidad de creación y apreciación estéticas, entre las principales. El arte rupestre paleolítico ha tenido un lugar en esta investigación.

La región.

En la región cantábrica del norte de España y en la región vecina del sur de Francia se resguarda un legado de gran importancia relacionado con esta última capacidad, la de la creación estética: un conjunto de cuevas y abrigos con arte rupestre del periodo Paleolítico que testimonian la presencia, hace más de 40 mil años, de una mente humana plenamente moderna, con capacidades y habilidades para la producción de obras de esta naturaleza, e inclinación y motivación para realizarlas.

Cornisa Cantábrica
Cornisa Cantábrica

La cornisa cantábrica es la región costera del norte de España, delimitada al norte por el mar cantábrico (océano Atlántico) y al sur por la cordillera que lleva su nombre y que cruza el país desde Galicia hasta el País Vasco y Navarra. Incluye las comunidades de Cantabria y Asturias y provincias del País Vasco, Castilla y León, Galicia, y Navarra.

En esta zona existen numerosas cuevas con arte rupestre, entre las cuales pueden mencionarse a Altamira, Covalanas, El Castillo, Las Monedas, en Cantabria; a Tito Bustillo, La Covaciella, El Pindal, en Asturias; Ekain, Altxerri, en Guipúzcua, País Vasco, por mencionar sólo algunas, ya que la cantidad de yacimientos es mucho mayor. Diecisiete grutas de esta región de España están incluidas en la lista de Patrimonio Mundial.

En cuanto al área francesa se incluyen en este conjunto de arte paleolítico cuevas emblemáticas como Chauvet, Lascaux, Niaux, entre otras, en las regiones de Ródano-Alpes, de Aquitania-Lemosín-Poitou-Charentes, en especial la Dordoña, y la de Languedoc-Rosellón-Mediodía-Pirineos. Toda esta región ibero-francesa contiene este tesoro de la humanidad.

El arte.

Cuando hablamos de arte rupestre o parietal nos referimos al conjunto de expresiones gráficas, muchas de ellas pictóricas pero también grabadas, esculpidas o modeladas, que la humanidad ha realizado sobre paredes de roca, principalmente en cuevas, pero también en otros soportes de roca como abrigos, riscos y afloramientos rocosos, desde tiempos prehistóricos hasta la actualidad. Esta forma de arte posee generalmente una marca estilística de la cultura que lo produjo y en ocasiones también la marca o huella de su creador individual. Se ha producido arte rupestre en todos los continentes a lo largo de los tiempos y las funciones que cada sociedad le ha asignado han sido diversas: expresión artística, acompañamiento o guía de celebraciones rituales, registro de acontecimientos, comunicación de ideas, señal de territorialidad, y otras.

Arte de Altamira
Arte de Altamira

En particular, cuando nos referimos al arte rupestre paleolítico nos referimos al producido en ese antiguo periodo de la historia humana, específicamente en el Paleolítico superior (que va de 45-40 mil años hasta hace alrededor de 11 mil), periodo en que se produjeron algunas de las obras más extraordinarias de esta forma de expresión artística como, por ejemplo, el Techo de los polícromos de Altamira, con sus bisontes, ciervos, caballos y signos, o los cientos de animales de la cueva de Chauvet: leones, osos, rinocerontes, mamuts, caballos, bisontes, entre muchos otros.

Evolución cognitiva y arte rupestre.

En el estudio de la evolución humana el arte se ha examinado como posible indicador de cambios en la manera en que los grupos humanos captaron y procesaron información, en búsqueda de datos sobre cuándo y cómo hubo cambios significativos en la cognición humana, en una suerte de mapeo de la cognición desde una perspectiva evolutiva. Con esa interrogante se han investigado el arte parietal y el mobiliar[1] de diversas épocas y regiones del mundo, incluyendo el lugar y el papel del arte rupestre paleolítico europeo.[2]

El linaje de los homínidos se originó en África hace varios millones de años, y nuestra especie, Homo sapiens en su forma anatómicamente moderna, apareció en ese continente hace alrededor de 195-200 mil años.

Grupos de Homo sapiens llegaron a Europa hace alrededor de 45 mil años[3], o quizá 50 mil. Contaban con recursos tales como estructura social y cultural, artefactos, flexibilidad conductual y formas de intervenir en el ambiente que les permitieron aprovecharlo eficazmente, por lo que pudieron vivir y prosperar en la región. En la zona habitaba al menos una especie hermana, Homo neanderthalensis, probablemente descendiente de alguna de las migraciones anteriores de grupos homínidos del Paleolítico medio o inferior. Dependiendo de las fluctuaciones del clima, fueron habitando distintas regiones de Europa a lo largo de los siglos y milenios. A algunos de estos grupos de cazadores y recolectores es a quienes se atribuyen las obras de arte rupestre mencionadas arriba.

Fechamientos y motivos.

De acuerdo a los datos que arrojan diversos fechamientos en la región[4], la cueva con intervención pictórica más antigua, de las que se han fechado, es El Castillo, con fechas para sus pinturas más antiguas de más de 40 mil años; Chauvet ha sido fechado en alrededor de 32 mil años, y las pinturas de Altamira han arrojado fechas que van de 35 mil a 15/14 mil años, aunque el arte figurativo más famoso de la cueva aparece en los alrededores de 20 mil años, con continuidad hasta hace alrededor de 14 mil.

Reprod Ciervo Chimeneas
Arte de cueva Las Chimeneas

Los motivos que se encuentran en las distintas grutas son diversos, y van desde los no figurativos: abstractos, líneas, manchas, hasta los figurativos, principalmente animales como bisontes, ciervos, mamuts, osos, leones, entre otros. Cabe destacar también, entre los figurativos, a los grupos de manos, conjuntos pictóricos que se encuentran diseminados en toda la región. Los pigmentos son tanto minerales como orgánicos (hierro, óxido de manganeso, carbón) y se ha destacado en muchas piezas la seguridad y economía del trazo, propia de artistas experimentados.

Las preguntas científicas.

Sobre esta producción artística caben preguntas acerca de su significado, sus funciones, los contextos que la propiciaron, sus motivaciones. Acerca del significado, las claves de comprensión están perdidas, por lo menos en el estado actual de nuestro conocimiento. En cuanto a las funciones se han ofrecido diversas ideas, por ejemplo magia, marca territorial, chamanismo, propiciación de la caza, expresión propiamente artística, abstracción o memoria de ciertas ideas, representación. Respecto de los contextos, tal vez ciertos factores ambientales permitieron algunos tiempos de bonanza o, alternativamente, de aislamiento, que al aunarse con determinados ambientes y tradiciones culturales, quizá propiciaron la producción de estos conjuntos culturales excepcionales.

Desde luego, como se expresó arriba, también se explora si este arte puede ser testimonio de ciertas capacidades de abstracción y simbolización ampliamente desarrolladas. Hay investigación desde las distintas perspectivas de diversas disciplinas, y quizá ella arrojará nuevas intuiciones sobre lo que ha significado ser humano a lo largo de la historia.

La poesía.

La gran poeta chilena Gabriela Mistral, a raíz de una visita a la gruta mexicana de Cacahuamilpa, escribió un hermoso texto que describe los sentimientos que la embargaron en esa experiencia. Sus palabras expresan lo que fue para ella entrar en esa magnífica gruta guerrerense, pero sin duda pueden extenderse para expresar igualmente la emoción que aparece en el corazón del visitante que camina por otras grutas del mundo, ahora decoradas, esa sensación de morar por unos instantes en las entrañas de la Tierra, de sentir su cobijo y refugio. Uno puede preguntarse si sensaciones semejantes vivieron esos antiguos habitantes de la Europa paleolítica, y especular si también ellas constituyeron una de las motivaciones para producir estas hermosas obras pictóricas que hoy llamamos arte rupestre del Paleolítico.

… si yo hubiese entrado sola en la gruta, como el hombre solo es puro, no iría pasando así, febrilmente, y la caverna querría vivir para mis ojos adorantes. Me sentaría entre cada ronda de formas; la miraría, callando, horas y días, hasta rendir su terco silencio…

… parece que camináramos absortos por un paisaje de otro planeta. Hablamos para oírnos, para no enloquecer de maravilla…

Algún día se levantarán ciudades cerca de esta gruta, y, por muchos templos que erijan, aquí vendrán los llenos de turbación, a la entraña helada y blanca de la gruta…

Cuando yo era niña y preguntaba a mi madre cómo era dentro de la Tierra, ella me decía: “Es desnuda y horrible”. Ya he visto, madre, el interior de la Tierra: como el seno abullonado de una gran flor, está lleno de formas, y se camina sin aliento entre esta tremenda hermosura.

Gabriela Mistral[5]

Aura Ponce de León / agosto de 2016.


Textos de consulta y referencias.

Abrantes, P. C. 2014 Natureza e cultura. En: Evolução Humana, revista Ciência & Ambiente, Universidade Federal de Santa Maria, Brasil, No. 48, pp. 7-21.

Bahn, P. G. 2015 Más allá de Altamira. Guía de las cuevas decoradas de la Edad del Hielo en Europa, Pola de Siero, Asturias, Ménsula Ediciones.

Cuzange, M. T. et al., 2007 Radiocarbon Intercomparison Program for Chauvet Cave, Radiocarbon, vol. 49, nr. 2, pp. 339-347: doi: http://dx.doi.org/10.1017/S0033822200042272

Fagan, B. 2011 Cromañón. De cómo la Edad de hielo dio paso a los humanos modernos, Barcelona, Gedisa, traducción de Alcira Bixio.

García-Diez, M., et al., 2013 Uranium series dating reveals a long sequence of rock art at Altamira Cave (Santillana del Mar, Cantabria), Journal of Archaeological Science, vol. 40, issue 11, pp. 4098-4106; http://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0305440313001726

Garrido Pimentel, D. & M. García Diez 2013 Cuevas prehistóricas de Cantabria. Un patrimonio para la humanidad, Sociedad Regional de Educación, Cultura y Deporte, S. L., Consejería de Educación, Cultura y Deporte y Gobierno de Cantabria.

González-Pumariega, M. 2008 Guía del Arte Rupestre Paleolítico en Asturias, Pola de Siero, Asturias, Ménsula Ediciones.

González Sainz, C. 2004 Arte parietal en la región cantábrica: centros y peculiaridades regionales, Bilbao, Kobie, No. 8, pp. 403-424.

Mistral, G. 1945, México maravilloso. Las grutas de Cacahuamilpa, México, Secretaría de Educación Pública, Biblioteca Enciclopédica Popular No. 87, pp. 62-67.

Morris-Kay, G. M. 2010 The evolution of human artistic creativity, Journal of Anatomy, 216, pp. 158-176; doi: 10.1111/j.1469-7580.2009.01160.x

Pike, A. W. G., et al. 2012 U-Series Dating of Paleolithic Art in 11 Caves in Spain, Science 336, p. 1409; doi: 10.1126/science.1219957

Qiaomei, F. et al. 2016 The genetic history of Ice Age Europe, Nature 534, 200-205; doi: 10.1038/Nature17993


Notas.

[1] El mobiliar es el arte transportable, en piezas, no realizado sobre paredes o soportes fijos o semifijos.

[2] Véase, por ejemplo, Morriss-Kay, 2009.

[3] Véase Qiaomei, et al., 2016.

[4] Véase, sobre fechamientos, Cuzange, et al. 2007; García-Diez, M., et al., 2013.

[5] El texto completo puede encontrarse en Mistral, G. 1945.

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4 comentarios en “Arte rupestre paleolítico en la cornisa cantábrica”

  1. Habiendo tenido conocimiento del enfoque cognitivo que desarrollan desde el Centro Lombardo y coincidiendo con él, me permito enviarles referencia de mi última publicación por si fuera de su interés, así como el enlace que pueden consultar en: http://edicioneslabahia.com/colecciones# o en https://www.academia.edu

    Juan Martínez Moro, ” Arqueología del arte moderno. Cuerpo, objeto y lugar en un horizonte de extinción”,
    Santander (España), Ediciones La Bahía, 2015, 404 páginas; (ISBN: 978-84-941969-7-3)

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