Pensamiento simbólico en chimpancés

Bernardo Yáñez

Una breve exploración al pensamiento simbólico en chimpancés

Por Bernardo Yáñez

Darwin pensaba que la primera etapa o la más primitiva en la evolución del lenguaje fue una expansión de la inteligencia prelingüística en los primates, lo cual dio como resultado una capacidad de representar el mundo simbólicamente. Aunque él en realidad no declaró explícitamente las implicaciones de esta afirmación, está claro que se refería a que la intencionalidad en humanos (nuestra habilidad para representar y hacer proposiciones acerca del mundo) debió surgir de manera prelingüística. Lo anterior implica necesariamente formas de cognición homínina arcaicas. Darwin no especificó la forma precisa en la que pudieron darse los cambios en la cognición, no obstante, esto pudo darle a los homíninos una habilidad para formular intenciones y comunicarlas de forma simbólica.

Charles Darwin
Charles Darwin

En el presente artículo se pone a consideración del lector la decisión –en términos de la evidencia que se presenta– sobre si la descripción anterior del proceso evolutivo (que en realidad no es más que una caricatura del mismo), que llevó al pensamiento simbólico en los humanos según Darwin, es plausible o no incluso para los chimpancés. En relación a esto, existe un trabajo que se refiere a las capacidades simbólicas en la comunicación entre los chimpancés, en vida libre, realizado por Christophe Boesch y sus colaboradores (1991). En este estudio, los investigadores afirman que los chimpancés son capaces de producir y transmitir información de forma simbólica. Para comprobar la afirmación anterior lo que hicieron fue seguir el camino de los chimpancés mientras forrajeaban. Es importante mencionar que el tipo de organización social y la dinámica de la misma entre los chimpancés se conoce como fisión-fusión; la cual consiste en estar fusionados o agrupados durante la noche y dispersados durante el día. Se ha establecido por los primatólogos que ésta estrategia aminora los riesgos de la depredación durante la noche mientras que, durante el día –es decir, en la fase de dispersión–, se optimiza la obtención de recursos alimenticios. Durante el forrajeo, además de comer, los chimpancés deambulan por el suelo del bosque emitiendo vocalizaciones y golpeteando los árboles. Se ha interpretado que las vocalizaciones y el golpeteo en los árboles emitidos por los chimpancés tienen un significado específico para los demás integrantes del grupo, dependiendo del contexto en el que se presenten.

Una descripción breve de las observaciones y del trabajo se relata a continuación: lo que se obtuvo en este estudio fueron tres tipos diferentes de llamados particulares. Estos llamados eran emitidos únicamente por los machos dominantes del grupo. La primera observación fue que cada chimpancé tiene un modo particular, tanto en volumen como en tono, para ejecutar sus vocalizaciones. Sin embargo, fue la asociación de las vocalizaciones con los golpeteos en los árboles lo que se consideró como mensajes con contenido. El primero de los llamados se refiere, según los investigadores, al cambio en la dirección del viaje. A partir de que los demás individuos del grupo escuchan un primer golpe en un árbol y después (menos de 2 minutos) otro golpe en otro árbol, ellos interpretan que deben realizar un cambio en la dirección que llevan. La ejecución del chimpancé que indica el cambio de dirección es de la siguiente manera: el primer golpe se da en el árbol que guarda la misma orientación que la que llevan los chimpancés en su camino, a continuación se da un golpe en otro árbol que se ubica fuera del eje en el que van dirigidos los chimpancés. Según el autor, este segundo golpe indica en qué dirección deben cambiar su camino los chimpancés. Las observaciones hechas ante este llamado sugieren que, efectivamente, los chimpancés pueden interpretar esto como un mensaje con contenido que los hace modificar su comportamiento.

chimpanzee-314270_640El segundo llamado que fue documentado en este estudio hace referencia a un momento de descanso. Este llamado consiste de dos golpeteos en el mismo árbol. Pero no nada más se indica un tiempo de reposo sino que también se comunica la duración que tendrá el mismo. Éste se da de la siguiente manera: se golpea en un árbol que se encuentra en la misma dirección del grupo dos veces en un tiempo menor a dos minutos. Una vez concluido el tiempo de descanso los chimpancés retoman su camino. El tiempo de descanso de los chimpancés silvestres suele aproximarse a una hora (Boesch 1991). El autor piensa que este llamado indica el momento en el que se detendrán a descansar, mas que indicar la duración del mismo. Este llamado, asociado a su respuesta que sería detenerse a descansar, pudo observarse en 14 casos distintos. En una ocasión se escuchó al macho dominante del grupo golpetear cuatro veces seguidas en el mismo árbol. La respuesta ante este llamado fue que los chimpancés permanecieron durante 2 horas con 16 minutos descansando; en lugar de sólo una hora. Un ejemplo aislado como éste no es suficiente para demostrar el pensamiento simbólico en estos animales; sin embargo, éste sugiere que el número de golpes en los árboles podría indicar la duración que tendrá el periodo de reposo.

Finalmente, tenemos el tercer llamado. Esta última evidencia no solamente nos habla de la capacidad que tienen los chimpancés para representar símbolos en su mente, sino que además, nos dice que pueden combinar mensajes. Esta vocalización ejecutada por los chimpancés ha sido nombrada por el autor como “cambio de dirección y tiempo de reposo”. Es decir, combinan los dos mensajes anteriormente expuestos en uno que contempla ambos referentes. La forma en que fue transmitido este mensaje fue la siguiente: el macho alfa del grupo golpeteó una sola vez en un árbol que se encuentra en el mismo eje en el que dirigen su camino y después golpeó dos veces (en menos de dos minutos) en otro árbol hacia donde pretenden dirigirse. De manera alternativa pudo observarse esta misma secuencia pero invertida; es decir, primero un doble golpeteo en el árbol que se encuentra en el mismo eje y luego otro golpe indicando la dirección que se tomará después del receso. En ambos casos, la información concerniente al tiempo de reposo tuvo un efecto inmediato, mientras que el otro mensaje sólo se tomó en cuenta habiendo concluido el descanso.

Por último, es importante mencionar que el contexto juega un papel en la interpretación de los demás ante estos llamados. Por ejemplo, cuando hay excitación social estos llamados parecen no tener ningún tipo de información. Asimismo, golpetear en los árboles después del periodo de reposo se usa y se interpreta de otra manera. En este caso los demás sub-grupos golpetean en los árboles a manera de anunciar que continúan con su camino. No puede hablarse de este estudio como una evidencia contundente de que los chimpancés tengan un pensamiento simbólico, no obstante, puede considerarse como un ejemplo de que los animales comparten información y utilizan ciertas formas de comunicación que no están conectados de manera directa con el referente.

Una vez descrita la evidencia detengámonos en la definición de Boesch para el pensamiento simbólico. El símbolo en este contexto consiste de tres elementos: primero, como una disociación entre el referente y la señal que refiere a este; segundo, al uso generalizado de la señal en la ausencia de dicho referente; y, tercero, que la señal que se comunica tenga un contenido de información para el comportamiento inmediato del emisor y en consecuencia pueda modificar su conducta o la de los receptores. Tomando en consideración lo anterior, el autor sugiere que el sistema de comunicación de Brutus (el macho dominante de la comunidad) informa a los demás integrantes del grupo sobre eventos externos y que al compartir dicho código por el resto del grupo tiene un valor importante en el aspecto comunicativo. Esto se pudo observar al registrar que otros chimpancés de una comunidad distinta no reaccionaban de la misma manera ante los mismos llamados. También fue posible observar que uno de los sub-grupos, donde se encontraban solamente machos jóvenes, no pudo seguir el camino de los demás animales, quizá, por la falta de comprensión del llamado. Por tanto, ¿puede hablarse de un “código simbólico” compartido por, al menos, esta tropa de chimpancés? Y, en todo caso, ¿qué repercusión podrían tener estas evidencias en relación a la evolución del lenguaje humano?

Referencia

Boesch, C. (1991) Symbolic communication in wild chimpanzees? Human Evolution.

Vol. 6 N 1 pp. 81-90.

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2 comentarios en “Pensamiento simbólico en chimpancés”

  1. Excelente articulo, sin duda muchas capacidades cognitivas que pensamos exclusivas del hombre se encuentran presentes por lomenos en nuestros parientes chimpances, pero con la modificación del aparato fonador en humanos estas se expanden y se hacen más intangibles con el lenguaje de doble articulación, que así mismo considero es un arma peligrosa que crea identidades y motivan muchas conductas que van más alla de nuestra propia biología y nos hace homo demenes como en algún momento lo comentó Morín. Un abrazo.

  2. La lingüística estructuralista es antidarwinista desde su método y tal vez sin proponérselo. La doble articulación del lenguaje humano es uno de los tres rasgos que no están presentes en los sistemas de comunicación animal (junto a la prevaricación y la metalingüística) (Hockett, 1961). De hecho, el sistema de comunicación en lo primates es menos evolucionado que el de las abejas o la aves (Akmajjian y otros, 984). Desde la biología es inquietante, pero desde la lingüística muy complicado conectar la evolución.

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