Vicente Lombardo Toledano, Gobernador del estado de Puebla (segunda parte)

Emilio

Vicente Lombardo Toledano, Gobernador del estado de Puebla (segunda parte)

Por Emilio García Bonilla

Como gobernador de Puebla, Vicente Lombardo Toledano se propuso demostrar que el Partido Laborista Mexicano y la Confederación Regional Obrera Mexicana, ambos organismos de la clase trabajadora, habían “meditado profundamente el verdadero programa de salvación y de organización social del país”, mismo que él contribuiría a realizar desde su ámbito de acción, estando sus primeras acciones de gobierno encaminadas en ese sentido: nivelación de los presupuestos del estado, corrección de los errores políticos de las leyes dictadas para perpetuar a un grupo de hombres en el poder, un programa educativo “que cambie el ambiente de incultura y de postración moral en que vive actualmente Puebla”.[1]

En todo el estado de Puebla, los boletines del gobierno informaron puntualmente de las actividades, reformas y logros de la administración de Lombardo, gracias a lo cual muchos de sus antiguos opositores le manifestaron simpBoletín del Gobierno del Edo. de Puebla 1924atía y sus partidarios se terminaron de convencer.[2] Entre las acciones a destacar del gobierno lombardista en Puebla podemos mencionar el reparto de tierras y dotación de ejidos beneficiando a trece poblaciones, entre ellas Esperanza, San Jerónimo Caleras, Chalma y Huaquechula, sumando 12 859 hectáreas repartidas en tres meses.[3]

El gobierno de Lombardo fue garante de los derechos de la clase trabajadora, estableció los primeros contratos colectivos del país, apoyó la creación de cooperativas, el crédito a trabajadores, la reorganización de la industria textil y se proyectó la creación de una universidad del obrero. En su administración los impuestos a los banqueros se incrementaron en 500% para que sirvieran de recurso para el Colegio del Estado, institución a la que modificó sus planes de estudio para modernizar la enseñanza, y por cierto, prohibió las corridas de toros, por considerarlas carentes de un valor constructivo.[4]

Gobierno de Intelectuales o Areópago Griego

Vicente Lombardo Toledano presentó una iniciativa para crear el Museo de Historia, Arqueología y Etnografía, primera institución de este tipo en el estado,[5] en ese documento argumentaba:

[…] he juzgado que uno de los deberes más altos que tiene el gobierno que en la actualidad tengo la honra de presidir, es el de crear cuanto antes un Museo […], considerado, no como un conjunto sin orden ni principio de objetos de estimación más o menos relativa, sino como un sitio que recuerde de un modo dinámico el pasado de nuestro terruño y la importancia que tuvo el espíritu privilegiado de los hombres y los pueblos, […] señalando el camino del porvenir.[6]

Luís Castillo Ledón, director del Museo Nacional de Arqueología, Historia y Etnología, respaldó ese proyecto, ofreciendo enviar a Puebla las piezas arqueológicas duplicadas que no estuvieran exhibidas en los salones del Museo Nacional. Ante la solicitud de Lombardo de “vaciados en yeso de los más importantes objetos del Salón de Monolitos”, Castillo Ledón aceptó formar una colección “compuesta de veinte piezas de las más interesantes”, para lo cual se requerían 250 pesos en oro nacional.[7] Este proyecto daría lugar en 1926 al Museo Casa de Alfeñique, aunque lejos de la finalidad buscada por Lombardo.

Estando Lombardo al frente del gobierno de Puebla, Felipe Carrillo Puerto, el gobernador socialista de Yucatán fue fusilado, siendo este uno de los momentos más trágicos de la rebelión delahuertista. Al enterarse de este crimen, Lombardo Toledano declaró:

Carrillo tenía cualidades extraordinarias: su amor al pueblo, su conocimiento profundo de Yucatán, su fe sin desmayos, su energía infatigable. […] El trágico fin de Felipe Carrillo Puerto no debe desalentar, sin embargo, a ninguno de los que trabajamos por la renovación social de México. Antes bien, su ejemplo debe estar siempre delante de nosotros para animarnos y darnos energía en esta obra difícil, pero necesaria y salvadora.[8]

El gobierno del estado de Puebla organizó una velada dedicada “a la memoria del mártir revolucionCarrillo Puertoario” en la que intervinieron Pedro B. Limón, en representación de la Confederación Sindicalista del estado, Mariano Sánchez en nombre de los campesinos organizados, y el propio gobernador Lombardo.[9]

También destacó en este periodo la iniciativa de Lombardo Toledano, Alfonso Caso, Henríquez Ureña, y Loera y Chávez, para fundar la revista Puebla, la cual trataría “todos los tópicos de orden social que puedan interesar a los habitantes del Estado de Puebla”, pretendiendo además, hacer de esa publicación “un órgano de intensa difusión social ocupándose en todos los problemas nacionales y presentando las grandes corrientes dinámicas e ideológicas que inquietan al mundo.” Agustín Loera y Chávez sería el director de la publicación y entre sus colaboradores se mencionó a Antonio Caso, Diego Rivera, Genaro Estrada, Dr. Atl, Daniel Cosío Villegas, Javier Icaza, así como personajes de la vida política estatal como Lauro Camarillo, Pedro Limón, Crisóforo Ibáñez, Juan Andrew Almazán, entre muchos otros.[10] Esta publicación fue muy efímera pues su vida se limitó a un solo número: el primero y el último.

En ese único número de la revista Puebla, el gobernador Lombardo publicó un artículo titulado “Morfología de las organizaciones sociales en Puebla”, en el que luego de un análisis de las formas de opresión y dominación de las que eran víctimas los trabajadores urbanos y campesinos de Puebla, y de las ineficaces formas de organización sindical para hacerles frente, concluía declarando:

Es necesario conservar la organización comunal de los campos llevando hasta la conciencia de sus miembros la supremacía de ese sistema de vida como organismo moral y productor.

[…] Es necesario llevar a la conciencia de los obreros organizados de la gran industria la idea de que las organizaciones deben reposar de hoy en adelante en la concepción clara y perfecta de cada uno de sus miembros respecto de lo que es la organización sindicalista.

Es necesario llevar a la conciencia de los artesanos el concepto de su ruina moral y económica, así como la necesidad de que se organicen en asociaciones por comunidades de producción.[11]

Grabado de Alberto Beltrán
Grabado de Alberto Beltrán

En las anteriores líneas, ya podemos distinguir a un Lombardo preocupado por cambiar el pensamiento de los trabajadores, haciendo énfasis en una conciencia de clase que había que desarrollar, destacando la organización y la unidad del proletariado en oposición al individualismo para realizar sus objetivos, todo ello razonado sin conocer todavía a fondo el pensamiento marxista pues, según él mismo, el estudio sistemático de las obras de Marx y Engels lo comenzó en 1925.[12]

Sin embargo, como se mencionó en el artículo anterior, el estado de Puebla vivía un periodo de gran inestabilidad política, por lo que las condiciones para que esa entidad tuviera un gobierno ilustrado-progresista no estaban dadas. Las acciones de gobierno emprendidas hicieron que la reacción exigiera al gobierno federal la remoción del gobernador.

El presidente Obregón en vista de tales presiones, por medio del secretario de Gobernación, Enrique Colunga, le pidió a Lombardo que dejara la gubernatura a finales de marzo de 1924. Era evidente que se necesitaba la energía de un militar al frente del gobierno y no el talento de un intelectual, así que Lombardo se separó del cargo a finales de marzo de 1924 y el general Alberto Guerrero fue designado gobernador interino.

Ante su salida del gobierno, la Sociedad de Estudiantes de Derecho en el Colegio del Estado envío a Lombardo un emotivo mensaje de despedida en el que le expresaron:

A pesar de que usted ya está lejos de nosotros, su nombre ha quedado grabado en nuestro corazón, teniendo a honra reputarlo nuestro compañero, así mismo lo hemos anotado en el catálogo de nuestros amigos predilectos y por consiguiente quedamos incondicionalmente a sus órdenes para atenderlo en todo lo que podamos servir, pues usted es una persona que nos dispensó múltiples bondades a las que no fuimos acreedores.”[13]

Su experiencia como breve gobernador de Puebla le permitió a Lombardo conocer de cerca los problemas sociales existentes aun varios años después de haber concluido la revolución armada, comprendiendo que las pugnas políticas por llegar al poder continuaban y los sectores más numerosos seguían sin recibir beneficios. Pudo además poner en marcha algunas reformas y programas con la finalidad de impulsar el desarrollo del estado.[14] Años después, el propio Lombardo reconocería: “Mi experiencia como gobernador de Puebla fue muy interesante para mi formación política”.[15]

Vicente Lombardo Toledano regresó a la Ciudad de México y ocupó el cargo de regidor del Ayuntamiento, para el que había sido electo meses atrás.

[1] VLT, “Criterio de gobierno”, Declaración publicada en el Boletín del Gobierno del Estado Libre y Soberano de Puebla, tomo 1, núm. 8, Puebla de Zaragoza, 7 de enero de 1924, en Obra histórico-cronológica, México, CEFPSVLT, 1994: T.I, Vol. 2, pp. 5-7.

[2] Carta de Benigno Campos a VLT, Teziutlán, 14 de abril de 1924, en CEFPSVLT, Fondo Vicente Lombardo Toledano.

[3] Relación que manifiesta los pueblos que han sido dotados de ejidos, 1923-1924, en Fondo Histórico Lombardo Toledano de la Universidad Obrera de México (FHUOM), Legajo 43.

[4] Martín Tavira Uriostegui, Vicente Lombardo Toledano. Rasgos de su lucha proletaria, México, Partido Popular Socialista-El Día en libros, 1990: pp. 134-142.

[5] Pedro A. Palou, “Vicente Lombardo Toledano, Gobernador de Puebla”, en Marcela Lombardo (coord.), Vicente Lombardo Toledano y la batalla de las ideas, México, CEFPSVLT, 2005, pp. 213-214.

[6] VLT, “Iniciativa para crear el Museo de Historia, Arqueología y Etnografía de Puebla”, Circular publicada en el Boletín del Gobierno del Estado Libre y Soberano de Puebla, tomo 1, núm. 8, Puebla de Zaragoza, febrero 9 de 1924, en Obra histórico-cronológica, op. cit.: T.I, Vol. 2, p. 52.

[7] Carta de Luís Castillo Ledón a VLT, 14 de febrero de 1924, en FHUOM, Legajo 47.

[8] VLT, “El asesinato de Felipe Carrillo Puerto”, Declaraciones publicadas en el Boletín del Gobierno del Estado Libre y Soberano de Puebla, tomo 1, núm. 8, Puebla de Zaragoza, febrero 9 de 1924, en Obra histórico-cronológica, op. cit.: T.I, Vol. 2, pp. 8-9.

[9] Programa de la velada que el gobierno del estado dedica a la memora del mártir revolucionario Felipe Carrillo Puerto, 25 de enero de 1924, en FHUOM, Legajo 46.

[10] Carta de los fundadores de la revista Puebla a Guillermo Toussaint, 21 de febrero de 1924, en FHUOM, Legajo 48.

[11] “Morfología de las organizaciones sociales en Puebla”, en Puebla, revista quincenal de asuntos sociales e ideas de interés general, núm. 1, Puebla de Zaragoza, marzo 15 de 1924, en Obra histórico-cronológica, op.cit.: T.I, Vol. 2, p. 17, cursivas en el texto consultado.

[12] VLT, en James Wilkie y Edna M. de Wilkie, Vicente Lombardo Toledano. Teórico y militante marxista [Entrevistas 1964-1965], México, Partido Popular Socialista, 1989: p. 32.

[13] Carta de Roberto Ochoa a VLT, 25 de marzo de 1924, en FHUOM, Legajo 53.

[14] Leonardo Lomelí Vanegas, Breve Historia de Puebla, México, El Colegio de México-Fondo de Cultura Económica, 2001: pp. 340-342 y Gustavo Abel Hernández Enríquez, Historia Moderna de Puebla. Tomo II, 1920-1924. El periodo de la anarquía constitucional, México, s.e., 1988: pp. 100-101.

[15] Wilkie, op. cit.: p. 38.

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