Lombardo, Diputado Laborista (1925-1928)

Emilio

Lombardo, Diputado Laborista (1925-1928)*

Por Emilio García Bonilla

La labor parlamentaria de Vicente Lombardo Toledano está dividida en dos periodos, dos épocas distintas, separadas la una de la otra por casi cuarenta años. A pesar de esa particularidad, Lombardo fue en la Cámara de Diputados un representante de la clase trabajadora en las tres legislaturas de las que formó parte. Los discursos en intervenciones que aquí se presentan así lo demuestran, señalándonos la consecuente línea política que sostuvo durante toda su trayectoria.

En la década de 1920 participó muy activamente en la política electoral: en cuatro ocasiones consecutivas se presentó como candidato a diputado federal por el distrito de Teziutlán, Puebla, su tierra natal (1922, 1924, 1926 y 1928). Además, fue electo regidor del Ayuntamiento de la Ciudad de México en 1924. En esos años, asimismo ocupó el cargo de oficial mayor del gobierno del Distrito Federal (1921) y gobernador provisional del estado de Puebla (1924). Desempeñándose también como jefe del Departamento de Bibliotecas de la recién creada Secretaría de Educación Pública (1921) y director de la Escuela Nacional Preparatoria (1922).

Membrete de la CROM, 1925
Membrete de la CROM, 1925

Lombardo Toledano comenzó a relacionarse con los trabajadores organizados aun siendo estudiante, cuando fue invitado por Alfonso Pruneda a hacerse cargo de la Secretaría de la Universidad Popular Mexicana en 1917. Desde 1921 se integró a la Confederación Regional Obrera Mexicana (CROM), la central sindical más importante de la época, y en 1923 era ya miembro de su comité central, formando parte además del Partido Laborista Mexicano desde ese año. Su condición de dirigente sindical le permitió conocer de cerca los problemas de los trabajadores, relación que determinó su concepción política; en esta etapa fue destacable su influencia en su región natal donde se formaron los primeros sindicatos que quedaron incorporados a la CROM, siendo estas las organizaciones que lo respaldaron en sus candidaturas y defendieron su triunfo.

No fue fácil el ingreso de Lombardo a la Cámara de Diputados: ya en 1922 el colegio electoral le había negado el triunfo conseguido en las urnas sin siquiera revisar su caso. En la siguiente elección las cosas no fueron diferentes, a pesar de haber sido postulado por los dos principales partidos nacionales: el Partido Laborista Mexicano y el Partido Nacional Agrarista, las discusiones en la Cámara de Diputados para calificar los comicios del distrito de Teziutlán se trabaron y se fue posponiendo el caso una y otra vez hasta que finalmente se aprobó el 9 de octubre de 1925, quince meses después de la elección, por lo que en la XXXI Legislatura, Lombardo sólo fue diputado la mitad del periodo de dos años. En 1926, consiguió la reelección sin mayores problemas, por dos factores principalmente: una mejor organización de sus bases de apoyo en el distrito de Teziutlán,  y una correlación de fuerzas favorable en la integración de la Cámara de Diputados y en el consiguiente colegio electoral.

En la XXXI Legislatura, los diputados laboristas se integraron el llamado Bloque Revolucionario, mientras que en el siguiente periodo formaron parte de la Alianza de Partidos Socialistas, suscitándose interesantes debates en esa etapa de confrontaciones y definiciones políticas.  Las intervenciones de Vicente Lombardo Toledano como diputado del Partido Laborista Mexicano, del que en diferentes ocasiones desempeñó la función de portavoz, fijando la postura del mismo ante determinados temas, demuestran su claridad de ideas y su calidad como polemista, aclarando conceptos con la capacidad del catedrático universitario que era y del estudioso de la ciencia política que nunca dejó de serlo. Más allá del tema coyuntural que originaba el debate, Lombardo abordaba la tribuna para orientar y asumir una postura crítica pero fundamentada.

VLT en la Cámara de Diputados
VLT en la Cámara de Diputados

Son memorables las intervenciones del laborista teziuteco en debates trascendentes, como la discusión con motivo de la reforma constitucional que permitiría la reelección de Álvaro Obregón como presidente de la República, en la que reconoció estar contradiciendo uno de los principios que dieron lugar al movimiento revolucionario de 1910, pero las condiciones así lo exigían y era un acuerdo tomado por los partidos revolucionarios para frenar a la reacción, por lo que la legislatura tendría que asumir su responsabilidad histórica.[1]

Fue en la XXXII Legislatura en la que por primera vez se planteó que los servidores públicos tenían al Estado como patrón, debiéndoseles garantizar todos los derechos laborales consagrados en la Constitución. Una dramática huelga de maestros en el estado de Veracruz fue la que puso en el orden del día ese tema, siendo Lombardo Toledano uno de los portavoces del movimiento obrero organizado, a grado tal que él mismo realizó con su sombrero una colecta de fondos en el recinto legislativo en solidaridad con los huelguistas.[2]

Las pugnas políticas de esos años están reflejadas en los debates parlamentarios. En 1926, Lombardo y los diputados laboristas poblanos se enfrentaron desde la cámara al gobernador Claudio N. Tirado, que había declarado una ofensiva en contra de los trabajadores organizados, y en particular contra los cromistas, siendo especialmente violenta la represión en Teziutlán, por lo que en defensa de sus coterráneos, el laborista teziuteco se convirtió en un factor clave para que Tirado fuera destituido de su puesto. Este conflicto, además dio lugar a una crítica al principio del municipio libre, que había sido incorporado en la Constitución de 1917 pero que, en la práctica, los gobernadores convertidos en caciques estatales eran los primeros en trasgredir al controlar las elecciones municipales e intervenir en los ayuntamientos.[3]

Ya desde esos primeros años de su actividad política se hizo patente en Lombardo Toledano la convicción de la necesidad de transformar, de ampliar los horizontes de la Revolución Mexicana, modernizando las instituciones y marcando una clara diferencia con el pasado. Planteó desde la tribuna la urgencia de sentar las bases constitucionales para hacer de la Revolución Mexicana una revolución económica y no sólo de conciencias, pues señaló que “el verdadero problema de este país es el problema de la producción, y México no produce absolutamente nada. Somos esclavos del mercado extranjero, somos esclavos para comer lo indispensable, para vestir lo indispensable, para andar lo indispensable, es decir, para poder realizar la vida vegetativa somos absolutamente dependientes de la balanza internacional, y apenas nos basta nuestra exigua producción con el objeto de vivir pobremente, como en ciertas regiones de la República”.[4]

El tema educativo también fue abordado por Lombardo en varios momentos, lo mismo abogando para que los maestros de primaria pudieran ejercer sin un título académico, en el afán de llevar las letras a los mexicanos más humildes y necesitados de cultura, que pidiendo la supresión del examen profesional como requisito para graduarse, por considerarlo una farsa desde el punto de vista pedagógico e inútil como ceremonia social, permitiendo que cada escuela superior adoptara el procedimiento didáctico que valorara como el más adecuado para comprobar la correcta formación de los estudiantes.[5] Explicó también que la socialización de la ciencia no significaba rebajarla, sino que el gobierno diera oportunidad “lo mismo al pobre que al rico para llegar a adquirir la ciencia”.[6]

Expresó en varias ocasiones que había que poner fin al viejo liberalismo individualista, porque la Constitución de 1917 respondía a una nueva época en la que un nuevo régimen social se vislumbraba como una perspectiva alcanzable en el corto plazo. En este sentido es destacable su intervención en la primera sesión de la XXXII Legislatura, en la que afirmó:

Lombardo, Diputado. Grabado de Alberto Beltrán.
Lombardo, Diputado. Grabado de Alberto Beltrán.

“Mientras no cambie el estado actual social, así puedan morir todos los delincuentes, seguirán produciéndose más delincuentes, y la sangre de los que vengan será mayor que la sangre que corre actualmente. […] La delincuencia se acaba transformando a la sociedad”.[7]

Como diputado, Vicente Lombardo Toledano abogó por dignificar la labor legislativa. Así, señaló que un deber del parlamentario era informar al pueblo “cuáles son las razones de orden fundamental, de orden legal, de orden técnico, de orden filosófico” para reformar la Constitución o aprobar una iniciativa de ley. De la misma manera expresó que la Cámara de Diputados debía trabajar “de una manera seria, decorosa y respetuosa de su propio prestigio”. Hizo una crítica al Congreso de la Unión al considerar que fracasaba como institución revolucionaria y depositaria del Poder Legislativo porque prácticamente toda su labor se limitaba a cumplir indicaciones del Presidente de la República y discutir sus iniciativas de ley, “y no respondemos fielmente a los dictados del pueblo que nos ha traído hasta aquí, o que decimos que nos ha traído.”[8]

Lombardo Toledano participó en los primeros debates legislativos sobre la reglamentación del artículo 123 constitucional para todo el país, habiendo sido aprobado el proyecto por la Cámara de Diputados, el Senado puso trabas a su discusión en lo que Lombardo consideró una estrategia de un grupo de senadores opuestos a la Revolución Mexicana para intentar frenar su avance. A pesar de los obstáculos, se dijo confiado de que:

“El proletariado mexicano tendrá Ley Federal del Trabajo, quiéranlo o no lo quieran; el proletariado tendrá ley. Si esta legislatura no lo hace, la próxima lo hará, o la otra, o quién sabe cuándo, ¡pero se hará al fin! Esto que hoy es bandera, tendrá que ser realidad; y así como la federalización de la Ley del Trabajo, seguramente habrá un seguro obrero; seguramente habrá Secretaría del Trabajo; seguramente habrá toda una serie de principios y de propósitos y de leyes que encaucen a la Revolución”.[9]

Y en efecto, cuatro años después, en 1931 se promulgó la primera Ley Federal del Trabajo, habiendo participado activamente en las discusiones previas como representante de los trabajadores organizados.

En 1928, Vicente Lombardo Toledano buscó una segunda reelección, pero fue víctima de fraude frente a Benjamín Aguillón Guzmán, sobrino del entonces secretario de Gobernación, Adalberto Tejeda, concluyendo así en ese año la primera parte de su labor en el parlamento mexicano. Desde entonces estuvo alejado del Congreso de la Unión, pero tuvo como tribuna “la calle, el sindicato, la comunidad campesina, la cátedra, la prensa y los libros”, siendo un representante del pueblo de México, “en la lucha sindical, en la lucha agraria, en el campo de las ideas internacionales y como exponente de la cultura”.[10]

Fue gracias a la reforma electoral propuesta por el presidente Adolfo López Mateos, con la que se creó la figura de los diputados de partido como un primer paso hacia la representación proporcional, que Lombardo pudo regresar a ocupar un escaño en el Congreso de la Unión, formado parte de la XLVI Legislatura (1964-1967), la primera representación plural en décadas. Para entonces, México vivía una realidad muy diferente a la de los años veinte y Lombardo era ya un reconocido intelectual y un encumbrado dirigente político.

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*Presentación de la reedición del tomo I de la Obra Parlamentaria de Vicente Lombardo Toledano, México, CEFPSVLT, 2016. En imprenta.

[1] Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, Diario de los Debates, XXXII Legislatura, 20 de octubre de 1926.

[2] Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, Diario de los Debates, XXXII Legislatura, 23 de septiembre de 1927.

[3] Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, Diario de los Debates, XXXII Legislatura, 21 de octubre de 1926 y 16 de noviembre de 1926.

[4] Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, Diario de los Debates, XXXI Legislatura, 9 de diciembre de 1925.

[5] Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, Diario de los Debates, XXXII Legislatura, 14 y 16 de noviembre de 1927.

[6] Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, Diario de los Debates, XXXII Legislatura, 9 de noviembre de 1927.

[7] Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, Diario de los Debates, XXXII Legislatura, 10 de septiembre de 1926. La intervención de VLT en esta sesión no había sido incluida en ninguna recopilación previa. Por primera vez la publica el CEFPSVLT.

[8] Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, Diario de los Debates, XXXII Legislatura, 21 de noviembre de 1927, 22 de septiembre de 1927 y 28 de diciembre de 1927.

[9] Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, Diario de los Debates, XXXII Legislatura, 30 de diciembre de 1926 y XXXII Legislatura, 28 de diciembre de 1927.

[10] VLT, “Mitin electoral en Zaragoza, Puebla”, 15 de marzo de 1964, en Obra histórico-cronológica, tomo VI, vol. 14, México, CEFPSVLT, 2012: pp. 130-131, 129.

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2 comentarios en “Lombardo, Diputado Laborista (1925-1928)”

  1. ¿Donde quedo todo ese magnífico trabajo histórico parlamentario?¿Actualmente quién sigue su escuela y qué relación tiene con los grupos políticos que hoy se dicen de “izquierda”?

    • En el Centro de Estudios estamos preparando una nueva edición de la Obra Parlamentaria de Vicente Lombardo Toledano en sus dos etapas: XXXI y XXXII Legislaturas (como diputado del Partido Laborista Mexicano) y XLVI Legislatura (como diputado y líder de la bancada del Partido Popular Socialista).

      La respuesta a sus interrogantes la puede encontrar en el libro “Lombardo y su influencia en la vida política de México”, donde se analiza la participación del lombardismo en catorce legislaturas de la Cámara de Diputados y dos del Senado de la República. El libro está disponible aquí: http://www.centrolombardo.edu.mx/publicaciones-en-pdf-y-conferencias-en-abierto/?entry=28

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