Lombardo y lo que todo revolucionario debe saber.

Cuaúhtemoc

Lombardo y lo que todo revolucionario debe saber.[1]

Por Cuauhtémoc Amezcua Dromundo.[2]

Vicente Lombardo Toledano consideró que todo político revolucionario tiene la obligación de estudiar y prepararse día con día en un proceso que no tiene fin. Él mismo lo hizo así a lo largo de su vida, porque, como lo afirmó, quienes se dedican a esa actividad requieren de un conocimiento sustentado “de los conceptos, de las categorías universales, de las leyes de la naturaleza y de la sociedad, para no extraviarse enMoscúoPekín1 el practicismo sin teoría” que lleva al fracaso, y para no incurrir en “desviaciones ideológicas en el planteamiento de los hechos y en la solución de los problemas, que no son sino el resultado de la ignorancia de la doctrina filosófica del materialismo dialéctico y de su aplicación práctica con espíritu creador”.[3]

Para Lombardo Toledano, ¿qué es lo que fundamentalmente debe saber todo luchador político revolucionario? Puesto que no hay acción revolucionaria sin teoría revolucionaria –destacó evocando a Lenin– todos los que aspiran a ser combatientes revolucionarios; todos aquéllos que hacen suya la tarea superior de transformar la sociedad, deben conocer a fondo la teoría que sustenta la lucha revolucionaria. Y ésta es la filosofía que sustenta el proletariado, el materialismo dialéctico, porque, en sus propias palabras:

“El Materialismo Dialéctico es una doctrina sobre el universo, el mundo y la vida, que se basa en la tesis de la materia como substancia de todo lo que existe, desde las cosas inanimadas hasta el pensamiento del hombre. Y en la dialéctica, como ley fundamental de la materia en constante movimiento y, por tanto, del proceso de la historia”.[4]

Además, Lombardo valoró que:

“…la doctrina del materialismo dialéctico, la doctrina marxista no sólo representa la síntesis más importante realizada en la historia del pensamiento humano, sino que representa el descubrimiento más trascendental en la historia del conocimiento y de la cultura: el descubrimiento de las leyes que rigen cuanto existe, de las leyes que rigen el universo todo, de las leyes que rigen la naturaleza, el hombre y la vida social”.[5]

Para apreciar con mayor nitidez elevada concepción respecto de las ideas filosóficas de Marx y Engels, en especial del materialismo dialéctico y su valor, conviene traer a la memoria otras dos reflexiones suyas sobre el particular. Una, en la que expresó que se trata de “…la suma de los conocimientos logrados por la civilización y la cultura a lo largo de los siglos”.[6] Y otra más, en la que manifestó:

“Lo grandioso del materialismo dialéctico estriba en que es una doctrina del mundo y de la vida con una concepción verdaderamente científica de la materia y del movimiento, que los filósofos y los investigadores del pasado no estaban en aptitud de alcanzar. El materialismo dialéctico sitúa al hombre en el centro del mundo no como un ser pasivo, sino activo, como un ser creado por el proceso de la naturaleza; pero también como un creador de ella, por la interacción que existe entre el ser y el pensamiento”.[7]

¿Qué otras disciplinas, además del materialismo dialéctico, deben ser motivo de estudio y conocimiento por parte de quienes aspiran a contribuir certeramente a la elevada tarea de transformar la sociedad de manera progresiva, en calidad de políticos revolucionarios? De acuerdo con Lombardo, deben conocer, comprender y saber aplicar a la realidad concreta:

“…el materialismo histórico, que es el materialismo dialéctico aplicado al desarrollo de la humanidad, la economía política, que es la aplicación del materialismo histórico al conocimiento particular de un período de la historia de la sociedad humana: la etapa del nacimiento y desarrollo del régimen capitalista, y, por último, el socialismo científico, que es la aplicación del materialismo dialéctico, del materialismo histórico y de la economía política, al tránsito del régimen capitalista al régimen socialista”.[8]

¿Por qué? Entre otras razones, porque constituyendo junto con el materialismo dialéctico, el marxismo propiamente dicho, siempre que se intente hacer el análisis “de un hecho concreto, de un fenómeno social determinado o de un período histórico particular, sólo teniendo en cuenta el contenido amplio de la doctrina marxista se puede llegar a un examen correcto y, consiguientemente, a conclusiones justas”.[9] Y esos tipos de análisis constituyen parte medular del trabajo cotidiano de todo luchador al servicio de la clase trabajadora, que sólo tiene dos opciones, o realiza un examen certero a la luz de la teoría marxista o incurre en la improvisación, o en otro tipo de actitudes antimarxistas. El propio Lombardo desarrolló esta idea:

“No podría, pues, hacerse del marxismo un dogma, ni emplear el procedimiento de ir a los libros fundamentales del marxismo para encontrar soluciones concretas en ellos para realidades que se presentan siempre nuevas en el desarrollo de la sociedad. La única forma de evitar el error de hacer del marxismo un dogma es la aplicación perpetua del marxismo, la reaplicación del marxismo a los fenómenos concretos de la vida social. Si no se aplica el marxismo a un hecho dado, en un momento dado, en un sitio dado, dentro del desarrollo de la sociedad, se puede incurrir en gravísimos errores. Por eso, la única forma es tomar el objeto del conocimiento, el fenómeno, el hecho, el período histórico que se quiere investigar, como algo nuevo, a la luz de los principios del marxismo”.[10]

Asimismo, consideró que todo político revolucionario debe conocer en primer lugar las leyes económicas que “rigen el desarrollo de las fuerzas productivas y las relaciones de producción”,[11] porque esas leyes, que forman parte del materialismo histórico,

“…constituyen el conocimiento fundamental del proceso de la sociedad humana. A determinado grado de la multiplicación y de la eficacia de los instrumentos de la producción económica, y de las relaciones que se establecen entre los propietarios de esos instrumentos y los que los manejan con su esfuerzo manual e intelectual, corresponde un sistema concreto de la vida colectiva que engendra un conjunto de valores, de conceptos acerca de las relaciones entre los hombres y de las formas más importantes de su pensamiento”.[12]

¿Qué es el subjetivismo en política?

Congruente con sus principios, juzgó con severidad a los que convierten la política en producto del subjetivismo que, como lo explica, consiste en el “desprecio de la realidad objetiva que trata, al mismo tiempo, de operar sobre ella…”[13]

Subjetivismo en que, desde su punto de vista, incurre la burguesía, porque de manera inútil intenta perpetuar el modo capitalista de producción, que habrá de desaparecer como consecuencia de sus contradicciones congénitas y, sobre todo, como resultado de la lucha de clases. Pero no sólo la burguesía: también caen en el subjetivismo quienes, desde la trinchera de los explotados, creen que no hace falta que existan las condiciones materiales –y que si no las hay, es necesario crearlas—sino que suponen que basta con la voluntad de unos pocos, muy resueltos, para ir hasta donde lo deseen, “más allá de las transformaciones posibles”, aunque en la realidad terminan “actuando en contra de las leyes que presiden el desarrollo de la sociedad”.[14]

Por cierto, esta deformación, también conocida como “voluntarismo”, ha sido motivo de autocrítica enérgica por parte de muchos partidos comunistas y obreros del mundo –y particularmente, de América Latina—porque ha sido causante de innumerables y graves tropiezos para la lucha revolucionaria en diversos países de nuestra región y del mundo.

Vicente Lombardo Toledano fue congruente: fiel a sus convicciones, dedicó su inteligencia, su cultura y su vida a la política revolucionaria como teoría y como praxis, y en consecuencia, a la transformación de la sociedad humana en los ámbitos nacional e internacional. Ya desde joven, había forjado su decisión de ser “un soldado del invencible ejército de la clase trabajadora que todo lo produce, todo lo descubre y todo lo crea con sus manos y con su cerebro, lo mismo en las minas que en las fábricas, en las escuelas, en los laboratorios de investigación y en el interior de la conciencia.”[15] Y así lo cumplió sin titubeos ni claudicaciones.

[1] Segundo fragmento de mi investigación titulada “Lombardo y sus ideas. Su influjo en la vida política y social de México en los siglos XX y XXI”, recién concluida.

[2] Maestro en Ciencia Política por la Universidad Nacional Autónoma de México. Investigador de tiempo completo. Coordinador de Investigación del Centro de Estudios Filosóficos, Políticos y Sociales “Vicente Lombardo Toledano”.

[3] Lombardo, “La política y las leyes de la realidad”, en ¿Moscú o Pekín?, La vía mexicana al socialismo. Editorial Combatiente, México, 1975, pág. 19.

[4]Vicente Lombardo Toledano, Para leer y entender El Capital, sílabo de la conferencia dictada en la Universidad Obrera de México el 30 de octubre de 1967. Publicado en la Revista Siempre!, número 751. Noviembre 15 de 1967. Disponible en Escritos en Siempre! Tomo I/Vol.1, CEFPSVLT.

[5] Vicente Lombardo Toledano, “Objetivos y táctica del proletariado y del sector revolucionario de México en la actual etapa de la evolución histórica del país”, Texto de la ponencia que presentó, en calidad de texto inicial de los debates, en la mesa redonda a la que él mismo convocara a los diferentes grupos y personalidades de pensamiento marxista en México, con el objeto de efectuar un riguroso análisis de las condiciones de México y trazar la línea estratégica y táctica a seguir en la postguerra, misma que sería recogida por la historia con el nombre de Mesa Redonda de los marxistas mexicanos. Periódico El Popular, 1º de febrero de 1947, 2ª  sección, México, D. F., pp. 1, 2, 3 y 4. Ver Mesa redonda de los marxistas mexicanos. CEFPSVLT, México. 1982. Pág. 22.

[6] Lombardo, Mensaje a un joven socialista mexicano. Empresas Editoriales, México, 1967. Pág. 14.

[7] Op cit., pp. 14 y 15.

[8] Mesa redonda de los marxistas mexicanos, op cit., pág. 23.

[9] Ibídem.

[10] Op cit., pág. 32

[11]Lombardo. “La política y las leyes de la realidad”, Pág. 20.

[12] Ibídem.

[13] Vicente Lombardo Toledano, “Notas sobre el subjetivismo en política”. Artículo publicado en la revista Siempre!, núm. 249, 2 de abril de 1958. Se puede consultar en VLT, Escritos en Siempre!, tomo I, vol. 2, pág. 684. Ediciones del CEFPSVLT. México, 1994. También, en el folleto VLT, Lecciones de política para párvulos. Pág. 1. Ediciones del CEFPSVLT. México, 2008.

[14] Op cit., pág. 2.

[15] Lombardo, Lo que la vida me ha enseñado, ibídem.

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