48° aniversario luctuoso de Vicente Lombardo Toledano

Emilio

48° aniversario luctuoso de Vicente Lombardo Toledano

Por Emilio García Bonilla

El 16 de noviembre de 1968 fallece en la Ciudad de México el doctor Vicente Lombardo Toledano, destacado como pensador, dirigente político y líder sindical, demostrando a lo largo de una trayectoria de medio siglo una consecuente correspondencia entre su acción y su pensamiento.

Nacido el 16 de julio de 1894 en Teziutlán, Puebla, formó parte de la Generación de 1915, también llamada de los Siete Sabios. Desde su época de estudiante universitario comenzó a relacionarse con los más destacados integrantes del mundo de la cultura y las artes, círculo que se amplió con el paso de los años, tal como lo constata la colección de 1341 libros con dedicatoria que se resguardan en la biblioteca del Centro de Estudios Filosóficos, Políticos y Sociales que lleva su nombre.

"Boceto para un retrato en mural" de David Alfaro Siqueiros
“Boceto para un retrato en mural” de David Alfaro Siqueiros

Ideólogo de la Revolución Mexicana en su etapa constructiva, buena parte de su obra la dedicó a analizar ese proceso histórico a fin de encausarlo hacia nuevos objetivos que permitieran un mejor nivel de vida para los mexicanos, y mayor soberanía e independencia económica para la nación. Entre sus mayores contribuciones en este ámbito podemos mencionar su participación en el proceso que culminó con el decreto de nacionalización de la industria petrolera en 1938, dirigiendo la lucha de los trabajadores petroleros como secretario general de la Confederación de Trabajadores de México.

Internacionalmente se destacó como organizador y presidente de la Confederación de Trabajadores de América Latina, desde la cual impulsó el frente antifascista continental en plena Segunda Guerra Mundial, al término de la cual participó en la fundación de la Federación Sindical Mundial, de la que fue uno de sus vicepresidentes. También fue reconocido por su labor solidaria con la República Española, la Revolución Cubana, entre otras causas.

Fundó instituciones como la Federación Nacional de Maestros, la Confederación de Trabajadores de México, la Universidad Obrera de México, el Partido Popular Socialista y la Unión General de Obreros y Campesinos de México, también importantes medios impresos como el diario El Popular y la revista Futuro. En 1952 fue candidato a la Presidencia de la República, recorriendo el país en una exitosa campaña financiada por sus propios simpatizantes.

A su muerte se recibieron decenas de telegramas provenientes de todo el país y de muchas partes del mundo, así como expresiones de condolencia de parte de destacados personajes. En el sepelio hablaron: Jorge Cruickshank en nombre del comité central del Partido Popular Socialista, Antonio Savañy en representación de la Federación Sindical Mundial y David Alfaro Siqueiros, quien recordó que siendo Lombardo director de la Escuela Nacional Preparatoria en 1922, “fue el apoyo más decidido y más infalible ideológicamente de nuestro movimiento; indudablemente que a él se le debe más que a nadie, más que inclusive a las personalidades más prominentes en ese momento en la vida burocrática gubernamental del país, nuestro muralismo mexicano. Ese movimiento extraordinario que nos permitió unirnos al pueblo, no solamente de nuestro país, sino del mundo entero.”[1]

El general Lázaro Cárdenas escribió en sus Apuntes: “Ilustre intelectual, fue un constante luchador por la causa social del país y por la liberación de los pueblos oprimidos. […] Deja un saldo afirmativo por sus concepciones sociales conocidas mundialmente; se significó por su honestidad y su gran capacidad de trabajo. […] No participó en mi campaña política a la Presidencia de la República, pero fue amigo del gobierno que presidí, que apoyó con su organización obrera, sin que el gobierno le haya prestado ayuda económica, ni él llegó a solicitarla para su organización, ni pidió puestos para sus amigos o agremiados.”[2]

José Alvarado publicó en las páginas de la revista Siempre!, de la que Lombardo fue colaborador semanal desde su primer número:

No es posible entender bien a Lombardo Toledano si no se le sitúa en su generación. Hombre de su tiempo y de su mundo, como él mismo prefería definirse; ese tiempo y ese mundo explican su vida y su obra, la prodigiosa aventura de su existencia y las múltiples facetas de una actividad infatigable sólo detenida por la muerte, que lo llevó de líder obrero a candidato a la Presidencia de la República; de maestro de ética a promotor de huelgas, y de filósofo a peregrino por el mundo.

[…] En algunos momentos él sintió vivir dentro de sí a todo México; siempre se consideró un residente en la Tierra. Más, aparte de todo esto, es un hijo legítimo de la Revolución Mexicana, consciente y gozoso de serlo, esa revolución en cuya nómina civil figura acaso en el lugar más destacado.[3]

Lombardo fue diputado del Congreso de la Unión en tres legislaturas, destacándose sus esfuerzos por democratizar el Poder Legislativo como verdadero cuerpo representativo de la nación mexicana y de sus diferentes expresiones políticas. Por eso, en la Cámara de Diputados se le rindió homenaje en la sesión del 19 de noviembre de 1968, haciendo uso de la palabra los diputados Ezequiel Rodríguez Arcos del Partido Popular Socialista, Adrián Tiburcio González del Partido Auténtico de la Revolución Mexicana, y Ángel Bonifaz Ezeta del Partido Revolucionario Institucional, éste último destacó que:

Fotografía de la campaña presidencial de 1952.
Fotografía de la campaña presidencial de 1952.

El reconocimiento de las virtudes excepcionales que Vicente Lombardo Toledano puso al servicio de sus concepciones filosóficas, políticas y sociales, no podría tener el valor de la solidaridad con las mismas, ni mucho menos implicar afinidades tácticas ni estratégicas, con las organizaciones políticas de que fue sin duda, sin regateos, de propios y extraños, mucho menos de extraños, el militante más distinguido, el de visión más penetrante, más clara y lúcida.

Pero la divergente militancia política no justificaría permanecer al margen del reconocimiento de sus virtudes y los méritos de su vida, la laboriosidad de su gran talento, la firmeza de sus convicciones, el entusiasmo dinámico de sus actos permitieron a su personalidad, rica, múltiple y facetada, incursionar con éxito magisterial, sin posible sospecha de haber caído en el mero diletantismo, en territorios muy amplios de la cultura; los del derecho, la historia y la filosofía en los que aplicó con rigor su poderosa dialéctica materialista.

Deja escrita Vicente Lombardo Toledano una obra facunda, que será imprescindible tener presente cuando se busque una visión cabal del México contemporáneo y en la que sólo el porvenir descubrirá si hubo a no anunciaciones proféticas, mejor aún, si hubo a no traiciones arteras.[4]

El 16 de noviembre de 1993, en el 25 aniversario de su deceso, el nombre de Vicente Lombardo Toledano quedó inscrito con letras de oro en el muro de honor de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, y en ocasión del Centenario de su nacimiento, el 16 de julio de 1994, por decreto presidencial sus restos fueron trasladados a la Rotonda de las Personas Ilustres.

El Centro de Estudios Filosóficos, Políticos y Sociales que lleva su nombre, dependiente de la Secretaría de Educación Pública, se creó en 1972 a partir del legado que Vicente Lombardo Toledano hiciera de su biblioteca, y tiene su sede en la casa que habitara durante cuarenta años. En 2016 se concluyó con la edición de la Obra Histórico-cronológica, que reúne en 94 volúmenes la mayor compilación realizada de sus escritos, conferencias, discursos, entrevistas, artículos y libros, la cual está a disposición de todos los interesados en conocer los procesos más importantes de los que Lombardo fue testigo, actor y no pocas veces también protagonista.

[youtube https://www.youtube.com/watch?v=zRo-LdW3swA]


[1] David Alfaro Siqueiros, “Un maestro por su sabiduría y cultura”, en revista Nueva Democracia, Año 2, No. 6, México, enero de 1969: p. 184.

[2] Lázaro Cárdenas, Apuntes: Tomo IV, pp. 126-127, 17 de noviembre de 1968.

[3] José Alvarado, “Lombardo Toledano, su mundo y su tiempo”, en Siempre!, México, No. 806, 4 de diciembre de 1968.

[4] Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, Diario de los Debates, XLVII Legislatura, México, 19 de noviembre de 1968.

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