La política comunista de unidad a toda costa

LA POLÍTICA COMUNISTA DE UNIDAD A TODA COSTA

Por Juan Campos Vega

Dos meses después de haberse producido la división en el Cuarto Consejo Nacional de la Confederación de Trabajadores de México (CTM), a fines de junio de 1937, el Partido Comunista Mexicano (PCM) reconoce, en el informe al pleno de su comité central, que esa decisión constituye un error y decide que sus integrantes retornen al seno de la confederación, seguidos de los sindicatos que los habían acompañado en su aventura —excepto el Sindicato Mexicano de Electricistas—, pero el daño ya estaba hecho: las dos posiciones que tenía el PCM en el comité nacional se pierden, y solamente se reincorpora Juan Gutiérrez, del Sindicato de Trabajadores Ferrocarrileros de la República Mexicana (STFRM), y con ello la correlación de fuerzas al interior del comité ejecutivo, cambia a favor de “Los Cinco Lobitos”, encabezados por Fidel Velázquez.

Informe al comité central del PCM, 26 de junio de 1937
Informe al comité central del PCM, 26 de junio de 1937

El regreso de los sindicatos que abandonaron el cuarto consejo, debido a la decisión del PCM, conocida como política de “Unidad a toda costa”, da pie a una nueva tergiversación de los hechos. Está muy difundida la falsa versión de que esa política le fue impuesta al PCM porque Vicente Lombardo Toledano le solicitó, por medio de una carta, su intervención al dirigente del Partido Comunista de Estados Unidos de América (PCUSA), Earl Browder, que también era integrante del buró político de la Internacional Comunista (IC).

Señalar que la solicitud fue hecha a Browder no es casual, ya que el dirigente del PCUSA no sólo apoya las políticas del presidente estadounidense, Franklin D. Roosevelt, en la lucha contra los nazis, lo cual es correcto, sino que aplica la tesis del frente popular más allá de lo debido: además de impulsar medidas reformistas durante varios años, en 1944 transforma al PCUSA en Asociación Política Comunista (APC-USA). Su política, calificada de frente-populismo extremo —bautizada como “browderismo”— es la razón oficial de su expulsión del PCUSA en 1946.

Las desviaciones de Browder son utilizadas para tratar de identificar la política de Lombardo con el “browderismo”, y deducir que la política de “Unidad a toda costa” asumida por el PCM, es responsabilidad del dirigente de la CTM. Un ejemplo de este tipo de interpretaciones tendenciosas, totalmente ajenas a la realidad, que pretende ignorar que la decisión de cambiar la línea política sectaria del PCM vino de la IC y no de Browder, es la siguiente:

Browder convenció al PCM de regresar a la CTM y a la alianza con Lombardo (con quien también tuvo pláticas) […] ambos, el Partido Comunista Mexicano y Vicente Lombardo Toledano, mandaron informes de la escisión al Partido Comunista de EE. UU., se publicó la versión de Lombardo y no la de los comunistas mexicanos en el Daily Worker (periódico del PC en EE.UU.), un procedimiento muy extraño […] Browder apoyó a Lombardo, y sometió a sus lineamientos al PCM [1].

Periódico del Partido Comunista de Estados Unidos
Periódico del Partido Comunista de Estados Unidos

Valentín Campa, en sus Memorias, también contribuye a difundir esa calumnia por medio de tres acciones; en primer lugar, cuando incluye la copia de la carta que supuestamente Lombardo dirige a Browder, en el anexo “Documentos”, le suprime el nombre del destinatario; en segundo lugar, encabeza la carta con una nota que señala que fue dirigida a “secretarios generales de varios partidos comunistas [2]”; en tercer lugar, incluye en el cuerpo de su libro, su versión, que “Browder escribió a la dirección del Partido Comunista Mexicano, anexando copia de una carta que le había dirigido Lombardo [3]”.

Campa, después de señalar que los que habían abandonado el cuarto consejo —a la que autocalifica de corriente democrática— actuaban desde el local del sindicato ferrocarrilero como organismo paralelo a la dirección de la CTM, plantea que esta “corriente democrática consideraba viable restablecer la unidad de la CTM, partiendo de que era la mayoría y su influencia en el movimiento sindical del país era cada vez mayor [4]”, y que la carta, enviada días después del cuarto consejo, reflejaba el reconocimiento de la difícil situación en que se encontraban Lombardo y Velázquez.

Pero los hechos, que siempre son más tercos que cualquier mentira o tergiversación, finalmente permiten conocer la realidad. La mencionada carta, en realidad está dirigida “Al Compañero Alejandro Losovsky, secretario general de la Internacional Sindical Roja” —de la cual Lombardo envió copia a diversos dirigentes comunistas—, y en ella se detallan los antecedentes inmediatos de la fundación de la CTM, el viaje de Lombardo a la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) y la conducta asumida por el PCM, particularmente sus principales errores y sus negativos resultados. La carta no puede reflejar algún “reconocimiento de la difícil situación”, porque fue enviada 15 días antes de la realización del cuarto consejo, y no después de que se había generado la división.

Por su parte, el informe al pleno del comité central del PCM, también es explícito en el análisis de la conducta de sus miembros, y reconoce que fue un grave error abandonar el cuarto consejo; además, explica que el buró político (BP) se había pronunciado por la permanencia de todas las delegaciones pero que fue impotente para convencerlas, que el buró es responsable en su conjunto de esa debilidad, pero que:

Debe señalarse el hecho de que la fracción comunista del consejo no funcionaba y de que los delegados comunistas no cumplieron la directiva del BP. Y más aún, que fue un delegado comunista el que precipitó el desenlace declarando en una asamblea de las delegaciones descontentas que la Convención del Sindicato de Trabajadores Ferrocarrileros había acordado retirar su delegación. La responsabilidad recae ante todo en los miembros del buró político que estaban presentes, en primer lugar el compañero Campa. Pero yo comparto esa responsabilidad, porque el compañero Campa me consultó por teléfono y me dejé convencer de que “era imposible volver al consejo [5]”.

De esa manera, con la indebida intervención del PCM en las decisiones de la CTM, se produjo, realmente, la primera división de la confederación, y los responsables de los negativos resultados obtenidos han tratado, durante décadas, de pasarle la factura de su comportamiento pequeño burgués, plagado de infantilismo izquierdista, a Vicente Lombardo Toledano.

Por esa razón, es importante recordar las posiciones de Lombardo ante el conflicto, expresadas durante el cuarto consejo; reflejan que tiene claro cuáles son los problemas de fondo que dan origen al enfrentamiento que lleva a la división. En su intervención en esa reunión expresa: “Los compañeros del Partido Comunista no han querido entender que la CTM es un frente único del proletariado, un frente general del proletariado y no una organización homogénea, no una organización coherente en cuanto a ideología, no una organización que deba obedecer a una opinión única y a una táctica única, y a una serie de disposiciones únicas”

Y rememora que al lado de otros colegas, desde el proceso que lleva a la creación de la CTM en 1936, insiste en que se incluya y se llame a todos los sectores, sin importar sus tendencias —excepto a aquellos francamente contrarios a la lucha de clases—  para que formen parte de la central unificadora del proletariado de México.

Afortunadamente, aunque con más de cuatro décadas de retraso, algunos de los documentos que dan fe de la conducta de cada uno de los personajes aludidos, y de los responsables de aplicar la política de “Unidad a toda costa” se han hecho públicos, y ponen a cada quien en el lugar que le corresponde.

[1] Francie R. Chassen de López, Lombardo Toledano y el movimiento obrero mexicano (1917/1940), p. 240.

[2] Valentín Campa, Mi testimonio. Memorias… op. cit., p. 339.

[3] Ibid., p. 131.

[4] Idem.

[5] Hernán Laborde, La política de… op. cit., p. 42.

X