Adolfo Montiel Ballesteros (1888 – 1971)

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Adolfo Montiel Ballesteros nació el 2 de noviembre de 1888, en Paysandú (Uruguay); y falleció el 1 de agosto de 1971, en la ciudad de Montevideo (Uruguay). Fue un ilustre escritor, dramaturgo, político, diplomático y poeta. Recordamos a Adolfo Montiel Ballesteros con tres de sus poesías  y una dedicatoria al Mtro. Vicente Lombardo Toledano.

Adolfo Montiel Ballesteros nació el 2 de noviembre de 1888, en Paysandú (Uruguay); y falleció el 1 de agosto de 1971, en la ciudad de Montevideo (Uruguay). Fue un ilustre escritor, dramaturgo, político, diplomático y poeta.

Como escritor, Adolfo Montiel Ballesteros se destacó en la novela, la poesía y el cuento. De joven viajó a Europa, lo que le valió para conocer a Rubén Darío. Ya en su país natal, encabezó el movimiento “Juventud Literaria del Uruguay”. Entre los años 1912 y 1913, su obra se vio influenciada por el modernismo.

Adolfo Montiel Ballesteros también escribió para la revista literaria Pegaso, junto con autores de la talla de Antón Martín Saavedra, Wifredo Pi, César Miranda y José María Delgado. También presidió la Sociedad de Autores Uruguayos de Teatro, y fue Vicepresidente de la Asociación Uruguaya de Escritores y miembro de número de la Academia Nacional de Letras del Uruguay.

En política, Adolfo Montiel Ballesteros fungió como Cónsul, de 1919 a1929, en Florencia (Italia). A su vuelta a Uruguay, se postuló a cargos electivos por el Partido Socialista del Uruguay.

Recordamos a Adolfo Montiel Ballesteros con tres de sus poesías  y una dedicatoria al Mtro. Vicente Lombardo Toledano.

Poesía de Adolfo Montiel Ballesteros


PAISAJE

Sobre el fondo de seda amarilla las cuatro líneas geométricas de la casa, con su puerta, su ventanita y su penacho humoso de pose fotográfica.
Duros, duros, verdes, verdes, cinco árboles.
Colgando de un hilo invisible, un pájaro vuela.
Un prado de heno fresco reluce mórbido y mira curioso al caminillo blanco, arroyo de savia por el cual se desangra el paisaje.
Una pastorcita, vestida de azul, se inmoviliza como un fantoche con las piernas de palo.
Y entre la hierba humilde estallan amapolas sangrientas y enormes margaritas de oro, con su ojo solo guiñando promesas, y con su robustez saludable de sirvienta campesina recién llegada.
Amapolas y margaritas primitivas robadas a una mancha sintética y cerebral de Rafael Barradas.
No hay firma.
La artista anónima se ríe de la gloria y lo mismo remata con amor el paisaje que con inédito encanto ingenuo luce el delantal de mi hija.
Mundo flamante y mágico donde se posarán los ojos vírgenes, donde resbalará su primera sonrisa y alguna lágrima desteñirá los hilos de colores, como en la vida se nos van destiñendo los sueños…

EL LADRÓN DE ESTRELLAS

Cuando la ciudad se desliza
en el precipicio de la sombra,
el cielo enciende sus luminarias.
Entonces, el hombrecillo práctico
roba una estrella
y en la punta
de su indice tenso
por toda la ciudad la pasea!

Ahora la oscuridad
llora lágrimas de fuego?
No.
Está reflejando los astros
en su espejo negro.
El hombre
del largo dedo ígneo,
se acerca a los picos de gas
y les susurra una confidencia:
—Hermanos— los incita,
—el cielo está lleno de luces,
regalémoles a la tierra,
para su fiesta, unas estrellas.

Hombrecillo misterioso,
que antes reclamaba,
yo no te necesito…
Mi Alma está toda iluminada
con el astro azul
de mi hijo.

EL ESPANTAPÁJAROS

Entre toda esta
sonrisa de fiesta
de la mañana solar:
alegría de colores,
cielo, verdura, flores,
con los brazos de par en par,
ese vestido hecho jirones
y el sombrero en los ojos, pones,
espantapájaros,
toda una nota singular.
Píííí, píííí, píííí! La protesta
de los pájaros,
a quienes ahogas la fiesta…
Píííí, píííí, píííí! Se te importa un bledo?
Los pájaros niños se erizan de miedo,
mirando tu facha y tus desaliños…
El horror les traes,
pues, para asustarlos, dicen sus mamaes:
¡El hombre que roba
los pájaros niños!
Y, naturalmente, huyen los cantores.
Tu silueta infúndeles
oscuros terrores.
Ante ti se hielan las alas inquietas.
—Pájaros colegas,
el mundo está lleno
de espanta-poetas!…..

Catania 1925

Portada de Montiel Ballesteros, Adolfo. La raza: novela. Buenos Aires: Nuestra América, 1925.
Montiel Ballesteros, Adolfo. La raza: novela. Buenos Aires: Nuestra América, 1925.

Montiel Ballesteros en su libro escribió la dedicatoria:

A V. Lombardo Toledano, cordialmente (firmado) Montiel

Obra ubicada en el acervo histórico: “Dedicatorias a Vicente Lombardo Toledano” de la biblioteca del Centro de Estudios Vicente Lombardo Toledano.

Link del catálogo en línea: http://200.78.223.179:8292/LOMBARDO
Correo electrónico: bibliolomb@hotmail.com

Obra de Adolfo Montiel Ballesteros

Poesía

  • Terruño, cantos a mi tierra (1912)
  • Las primaveras del jardín(poesía, 1912)
  • Emoción (1913)
  • Savia, poemas desnudos (1917)
  • Versos baguales(1959)
  • Trovas chapetonas(1968)

Cuento

  • Cuentos uruguayos(1920)
  • Alma nuestra(1922)
  • Montevideo y su cerro(cuentos, 1924)
  • Los rostros pálidos (1924)
  • Cuentos para los niños de América (1939)
  • El burrito blanco (1947)
  • La ciudad de los ojos alegres (1947)
  • Selección de cuentos(1970)
  • La isla de oro (1966)

Novela

  • La raza(1925)
  • Castigo ‘e Dios(1930)
  • Pasión(1935)
  • Barrio(1937)
  • La república de los niños(1941)
  • Elegía Florentina (1953)
  • La jubilación de Dios(1951)
  • Mundo en ascuas (1956)
  • Don Quijote Grillo (1961)
  • El ángel tenaz(1963)
  • La honda y la flor(1965)

Dramaturgia

  • Farsa (1937)
  • Dios y el Diablo, sociedad limitada (1938)
  • Teatro menudo (1958)

Artículo escrito por el Doctorando Josep Francesc Sanmartín Cava, en colaboración con los Servicios Bibliotecarios del Centro de Estudios Filosóficos, Políticos y Sociales Vicente Lombardo Toledano.


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