Lombardo impulsa la unidad sindical

Juan Campos

Lombardo impulsa la unidad sindical

Por Juan Campos Vega

A partir de 1930, Vicente Lombardo Toledano transmite y comenta —sin crítica y con solidez— diversos postulados del marxismo-leninismo, los defiende ante sus enemigos y elogia a sus fundadores. Ha concluido su proceso de tránsito del idealismo al marxismo. Lo sintetiza de la siguiente manera:

Vicente Lombardo Toledano
Vicente Lombardo Toledano

Mi formación intelectual fue, necesariamente, primero idealista, en la que yo creí; después una formación que se alejaba del idealismo para pasar a la concepción materialista. Pero en ese periodo hubo, naturalmente, contradicciones en mí mismo y, por último, llegué a la depuración de mi pensamiento aceptando la doctrina del materialismo dialéctico de una manera definitiva [1].

Otro factor que contribuye a su transformación es su relación con los trabajadores y su participación en la actividad sindical, lo que se refleja en todas sus actividades, por ejemplo, en un artículo publicado en el diario Excélsior, en enero de 1930, dice que: “Descartes, Bacon, Lutero, Pasteur, Darwin, Marx, fueron hombres de cultura extraordinaria; triunfaron porque el conocimiento de los errores de las disciplinas y de las ciencias anteriores a ellos hizo posible la organización de su propio pensamiento [2]”.

En otro artículo publicado en febrero en el mismo diario, al elogiar las huelgas organizadas por el movimiento sindical, señala que Marx proporcionó la base técnica de la ley del valor, el secreto de la producción, la génesis del capital y el carácter preferentemente económico de la sociedad humana [3].

En una conferencia dictada en octubre, en la Escuela Nacional Preparatoria, al defender a la Revolución Mexicana, argumenta que se le hace “el mismo cargo que los enemigos de las doctrinas socialistas formulan contra el gran movimiento del proletariado del mundo, iniciado sobre bases sólidas a partir del Manifiesto del Partido Comunista que redactaran Carlos Marx y Federico Engels [4]”.

Federico Engels
Federico Engels

En diciembre de 1931, participa en la redacción del dictamen del consejo nacional de la CROM sobre acción política, congruente con la ideología marxista-leninista, plantea que la organización sindical es para luchar por las reivindicaciones económicas y políticas de quienes la integran, que está conformada por individuos que lo único que comparten es la lucha por sus intereses inmediatos e históricos, independientemente de sus preferencias ideológicas, políticas, y creencias religiosas, por lo que no es suficiente para transformar el régimen capitalista; mientras que una organización política tiene unidad ideológica y política y constituye el medio para acceder al poder del Estado, porque mientras éste no pase a manos de los trabajadores es imposible construir un nuevo sistema social, que el único camino para llegar al poder es el de la acción política, ya sea por medio de transformaciones legislativas paulatinas, o por la apropiación violenta del poder público [5].

Para precisar su opinión, diferencia las funciones de la organización sindical y de la política, y propone la forma para combinar la lucha gremial con la partidaria; dice que las agrupaciones que integran la CROM deban seguir realizando su programa sindical, pero estima inconveniente que se permita que sus miembros actúen políticamente en partidos que no sean de clase, y que también es perjudicial que las agrupaciones prediquen la abstención política de un modo constante, porque imbuyen en los trabajadores la idea de que la acción política es funesta e inútil [6].

En abril de 1932, es electo secretario general de la Federación de Sindicatos Obreros del Distrito Federal (FSODF); al día siguiente, en el discurso que pronuncia en el mitin conmemorativo del Primero de Mayo, expresa que no es una fiesta sino un acto de protesta contra la explotación de las masas por una minoría privilegiada, dueña de los medios y las fuentes de la producción económica, y que mientras la clase obrera no sea la dueña del producto de su trabajo, esta fecha es para recordar los sucesos de Chicago, es una fecha de protesta y no fecha de regocijo [7].

Después de analizar la situación económica y educativa, y referirse a la crisis del movimiento obrero —debido a la conducta de los mercenarios que han traicionado a la clase obrera, haciéndola depender del poder público—, expresa que los trabajadores están cansados de promesas incumplidas, que ha de llegar la hora de sepultar a todos los traidores a la revolución, de dentro y de fuera del gobierno, y concluye: “nosotros, camaradas, con todo el respeto que me merecen los primeros años de lucha del general Calles, no creemos como él que la revolución consiste en ayudar a los de abajo y a los de arriba; la Revolución Mexicana es unilateral y consiste exclusivamente en ayudar a los de abajo [8]”.

En ese momento, coexisten en la organización sindical dos corrientes: la reformista liderada por Luis N. Morones, cuya estrategia consiste en esperar la rectificación del gobierno, y la asumida por Lombardo, partidaria de la lucha de clases y la independencia de la CROM del poder público.

En julio, Lombardo pronuncia un discurso en el que después de preguntarse cuál debe ser la conducta del proletariado organizado ante la crisis, la derechización del gobierno y la ofensiva yanqui, expresa que la única respuesta del proletariado mexicano consciente y sincero es contribuir vigorosamente, por medio de su táctica de lucha, a la transformación del régimen burgués; que no puede ser otro camino para vivir y preparar una vida mejor para nuestros hijos, que si transigimos, si estamos de acuerdo con las transacciones, mantendremos el mendrugo de hoy a costa de privarnos del pan de mañana, que por esa razón ¡El camino está a la izquierda!, y que ese es el único camino de salvación [9].

En la Décima Convención de la CROM, de septiembre de 1932, se evidencia la pugna entre Lombardo y Morones, y el choque entre las dos corrientes es inevitable.

En un mitin organizado por la FSODF, Lombardo critica duramente la conducta del gobierno federal, y explica que: “Por este motivo nada es posible esperar ya del poder público; no podemos esperar nada de ellos porque el poder público carece de programa, porque el poder público cree que hay que entregar paulatinamente México a los Estados Unidos, y porque sus hombres se preocupan exclusivamente de hacer fortuna personal [10]”.

Los ideólogos e intelectuales al servicio de la burguesía acusan a Lombardo de ser un comunista solapado [11].” Éste responde que nunca ha predicado el comunismo, sino lo mismo que hace veinte años: la lucha de clases entre burguesía y proletariado; la socialización de las fuentes de producción económica, de la riqueza material; una mejor distribución de la renta pública; que las escuelas sirvan a la ideología revolucionaria; que se revisen los aranceles, los impuestos, y los métodos de gobierno; concluye afirmando que no hace comunismo, sino marxismo puro, de la mejor clase [12].

Su argumentación de no ser comunista, está relacionada no con el comunismo como doctrina y práctica política, sino a su rechazo a la política que mecánicamente aplican los miembros del Partido Comunista Mexicano (pcm) debido a la consigna sectaria de “clase contra clase”, aprobada en 1928 por la Internacional Comunista (IC), por eso explica que si no fuera marxista no tendría explicación ni justificación el esfuerzo que realiza y el que efectúan los trabajadores; que no es comunista porque difiere en el modo de actuar del partido organizado en Rusia, en la forma en que proceden los camaradas de Rusia, que se han equivocado y fracasado al querer sujetar a la misma táctica a todos los países del mundo sin importar los propósitos, los antecedentes, las características y las peculiaridades de cada pueblo [13].

Al finalizar su discurso, Lombardo argumenta: “El Estado significa, en todas las épocas de la historia, dictadura; siempre ha sido dictadura de una minoría; queremos que haya una dictadura de la mayoría sí, pero al servicio de los destinos de todos ”[14].

Morones responde atacando públicamente a Lombardo: lo acusa de propagar ideas exóticas, como la del socialismo.

Lombardo, en su renuncia a la organización sindical, señala que Morones, entre otras descalificaciones hacia su persona, desautorizó su discurso tachándolo de radical y perjudicial para la organización. Argumenta que desde que ingresó, en 1921, es la primera ocasión que desautorizan sus opiniones, que siempre ha normado su conducta con base en: “La declaración de principios de la constitución de la CROM, que sustenta la teoría materialista de la historia de Karl Marx y preconiza la lucha de clases como medio para lograr la emancipación del proletariado [15]”, y que ha pasado por alto el modo de vida de muchos de sus integrantes, porque su interés ha sido servirle a la masa y no a sus dirigentes. Después de responder a las demás críticas de Morones, afirma que su decisión de separarse: “Obedece a los motivos antes dichos y, además, a mi propósito de no dividir a la organización obrera [16]”. La separación de Lombardo representa: “En realidad el momento decisivo en el lesionamiento vital de la fuerza de la crom [17]”.

En 1933, la mayoría de los delegados a la convención de la confederación, protestan por las desviaciones de derecha de Morones y deciden convocar a una asamblea extraordinaria, e invitan a Lombardo para que dirija a la que llamaron “CROM depurada”. En marzo, cuando interviene en la convención extraordinaria pregunta ¿cuál fue la ideología de la CROM?, y responde: “Una repetición de los estatutos de muchas organizaciones obreras europeas partidarias de las doctrinas del socialismo científico formulado, preconizado y explicado por Karl Marx en la Primera Internacional obrera [18]”.

Primera Internacional
Primera Internacional

Explica que muchos párrafos y artículos de los documentos básicos de la CROM están tomados del Manifiesto del Partido Comunista, con el cual los va cotejando; por ejemplo, el artículo 18 expresa “que los sindicatos y uniones son cuerpos de acción organizados con el objeto de realizar la lucha de clases [19]”; en otra parte declara: “Que la industria debe estar en manos de quien la hace producir; que es preciso descentralizar la propiedad, que es menester socializar las fuentes de la producción económica, que es preciso remplazar al Estado capitalista por el Estado proletario [20]”, pero que, en la práctica, estos principios habían sido olvidados por sus dirigentes.

La convención acepta que sea revisada a fondo la actuación de la organización sindical y adopta el Programa Mínimo de Acción de la CROM —que incluye los principios del sindicalismo revolucionario, que Lombardo elabora en su carácter de dirigente de la FSODF— donde se establece la necesidad de reorganizar y depurar los sindicatos mediante el establecimiento de la democracia en su vida diaria; erradicar la corrupción; prohibir que sus miembros asistan a ceremonias religiosas; educar política y culturalmente a los trabajadores; prohibir que sus miembros acepten puestos públicos; desvincular a la organización del Partido Laborista Mexicano y de la Confederación Obrera Panamericana, y constituir la Confederación Obrera Iberoamericana, con un programa de defensa y acción contra el imperialismo; además, de un conjunto de demandas económicas y sociales entre las que destacan: nacionalizar el petróleo, la electricidad, los ferrocarriles, los transportes, las comunicaciones y la minería; intensificar la reforma agraria; restringir la entrada de capitales extranjeros, y reformar el artículo 123 constitucional y la legislación laboral para responder a las necesidades de vivienda, salud, transporte, educación —cuya orientación deberá ser socialista— y otras medidas populares; todo lo anterior con base en la acción permanente de los trabajadores al amparo de: “La lucha de clases hasta la desaparición del régimen burgués [21]”.

En octubre de 1933, Lombardo constituye la Confederación General de Obreros y Campesinos de México (CGOCM), con la mayoría de los sindicatos de la CROM y otras organizaciones independientes. En la nueva confederación quedan plasmados principios que caracterizan al sindicalismo revolucionario: lucha de clases, democracia sindical e independencia del movimiento obrero.

Confederación General de Obreros y Campesinos de México
Confederación General de Obreros y Campesinos de México

El propósito de Lombardo es rehacer la unidad sindical. Valora la importancia de la CGOCM, como “una institución que se ha dado cuenta de que hay un problema más urgente que el de discutir sobre el sistema que debe remplazar a la sociedad capitalista: el de rehacer la fuerza del proletariado, agrupando en un solo organismo los núcleos dispersos o antagónicos [22]”, que con el desarrollo de su fuerza reconstituida decidirá acerca de los problemas a mediano plazo.

Aunque considera a la CGOCM como una organización de transición, de corta vida —octubre de 1933 a febrero de 1936— señala que está llamada a contribuir a generar frutos mayores desde el punto de vista organizativo e ideológico para la clase obrera y para contribuir a la unidad de los trabajadores de América Latina, y explica que constituye: “Un nuevo baluarte, recio grande, con […] experiencia fecunda […] dispuesta a inaugurar una nueva era por la reivindicación económica y moral de las masas desvalidas de México [23]”.

[1] James W. Wilkie y Edna Monzón de Wilkie, México visto enop. cit., p. 100.

[2] Vicente Lombardo Toledano (en adelante VLT), “Revolución y cultura”, Obra histórico-cronológica, t. II, vol. 1, p. 281.

[3] VLT, “Elogio de la huelga”, op. cit., p. 318.

[4] VLT, “El sentido humanista de la Revolución Mexicana”, op. cit., p. 385.

[5] Juan B. Fonseca y VLT, “A las agrupaciones dependientes del Partido Veracruzano del Trabajo, representante en el estado del Laborista Mexicano”, Obra histórico-cronológica, t. II, vol. 2, p. 307.

[6] Ibid., p. 311.

[7] VLT, “Discurso del Primero de Mayo de 1932”, Obra histórico-cronológica, t. II, vol. 3, p. 103.

[8] Ibid., p. 115.

[9] VLT, “¡El camino está a la izquierda!” op. cit., pp. 192-193.

[10] VLT, “Mitin de la Federación de Sindicatos del D.F.”, op. cit., p. 242.

[11] Ibid. p. 243.

[12] Idem.

[13] VLT, “Mitin de la… op, cit., p. 244.

[14] Ibid. p. 246.

[15] VLT, “Renuncia a la crom”, op. cit.,  p. 250.

[16] Ibid., p. 252.

[17] Tzvi Medin, El minimato presidencial: historia política del maximato, (1928-1935), p. 61.

[18] VLT, “Discurso pronunciado ante la Convención Extraordinaria de la CROM, Obra histórico-cronológica, t. II, vol. 4,  p. 38.

[19] Ibid., p. 40.

[20] Ibid., p. 42.

[21] VLT y Rafael García, “Programa Mínimo de Acción de la CROM”, Obra histórico-cronológica, t. II, vol. 4, pp. 73-82.

[22] VLT, “La Confederación General de Obreros y Campesinos de México”, op. cit., p. 238.

[23] Ibid., p. 239.

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2 comentarios en “Lombardo impulsa la unidad sindical”

  1. Se debe retomar y de manera urgente!!!!, éste proyecto!; es muy necesario para al país
    Claro!; habrá que agregarle unas clausulas para tener PURA GENTE COMPROMETIDA!!!! Y CON VERDADERO DESEO DE HACER BIEN Y LEGALMENTE LAS COSAS, Y HACER REFERENDUNS, PARA ABROGAR LEYES DE ENERGÍA Y TELECOMUNICACIONES ,PARA QUE PASEN A PROPIEDAD DEL ESTADO!!

  2. EXELENTE DOCUEMENTO SOBRE PARETE DE LA VIDA Y OBRA DEL DR, VICENTE LOMBARDO TOLEDANO, FELICIDADES, EN SU HOMENAJE ESTE 16 DE JULIO,

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