Saberes sobre la evolución humana

Por Aura Ponce de León  y Bernardo Yáñez

Para comprender la evolución humana y la historia antigua de nuestra especie, la ciencia examina saberes de muy diverso signo. Se estudian datos geológicos, ambientales, hallazgos fósiles, arqueológicos, hipótesis sobre comportamientos y diversa información adicional con lo cual se hacen interpretaciones para ofrecer estampas de cómo, cuándo y por qué apareció nuestra especie, cuáles son sus características peculiares: conciencia, conducta moral, habilidades tecnológicas, lenguaje, por ejemplo. La manera en que cada interpretación articula estos saberes para presentar ese retrato tiene que ver con formas de razonamiento, prácticas científicas, tradiciones de pensamiento, influencias, énfasis, peso atribuido a las evidencias, intereses científicos e institucionales y muchos otros factores de ámbitos variados.

Cada disciplina va construyendo así aparatos conceptuales, métodos de estudio, modos de aproximación y otros filtros e instrumentos con los que interpreta su objeto de estudio. Conocer el origen e historia de tales instrumentos y saberes nos permite comprender mejor los contextos de discusión en los que se da cada debate o afirmación y con ello comprender mejor el significado de los mismos y su lugar y valor en el océano de información en que vivimos.

Piezas del mes.

En la biblioteca del Centro Lombardo existen numerosos libros relacionados con la conformación del pensamiento y saberes sobre evolución humana. En la Exposición Piezas del Mes de este mes tenemos el gusto de compartir con ustedes una muestra de esa parte del acervo a través de tres libros de la Biblioteca Mexicana de Historia y Filosofía de la Ciencia y la Tecnología.

El lugar de la humanidad en la naturaleza.

El primero de ellos es Debating humankind´s place in nature, 1860-2000: the nature of paleoanthropology, un libro de Richard G. Delisle, investigador de la historia de la ciencia, quien examina el avance del pensamiento sobre evolución humana desde que Thomas H. Huxley se preguntara sobre el lugar del hombre en la naturaleza. Señala: “Este libro argumenta enérgicamente contra cualquier impresión de que el campo de la paleoantropología es un área de investigación del Centro Lombardo no progresiva. Por el contrario, se verá que los paleoantropólogos se las han arreglado para resolver la mayor parte de los problemas primordiales que se han encontrado en la búsqueda por establecer el lugar de la humanidad en la naturaleza. Esto se ha realizado en menos de 150 años” (Delisle, p. 37).

Controversias sobre el registro fósil.

En el segundo texto, The fossil chronicles: how two controversial discoveries changed our view of human evolution, presentamos una reflexión sobre una de las principales fuentes de la constitución del saber dentro de la disciplina: la controversia. En este texto la paleoneuróloga Dean Falk examina el papel que tuvieron dos descubrimientos en ciertos cambios ocurridos dentro de las concepciones disciplinares: el niño de Taung y los restos fósiles de la Isla de Flores, que generaron grandes controversias entre los estudiosos de la evolución humana.

El estudio de los orígenes humanos.

El último texto es Studying human origins: disciplinary history and epistemology, de Raymond Corbey y Wil Roebroeks, quienes estudian aspectos de la historia disciplinar y la epistemología en el estudio de los orígenes humanos. En el Cap. 2 aparece el siguiente comentario del historiador Peter Bowler: “Hay muchos científicos, incluyendo algunos arqueólogos y paleoantropólogos, que desestiman la historia de sus disciplinas como irrelevantes a su trabajo. Como historiador, no necesariamente tengo por qué desafiar esta actitud, estoy interesado en el pasado por sí mismo, porque quiero saber cómo difiere del presente […] Al mismo tiempo, sin embargo, no negaré que algo de la fascinación surge de una convicción de que el pasado influencia el presente. La manera en que hacemos las cosas está modelada en parte por la vida social, cultural y científica del pasado” (P. J. Bowler, en Corbey & Roebroeks, p. 9).

El arte de Roberto Montenegro.

Aguafuerte “La Bruja” – Roberto Montenegro

Presentamos también, del acervo hemerográfico, el aguafuerte La bruja del artista jalisciense Roberto Montenegro. La pieza que exponemos aquí fue publicada en el suplemento número 43 del Órgano de la Confederación Regional Obrera Mexicana. En los primeros años del siglo xx, Montenegro estudió en la Academia de San Carlos en México. Posteriormente, desde 1905 y hasta finales de la segunda década del siglo, vivió y estudió en Madrid, París, México y Mallorca, después de lo cual regresó definitivamente al país. Artista de gran versatilidad, fue pintor, ilustrador, escenógrafo y muralista. Fue también un gran promotor del arte popular. En 1967, un año antes de su muerte, recibió el Premio Nacional de Artes. El Centro Lombardo Toledano colabora con algunas piezas de su acervo hemerográfico en la exposición del Museo del Palacio de Bellas Artes Roberto Montenegro. Expresiones del arte popular mexicano.

Invitamos a nuestros queridos amigos y estimados usuarios a acudir a esta magnífica biblioteca. Su acervo puede consultarse en:  http://200.78.223.179:8292/LOMBARDO

Sobre la biblioteca y las exposiciones de Piezas del Mes, hay información aquí:  https://www.centrolombardo.edu.mx/piezas-del-mes-la-biblioteca-del-centro/

área de investigación del Centro Lombardo y Personal Bibliotecario

Texto: A. Ponce de León y B. Yáñez / Diciembre de 2017 – enero de 2018


Delisle, Richard G., 2007, Debating humankind´s place in nature, 1860-2000: the nature of paleoanthropology, with introductory and concluding essays by Milford H. Wolpoff and Bernard Wood, New Jersey: Pearson Prentice Hall, xvi, 447 p.

Falk, Dean, 2011, The fossil chronicles: how two controversial discoveries changed our view of human evolution, Berkeley: University of California Press, xiv, 259 p.

Corbey, Raymond & Wil Roebroeks, 2001, Studying human origins: disciplinary history and epistemology, Amsterdam: Amsterdam University Press, viii, 174 p.

Montenegro, Roberto, 1928, “La bruja” (lámina) agua fuerte del artista Roberto Montenegro. En: Órgano de la Confederación Regional Obrera Mexicana (CROM), suplemento no. 43, enero 1º, pág. 49.

Los siete samuráis: bushidō, justicia, el valor del grupo, historia y mitología

Imagen de la película Los siete samuráis de Akira Kurosawa

El sentido de la vida en Los siete samuráis, su contexto histórico y el fin de una época

Uno de los principales temas que trata Los siete samuráis es el del sentido de la vida. Sus personajes, se enfrentan a encrucijadas propias de la cotidianidad de finales de la Edad Media japonesa, ofreciendo una visión sobre las razones por las que vivimos y que nos definen como personas. Esta problemática proporciona la oportunidad, a su vez, de narrar los problemas sociales de una de las épocas más convulsas de Japón: el periodo Sengoku.

Este periodo, que duró de 1467 a 1603, llegó a su fin gracias al shōgun Tokugawa Ieyasu, quien acabó con las guerras tribales entre los señores de la guerra, unificando Japón y reestructurando el orden social de los samuráis que, en última instancia, quedaron bajo el mando del shogunato. Hay que tener en cuenta que, además de su talento político y militar, Tokugawa consiguió el apoyo del pueblo llano, que estaba harto de ser víctima de constantes guerras civiles. Así dio comienzo el periodo Edo (1603-1868), que duró unos 250 años bajo el shogunato de los Tokugawa. Este época, es considerada como una de las más florecientes y pacíficas de la historia de Japón, aunque autoritaria.

Los siete samuráis, que se sitúa a finales del siglo XVI, retrata el fin del feudalismo japonés, justificando su ocaso en la violencia y desgobierno imperante. Alejada de la narrativa samurái que acontece en dōjōs, palacios y ambientes sofisticados, la temática de esta película se desarrolla en entornos humildes. Los samuráis protagonistas, son simples rōnin, guerreros, que tras quedar sin señor al perder en alguna batalla, viven como vagabundos buscando a quién servir. Al menos, este es el caso de Kanbei, el líder del grupo, tal y como confiesa en más de una ocasión.

Kanbei observando las tumbas de los samuráis
Kanbei y Shichiroji lamentándose ante las tumbas de sus compañeros.

Otro de los aspectos que en esta película refleja el fin de una época, es el presencia de armas de fuego, introducidas en Japón por los portugueses en 1543, y cuya proliferación, llegados 1560, se dejó notar con fuerza. Esto tuvo como consecuencia el inicio del fin de la guerra basada en el honor, del bushidō; y del declive del camino de la espada, del Kendō y de su antecesor el kenjutsu. De hecho, una cuestión notable de la película es que nunca se ve a quien dispara, mostrando de este modo el lado cruel de la guerra moderna, que sucede a distancia, sin honor, impersonal y fría. Y no es casualidad que uno de los personajes que muere bajo el fuego sea Kyuzu, el maestro de la katana, como una metáfora del fin de la guerra tradicional.

Un momento de la película que puede servir para hacernos entender que Kurosawa retrata el fin de una época, es el propio final. En él, se muestran las cuatro tumbas de los samuráis caídos. Una de ellas es la de Kyuzu, que simboliza el camino de la espada. Otra es la de Kikuchiyo, que representa al campesino que se convierte en samurái ­—algo que en el periodo Edo se hizo imposible ya que se estableció un estricto régimen de clases—. La siguiente tumba es la de Heihachi, que personifica la despreocupación de una clase que gozó de relativa libertad, algo con lo que terminó Tokugawa. El último samurái enterrado es Gorebei, que encarna la astucia del guerrero que comprende sus alternativas y recorre su propio camino, algo que se acabó con el carácter burocrático y estricto del periodo Edo.

El mismo Kanbei, que contempla las tumbas, afirma en esta escena que los perdedores son ellos mismos, y que los vencedores son los campesinos. Es en este momento cuando se podría entender que Kurosawa nos ofrece una metáfora que sirve para justificar el fin de los samuráis, como los causantes de su propio fin —algo que trataré de aclarar a continuación—.

Aspectos principales del sentido de la vida en Los siete samuráis

La supervivencia: Frente a propuestas audiovisuales contemporáneas en las que la supervivencia se aborda desde el egoísmo, la crueldad, la arrogancia y la pérdida de valores, lo que hace tan majestuosa a esta película es cómo la supervivencia se trata desde la humildad, desde el honor y la fraternidad. Es así cómo el sentido de la vida se entremezcla con una interpretación personal del bushidō, para hablarnos del bien, ofreciendo una crítica clave sobre el deber del samurái, del guerrero, en la defensa del pueblo. Es conveniente entender que la propia palabra samurái significa “el que sirve”, en este caso a un señor. Pero, como este señor debía a su vez garantizar la seguridad y bienestar del pueblo, podría decirse que, sirviendo a su señor, el samurái estaba en último extremo sirviendo al pueblo. Al menos esta era la lógica feudal vigente, que obviamente y en muchos de los casos, era negligente.

En esta película, los campesinos no tienen señor que los defienda, y es por esta razón que deciden contratar a varios samuráis para enfrentar a los bandidos que amenazan con saquear sus cosechas. La llegada de Kambei y sus compañeros, aunque es recibida con temor, supondrá la unión del pueblo y los samuráis ante la amenaza de los forajidos, adoptando una visión conjunta ante el problema, y sacrificando intereses personales por el bien del grupo. La bondad del altruismo frente al egoísmo, y la importancia del bien del grupo frente al protagonismo personal, son temas trasversales de la película. En cualquier caso, destacan las lecciones que Kanbei intenta que Kikuchiyo[2] entienda, en especial cuando éste abandona su puesto para emular a Kyuzu[3], quien con anterioridad se había adentrado en el bosque, matando a varios bandidos y arrebatándoles un mosquete:

—No hay nada heroico en el egoísmo que busca la gloria. La guerra no se pelea estando solo.

kikuchiyo sosteniendo al bebé huérfano.

Acto seguido y como premonición, muere Yohei, el campesino que se había quedado a cargo del puesto abandonando por Kikuchiyo, con quien además mantenía una amistad.

El ciclo de la vida: A este respecto, creo que la escena más relevante es la que recoge la muerte un anciano y su familia, dejando huérfano a un bebé. Aunque el contenido de esta escena también guarda relación con el punto anterior, la complejidad de la secuencia a nivel simbólico supera los meros aspectos de la supervivencia para adentrarse en la problemática del ciclo de la vida, no sólo a través de la tragedia que nos relata —la vida y la muerte—, sino por la presencia en ella de elementos como el fuego, el agua y la tierra. Incluso se podría llegar a interpretar que el aire está representado por el último suspiro que da la madre.

Del mismo modo, también adquiere un valor simbólico el espacio escénico: un río que discurre junto a un molino que arde. En sí, se podría entender el molino como un elemento técnico que garantiza una vida mejor, que muele el grano que es germen de vida, pero también es el hogar del anciano del pueblo, símbolo del saber popular y la tradición.

El molino arde, pero el río sigue discurriendo. Una tradición, una época, termina, pero la vida, como el río, sigue. Y lo hará de una forma curiosa: volviendo sobre sí misma, como enroscándose en un ciclo. Las palabras de Kikuchiyo, cuando se hace cargo del bebé, son muy claras a este respecto:

—este niño… soy yo—

Kikuchiyo y el bebé comparten las mismas circunstancias de nacimiento.

Finalmente, hay muchos otros elementos propios del ciclo de la vida representados en la película. Entre ellos destacan la propia existencia de los campesinos y los samuráis, la siembra y la cosecha del mijo y del arroz, el clima y las estaciones, las generaciones representadas, el amor, el aprendizaje, la madurez, el hambre y la abundancia; y, en resumen, la lucha por la vida con todas sus consecuencias.

El saber: Un valor muy interesante de la película es cómo se trata el camino del conocimiento, en el que el maestro cobra especial relevancia. En Los siete samuráis, el maestro está inicial y principalmente representado por Kanbei; luego, por el anciano y, de manera indirecta, por Kyuzu.

En todos los casos, además, se respeta la tradición japonesa, que está presente en la acción, como veremos seguidamente.

Respecto al camino de la espada, es muy recomendable la lectura de Musashi (1945), novela escrita por Eiji Yoshikawa[4], basada en el famoso samurái Miyamoto Musashi, quien fundó el arte de la espada conocido como Hyōhō Niten Ichi-ryū o Niten-ryū, y que escribió El libro de los cinco anillos (1645), sobre tácticas, estrategias y filosofía, que se sigue estudiando hoy en día[5].

En esta novela, se narra la vida de Miyamoto Musashi, conocido de joven como Shinmen Takezō. Musashi, que quedó huérfano a la edad de siete años, ya mostraba un carácter violento desde su niñez. Por esta razón, fue acogido por un tío suyo, sacerdote, que lo inició en las artes del guerrero. Pronto se vio involucrado en diversos duelos, matando a su primer oponente a la edad de 13 años, y decidió iniciar un peregrinaje para perfeccionar sus habilidades a través de numerosos combates, tanto en luchas individuales como en batallas.

Durante todo este periodo de su vida, Musashi se mantuvo aislado socialmente. Nunca se sometió a la voluntad de un señor ni del emperador, a pesar de la promesa de toda clase de prebendas. Vivió como un vagabundo y se dedicó exclusivamente a la búsqueda de la iluminación a través del Camino de la Espada, combate tras combate y aprendiendo de la propia naturaleza. En cualquier caso y a pesar de su aislamiento, Miyamoto conoció a grandes maestros que lo ayudaron a convertirse en uno de los mejores samuráis —probablemente el mejor— de la historia de Japón.

Se dice que nunca se peinó, tomó un baño, se casó, construyó una casa ni crió ningún hijo. (Musashi, M. 2017; p. 6)

Es fácil encontrar similitudes entre la vida de Musashi y los diversos samuráis del filme de Kurosawa. Musashi se parece a Kikuchiyu en su arrogancia, que nace de la ignorancia propia de la juventud. Musashi comparte con Kanbei el saber adquirido a través de la experiencia. Katsushirō nos permite comprender el camino que emprendían los jóvenes, como Musashi-Takezō, que deseaban no sólo instruirse en la técnica de la katana, sino encontrar un modelo del que aprender los valores del kendō y el bushidō. Aunque muchos de ellos no salían de su propio dōjō, era habitual que muchos peregrinaran en busca de enseñanzas de otras escuelas y maestros. Por último, cabe señalar que la escena de Kyuzu practicando con la katana bajo la lluvia, era algo propio del camino de la espada. El propio Musashi desarrolló gran parte de su técnica observando la naturaleza, entrenando en los bosques y bajo los elementos. Por esta razón, la escena de Kyuzu, que puede parecer mostrar una excentricidad del espadachín o una manera de escapar del estrés del momento, en realidad representa un aspecto fundamental de la cultura japonesa y del arte de la espada. Hay que entender que la filosofía en torno al samurái estaba muy influenciada por el sintoísmo y el budismo zen, que se refieren de manera constante a la naturaleza, a su equilibrio, a la vida y la muerte, y a la energía que subyace en todo ser vivo (ki o chi)[6]. Esto es algo que también se encuentra en el Taoísmo, y que es fuente de conocimiento para el Kung Fu y el Tai Chi.

Imagen del anciano Gisaku
El anciano Gisaku.

La última figura que representa el saber en Los siete samuráis es el anciano del pueblo. En el Japón mediaval, como en muchas otras culturas del pasado, y también en culturas indígenas actuales, el anciano o el consejo de ancianos solía regir la vida rural. Aquí, el anciano, Gisaku, que no es otra cosa que un campesino sin formación intelectual, es sabio gracias al paso de los años, sin negar sus capacidades innatas. Su sabiduría práctica se evidencia ya en la primera escena del filme, cuando aconseja contratar samuráis basándose en su experiencia del pasado. Es interesante que Gisaku muera al final de la película consumido por el fuego. Podría verse en ello una metáfora del cambio cultural y político que sufrió Japón con la llegada del periodo Edo, que desarrolló un gobierno que acabó con la relativa independencia de los feudos. En esta época, Tokugawa exigió a los samuráis ponerse al servicio del shogunato para desarrollar, principalmente, trabajos administrativos, obligando a todo samurái que no tuviera categoría aristocrática a abandonar las armas. Y aunque los campesinos, paradójicamente, lograron cierta autonomía, también fueron sometidos a un fuerte control burocrático. De hecho, aunque en el periodo Edo se produjo un gran crecimiento económico, cultural y artístico, también se impuso un estricto control social.

Bushidō y la reflexión de Kurosawa en Los siete samuráis

Retrato de Minamoto no Yoritomo (1193–1199). Atribuido a Fujiwara Takanobu.

El desarrollo del bushidō está íntimamente ligado a la existencia de los samuráis. En un principio los samuráis eran simples guerreros sin un estatus noble, al servicio de los clanes y del emperador. Este tipo de guerreros, que ya existían durante el periodo Asuka (538-710) y Nara (710-794), adquirieron especial protagonismo en el periodo Heian (794-1185), cuando tras varias rebeliones y batallas entre clanes, lograron vencer a la aristocracia a la que habían servido con anterioridad. Entonces, Minamoto no Yoritomo se convirtió en Sei’i-taishōgunshōgun (general o comandante de los ejércitos al servicio del emperador), y constituyó a los samuráis como clase, dando inicio al periodo Kamakura (1185-1333). Fue entonces cuando parece que el bushidō emergió con fuerza, como un sistema de creencias necesario para controlar a los samuráis, un código que garantizara la existencia de cierta moral y lealtad entre esta clase de guerreros y sus señores[7].

El término “bushido” (武士道?) se traduce habitualmente como “el camino del guerrero”, y su definición fue variando a lo largo del tiempo, influido por el Budismo, el Confucianismo, el Zen y el Shintoísmo, hasta convertirse en el código que conocemos hoy. Del budismo, el bushidō adopta una concepción estoica de la existencia con la aceptación de la muerte como realidad ineludible. Del confucianismo asume las virtudes de la lealtad y de la compasión que están a la base de la superioridad moral. Del Zen, la búsqueda de la perfección. Y, finalmente, el shintoísmo otorgó al bushidō los valores éticos de afinidad y amor por todas las cosas vivas, y una profunda enseñanza de la lealtad hacia el señor.

El bushidō pone énfasis en siete principios: el 義 Gi: Justicia basada en las decisiones correctas, el 勇 Yu: Coraje, el 仁 Jin: Benevolencia, el 礼 Rei: Respeto, cortesía, el 誠 Makoto: Honestidad, sinceridad absoluta, el 名誉「名譽」Meiyo: Honor, y el 忠義 Chuugi: Lealtad[8].

La última adaptación del bushidō tuvo lugar en el periodo Meiji (1868-1912), cuando el emperador deseaba ofrecer una visión amable de Japón a Occidente. Tal adaptación resultó un tanto paradójica, pues fue en esa misma época cuando se abolió la clase samurái y se dio fin al shogunato.

Kurosawa, Los siete samuráis y el bushidō

Teniendo en cuenta el significado de la palabra samurái (el que sirve), y los siete principios del bushidō, parece que Kurosawa intenta hacer un alegato sobre la verdadera virtud del guerrero, como alguien que se pone a servicio del pueblo, en vez de buscar el favor de la clase poderosa.

En mi opinión, Kurosawa hace una valoración positiva en esta película de los guerreros que defienden al débil por encima de quienes lo sacrifican. Algo pertinente después de la Segunda Guerra Mundial[9], cuando muchos soldados japoneses fueron sacrificados por defender el ideario del bushidō. Este se sabía extendido ampliamente en el ejército, siendo asumido y defendido por los mandos, que pertenecían mayoritariamente a la aristocracia, y que encontraron en este código una interpretación exacerbada del camino del guerrero. Hay que tener en cuenta, además, que en la Segunda Guerra Mundial no sólo se sacrificó al ejército, sino también al propio pueblo.

Kikuchiyo llevando los pertrechos samuráis a Kambei. Encabeza el grupo Yohei.

Resulta interesante observar que, en Los siete samuráis, los bandidos portan la vestimenta propia de un ejército, y que los dos jefes de la banda, visten armaduras que normalmente se reservaban para los mandos samuráis. Este importante detalle de la película no es un error, sino que sirve para entender algo que sucedió en Japón durante las innumerables guerras civiles que sangraron el país antes de la llegada del periodo Edo. Cuando los diferentes señores se enfrentaban, con sus respectivos ejércitos de samuráis, el bando que perdía, se veía obligado a abandonar sus tierras y llevar una vida fugitiva. Esto era algo usual. Y era una de las razones que llevaba a los campesinos a perseguir y aniquilar a los perdedores de las batallas, por pillaje y en venganza por los sufrimientos de la guerra; y, en cierto sentido, como medida de precaución. Esto último puede servir para entender la indignación de Kanbei y el resto de samuráis cuando Kikuchiyu lleva los pertrechos de los samuráis que ocultaban los campesinos. Es aquí cuando Kanbei, ante la estupefacción de Kikuchiyu dice:

—Alguien que jamás haya sido perseguido no lo puede entender.

Lo bien cierto es que en la versión traducida al castellano no se acaba de comprender el alcance de estas palabras. En la versión inglesa se entiende un poco mejor. Aquí, Shichiroji le dice a Kikuchiyu que esas armaduras son de samuráis perdedores, y Kanbei matiza:

—Samuráis perdedores, cazados por lanzas de bambú—

De esta manera, se profundiza en la tragedia de los samuráis perdedores, que eran cazados por los campesinos. Algo que también aparece, por cierto, en las narraciones sobre las experiencias del propio Musashi.

Pero la escena no acaba aquí. Tras las palabras de Kanbei, Kikuchiyu reacciona con rabia y les echa en cara, a él y a los demás, el que los campesinos sean así por culpa de los samuráis. Y no parece faltarle la razón si tenemos en cuenta la acción de la película y el contexto histórico. Hay que comprender que los campesinos tenían razones para odiar a los samuráis, pues estos tenían total impunidad para actuar sobre las clases más bajas. Lo habitual era que no hubiera consecuencias de ningún tipo si un samurái abusaba e incluso asesinaba a un campesino. Su palabra era más que suficiente, algo que por otra parte también sucedía en la Europa medieval. Es aquí, en mi opinión, donde Kurosawa confronta la idea de un bushidō de carácter moral y popular frente a un bushidō de carácter egoísta y aristocrático.

Akira Kurosawa (1910-1998).

El sentido de la vida del samurái, lo que justificaba su existencia, era cumplir los preceptos del bushidō. Eso es cierto. Sin embargo, este código establece disposiciones como la lealtad y el honor, que podían servir para anestesiar otros mandatos como la justicia basada en las decisiones correctas y la benevolencia. Pero esto, también podía funcionar en sentido contrario. Así que, en el fondo, el bushidō no dejaba de encerrar ciertas contradicciones. En este sentido, los samuráis del filme podían haberse negado a ayudar a lo campesinos para perseguir mayores ambiciones, justificándose en el propio código. Por tanto, no es un simple código lo que les empuja a tomar las decisiones que determinan su futuro, sino, en mayor o menor grado, su propio sentido moral.

Me gustaría matizar que este punto, al igual que el artículo en general, se refiere a Los siete samuráis, no a toda la cinematografía de Kurosawa. En otras películas de samuráis del autor no vamos a encontrar esta reflexión de un modo tan evidente, puede incluso estar inexistente. Así que sería equivocado atribuirle a Kurosawa una ideología sobre el bushidō teniendo en cuenta sólo este filme.

El valor del grupo en Los siete samuráis

Otro de los aspectos fundamentales de la película, respecto al sentido de la vida, es el que se refiere a las relaciones personales y a la colaboración en grupo de campesinos y samuráis.

El valor de la amistad

En esta película, se retrata de una manera prodigiosa el valor de la amistad. Aquí destaca la vieja relación entre Kanbei y Shichiroji, o las nuevas amistades que se establecen, como cuando Gorobei le dice a Kanbei que se une a él no por la naturaleza de la misión sino por la simpatía que despierta su amistad. Otra amistad significativa es la que se fragua entre Kikuchiyo y Yohei, o la que surge por la simpatía que Gorebei siente hacia Heihachi. O la hermosa amistad —quiero creer—, no exenta de comprensión y compasión, que surge entre Kikuchiyu y el resto de samuráis. En otro orden de cosas figura la devoción que Katsushirō siente hacia Kanbei y Kyuzu. Y por último, es necesario mencionar el amor representado por Katsushiro y Shino, el amor propio de la juventud, inmaduro y díscolo, enfrentado a los miedos de un padre que afronta la situación imponiendo su autoridad con violencia.

La unión hace la fuerza

El filme de Kurosawa encierra otros valores dignos de resaltarse, en particular: la necesidad de unirse para alcanzar eficazmente un objetivo. Los campesinos y los samuráis deben unirse para vencer a los bandidos. Cada uno de ellos ha de hacerlo en la medida de sus posibilidades; pero, sobre todo, con ánimo fraterno.

—Ésta es la naturaleza de la guerra: Protegiendo a otros, te salvas a ti mismo. Si sólo piensas en ti mismo, te destruyes a ti mismo

Esto es lo que dice Kanbei Shimada en la película cuando, para hacer frente a los bandidos, decide abandonar a su suerte dos granjas y un molino situadas a las afueras del pueblo. Aunque para ser justos, hay que decir que los campesinos afectados no aceptan con alegría la decisión de Kanbei, y que intentan revelarse. Sin embargo, este episodio que muestra una reacción dentro de lo que cabría esperarse, es la excepción. En la película, todos colaborarán, lucharán y se sacrificarán por los demás. Y eso es lo que les permite vencer a un grupo de bandidos preparados para la guerra. Es más, durante las batallas, tanto samuráis como campesinos sangran y mueren unos junto a los otros, como iguales. Y al final, tanto campesinos como samuráis comparten todo lo que tienen.

El protagonismo del grupo

Imagen del manuscrito de la Odisea de Homero.

A modo de conclusión, Los siete samuráis redefine el mito del héroe en el tratamiento del grupo: el protagonismo no corresponde a un individuo, sino a un grupo integrado por distintos individuos que interactúan para generar un cuerpo consistente capaz de superarse a sí mismo. El todo, en suma, es más que las partes que lo integran.

No es que no existan ejemplos de este tipo de tratamiento en la mitología. Lo que sucede es que predomina la narrativa en la que el camino del héroe se hace en solitario. Es más, aunque el protagonismo del grupo ya aparece en un relato tan antiguo como La Odisea (siglo VIII a. C.), en realidad, este grupo pivota en torno a Ulises, cuyo camino es el principal —los demás son sus acompañantes—. En Los siete samuráis, sin embargo, no se podría decir, en absoluto, que la película trate sobre Kanbei, aunque evidentemente sea el líder indiscutido. Ésa es la diferencia con Ulises.

Así, Los siete samuráis redefine el camino del héroe para mostrar no el triunfo de la individualidad, sino del grupo, sumándose así a producciones como: El Señor de los Anillos (2001-2003), Los Goonies (1985), Los siete magníficos (1960) (remake destacable de Los siete samuráis), Los vengadores (2012-2018), La Guerra de las Galaxias (1977-2017) y Harry Potter (2001-2011)[10][4]. No son muchas las películas que reparten el protagonismo entre sus personajes, y sin embargo, estas películas suelen tener una gran repercusión en el público. Quizás esto sea así porque vivimos conectados a los demás. Y, aunque tengamos nuestras preferencias, éstas se dan dentro de un grupo. Es posible que ésa sea la razón de que nos sintamos identificados con este tipo de historias.

Por último, y en relación a lo dicho, es importante señalar que la conexión de los personajes en Los siete samuráis se desarrolla en un ambiente de humildad, de fraternidad, de aceptación, de sacrificio, de esfuerzo, de justicia y de honor. ¿No es de esto de lo que trata precisamente el bushidō? Al menos, parece una buena manera de darle sentido a la vida.

Si te interesa saber más, puedes escuchar el podcast “Los siete samuráis: Análisis histórico, antropológico y cultural”, realizado para ¡Qué significa esta película?, seleccionando aquí.

Bibliografía y recursos audiovisuales:

Campbell, J. (1959). El héroe de las mil caras. Psicoanálisis del mito. México: Fondo de Cultura Económica.

Ikegami, E. (2012). La domesticación del samurái: el individualismo honorífico y la construcción del Japón moderno. México; Barcelona: Universidad Nacional Autónoma de México, Facultad de Ciencias Políticas y Sociales; Anthropos.

Musashi, M. (1945). El libro de los cinco anillos. Colombia. Cuba: Digitado por Henry Binerfa Castellanos Camaguey. Recuperado el 14 de enero de 2017 de https://karateyalgomas.files.wordpress.com/2014/07/ellibrodelos5anillos.pdf 

Sanmartín Cava, L. M., Sanmartín-Cava, J. F., Plá, Á., y Villegas, A. (2017). El Señor de los Anillos: análisis antropológico, político y mitológico. ¡Qué significa esta película? España / México: Vertiente Crítica. Recuperado el 20 de mayo de 2017 de https://www.ivoox.com/senor-anillos-analisis-antropologico-politico-audios-mp3_rf_18485472_1.html

Yamamoto, T. (2005). Bushido: El camino del samurai. Editorial Paidotribo.

NOTAS:

[1] La introducción presenta a todos los personajes protagonistas, incluyendo a Shino, la campesina de la que se enamorará Katsushirō, el joven al que le falta todavía experiencia para ser, en el sentido estricto del término, un samurái.

[2] Kikuchiyo es un joven de origen campesino que quiere convertirse en un verdadero samurái. Tiene un carácter iracundo y se mezcla a menudo en trances divertidos.

[3] Kyuzu es un samurái maestro habilidoso en el arte de matar con la espada que sólo persigue perfeccionar su estilo de combate.

[4] Cfr. asimismo el manga Vagabond (1998-actualidad) realizado por Takehiko Inoue, basado en esta misma novela.

[5] Es el análogo japonés del texto chino de Sun-Tzu titulado El arte de la guerra.

[6] Cfr. en este mismo blog la entrada de Jacinto Choza Elaboración de la noción de espíritu. La noción china de Qi (https://proyectoscio.ucv.es/actualidad/la-revelacion-originaria-la-religion-de-la-edad-de-los-metales-iii/).

[7] De todos modos, es posible que existieran antecedentes de este código ya desde el periodo Heian e incluso antes.

[8] En cualquier caso y según parece, el bushidō asumido por los samuráis cuando los señores dominaban Japón, no era tan honorable como el que normalmente se retrata en el cine.

[9] Hay que recordar que esta película se estrena en 1954, 9 años después del fin de la Segunda Guerra Mundial.

[10] Todas estas películas mantienen un protagonismo repartido en mayor o menor grado, entre las que destaca El Señor de los Anillos, no sólo porque el protagonismo está diluido, sino porque incluso su propio protagonista falla, y la victoria se consigue gracias al grupo: a Sam y a todos los demás. A este respecto, se puede escuchar este podcast: El Señor de los Anillos: análisis antropológico, político y mitológico

 


II Congreso Internacional sobre Pensamiento Evolucionista, Intencionalidad y Evolución: El Impacto Humano sobre la Biodiversidad. Hacia los Veinticinco años de Ludus Vitalis

Tenemos el placer de compartir los vídeos de las conferencias realizadas en el marco del II Congreso Internacional sobre Pensamiento Evolucionista, Intencionalidad y Evolución: El Impacto Humano sobre la Biodiversidad. Hacia los Veinticinco años de Ludus Vitalis, organizado por la Universidad Veracruzana, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y el Centro de Estudios Filosóficos, Políticos y Sociales Vicente Lombardo Toledano. En esta ocasión, se contó con la intervención de Jorge Martínez Contreras, Raúl Gutiérrez Lombardo, Ernesto Rodríguez Luna, Antonio Diéguez Lucena, Vicente Claramonte, Rodolfo Dirzo Minjarez, Michel Bourdeau, José Luis Vera Cortés, Aura Ponce de León, Paola Hernández Chávez, Alba Pérez Ruiz, Jonatan García Campos, Saúl Sarabia López, Alba Pérez Ruiz, Lourdes Ramírez Argonza, Ricardo Noguera Solano, M. de los Ángeles Cancino Rodezno, Jaime Fisher y Salazar, Rosaura Ruiz Gutiérrez, Rodolfo Dirzo Minjarez, Juan Manuel Rodríguez Caso, João Quartim de Moraes, Manuel Martínez Morales, Víctor Alcaraz Romero, Evodia Silva Rivera, Rosaura Citlalli López Binnqüist, Paulina Cruz Castañeda, Porfirio Carrillo Castilla, Pablo Lorenzano, Alma N. Vega, Víctor Hugo Valdovinos Pérez, Juan Carlos López Acosta, María Cristina Mac Swiney González, Iliana Romero Vargas y M. de los Ángeles Cancino Rodezno

Sesión de la mañana del 29 de noviembre

09:00-09:30 Inauguración
09:30-10:30 Homenaje inaugural Homenaje a Jean Gayon
por Jorge Martínez Contreras – Universidad Autónoma Metropolitana, México. Raúl Gutiérrez Lombardo – Centro de Estudios Filosóficos, Políticos y Sociales Vicente Lombardo Toledano-SEP, México. Michel Bourdeau – Institut d’histoire et de philosophie des sciences et des techniques, Paris 1.
Coordina: Ernesto Rodríguez Luna – Universidad Veracruzana, México.
Etología e intencionalidad
Coordina: Jonatan García Campos – Universidad Juárez del Estado de Durango, México
10:30-11:00 Ponencia La intencionalidad animal; los etólogos ilustrados y su revisión en el siglo XIX.
Michel Bourdeau – Institut d’histoire et de philosophie des sciences et des techniques, Paris 1. Jorge Martínez Contreras – Universidad Autónoma Metropolitana, México.
11:00-11:30 Ponencia Intencionalidad en primates no humanos
Alba Pérez Ruiz – Centro de Estudios Filosóficos, Políticos y Sociales Vicente Lombardo Toledano-SEP, México.
11:30-12:00 Ponencia Contribución al debate sobre la categoría “finalidad” o “teleología” y otras afines en el contexto de la Filosofía de la Biología
Vicente Claramonte – Universidad de Valencia, España.
12:30-14:00 Mesa redonda Homenaje a la revista Ludus Vitalis hacia los 25 años de su fundación
Coordina: Michel Bourdeau (Francia). Presenta: Raúl Gutiérrez Lombardo (México).
Comentan: Antonio Diéguez Lucena (España) y Porfirio Carrillo Castilla (México)

Sesión de la tarde del 29 de noviembre

Intencionalidad y neurociencias
Coordina: Antonio Diéguez Lucena – Universidad de Málaga, España.
16:00-16:30 Ponencia Epistemología evolucionista; una aproximación desde el darwinismo neural
Jaime Fisher y Salazar- Universidad Veracruzana, México.
16:30-17:00 Ponencia ¿Cómo entender la intencionalidad en la neurociencia?
Paola Hernández Chávez – Centro de Estudios Filosóficos, Políticos y Sociales Vicente Lombardo Toledano-SEP, México.
17:00-17:30 Ponencia ¿Alberga el cráneo moderno una mente intencional de la edad de piedra?
Jonatan García Campos y Saúl Sarabia López – Universidad Juárez del Estado de Durango, México.
17:30-18:00 Ponencia Arqueología e intencionalidad
Aura Ponce de León – Centro de Estudios Filosóficos, Políticos y Sociales Vicente Lombardo Toledano-SEP, México.
18:30-19:30 Conferencia magistral: Historia y futuro de la biología evolutiva
Rosaura Ruiz Gutiérrez Universidad Nacional Autónoma de México.
Coordina: Ernesto Rodríguez Luna Universidad Veracruzana, México.

Sesión de la mañana del 30 de noviembre

9:00-10:00 Conferencia magistral: El antropoceno
Rodolfo Dirzo Minjarez – Standford University, EEUU.
Coordina: Paola Hernández Chávez – Centro de Estudios Filosóficos, Políticos y Sociales Vicente Lombardo Toledano-SEP, México.
Antropomorfismo e intencionalidad
Coordina: Juan Manuel Rodríguez Caso – Universidad Nacional Autónoma de México
10:30-11:00 Ponencia La intencionalidad y la epistemología naturalizada
Antonio Diéguez Lucena – Universidad de Málaga, España.
11:00-11:30 Ponencia La invención de lo humano
José Luis Vera Cortés – Escuela Nacional de Antropología e Historia, México.
11:30-12:00 Ponencia Intencionalidad: marxismo y evolucionismo
João Quartim de Moraes – Universidad Estatal de Campinas, Brasil.
12:00-12:30 Ponencia La visión científico técnica del mundo y su divulgación
Manuel Martínez Morales – Universidad Veracruzana, México.
12:30-14:00 Mesa magistral ¿Existe la intencionalidad en las acciones humanas?
Víctor Alcaraz Romero – Universidad Veracruzana, México. Emilio Ribes Iñesta – Universidad Veracruzana, México.
Coordina: Raúl Gutiérrez – Lombardo Centro de Estudios Filosóficos, Políticos y Sociales Vicente Lombardo Toledano-SEP, México.

Sesión de la tarde del 30 de noviembre

Cultura/natura
Coordina: Aura Ponce de León – Centro de Estudios Filosóficos, Políticos y Sociales Vicente Lombardo Toledano–SEP, México.
17:00-17:30 Los conocimientos no científicos de la diversidad biológica
Evodia Silva Rivera y Rosaura Citlalli López Binnqüist – Universidad Veracruzana, México.
17:30-18:00 Las sociedades científicas y la comunicación del conocimiento.
El reto actual: la alfabetización científica crítica
María Cristina Díaz González y Noé Velázquez Rosas – Universidad Veracruzana, México.
18:00-18:30 Biocultura: un punto de inflexión para la biología y la antropología
Juan Manuel Rodríguez Caso y Paulina Cruz Castañeda – Universidad Nacional Autónoma de México.
18:30-19:00La naturaleza como percepción humana
Ernesto Rodríguez Luna – Universidad Veracruzana, México.

Sesión del 1 de diciembre

09:00-10:00 Conferencia magistral La evolución cultural y los Derechos Humanos
Raúl Gutiérrez Lombardo – Centro de Estudios Filosóficos, Políticos y Sociales Vicente Lombardo Toledano-SEP, México.
Coordina: Domingo Canales Espinosa – Universidad Veracruzana, México.
Sesión: Biología e intencionalidad
Coordina: Porfirio Carrillo Castilla – Universidad Veracruzana, México
10:00-10:30 Ponencia Genética e intencionalidad
Pablo Lorenzano – Universidad Nacional de Quilmes, Argentina.
10:30-11:00 Ponencia El problema de la intencionalidad y su interpretación en los contextos funerarios.
Alma N. Vega y Víctor Hugo Valdovinos Pérez – Universidad Nacional Autónoma de México.
11:00-11:30 Ponencia Ecología en el antropoceno: retos y oportunidades
Juan Carlos López Acosta, María Cristina Mac Swiney González e Iliana Romero Vargas – Universidad Veracruzana, México.
11:30-12:00 Ponencia Antropomorfismo y antropocentrismo: ¿la ley de más fuerte?
Lourdes Ramírez Argonza y Jorge Martínez ContrerasUniversidad Autónoma Metropolitana, México.
12:00-12:30 Ponencia El trato digno en la propuesta de ley general de biodiversidad
Ricardo Noguera Solano y M. de los Ángeles Cancino RodeznoUniversidad Nacional Autónoma de México.
13:00-13:30 Clausura Hacia el tercer congreso sobre pensamiento evolucionista

Fabián Timoteo de Jesús Rodríguez Dobles, 1918 -1997

Fotografía de Fabián Dobles en color

Por el Mtro. Josep Francesc Sanmartín Cava en colaboración con los Servicios Bibliotecarios del Centro de Estudios Filosóficos, Políticos y Sociales Vicente Lombardo Toledano.

Fabián Timoteo de Jesús Rodríguez Dobles, conocido como Fabián Dobles, nació el 17 de enero de 1918, en San Antonio de Belén, Heredia (Costa Rica); y falleció el 22 de marzo de 1997, en San José. Fue un destacado abogado, editor, escritor, periodista y poeta.

Estudió primaria en la escuela de Atenas en Alajuela, luego pasó al Colegio Seminario y terminó la secundaria en el Liceo de Costa Rica, donde años después impartiría la asignatura de inglés (1958-1960). Aunque Fabián Dobles cursó derecho en la Universidad de Costa Rica, ejerció poco. Apenas destaca el trabajo que realizó para la sección legal del patronato Nacional de la Infancia en 1936, y labor posterior en la sección de ahorros y subsidios de la Caja Costarricense de Seguro Social.

Comenzó su carrera como escritor publicando poesía en un periódico estudiantil y en la revista Repertorio Americano de Joaquín García Monge. Aunque sería en la prosa, en la narración, donde alcanzaría el mayor reconocimiento. Entre sus obras más destacadas se encuentran Ese que llaman pueblo (1942), Una burbuja en el limbo (1946), en El sitio de las abras (1950) e Historias de Tata Mundo (1955).

Como literato, a Fabián Dobles se le asocia a la generación del 40, junto con intelectuales de la talla de Carlos Luis Fallas, Joaquín Gutiérrez, Aquileo Echevarría, Carmen Lyra y Anacristina Rossi. Junto a ellos, participó en numerosas actividades que denunciaban las injusticias sociales de Costa Rica, que se daban principalmente en el campo, lo que dio origen a diversos movimientos sociales de carácter popular que reivindicaban una reforma agraria. Esto le llevó a ingresar en el Partido Comunista Costarricense en 1943, que ese mismo año cambió su nombre por Vanguardia Popular. A causa de su militancia acabaría en prisión.

Tras salir de la cárcel, Fabián Dobles pasó a trabajar en la Agencia de Prensa Nóvosti, soviética, lo que le sirvió para ser corresponsal de la agencia cubana Prensa Latina. También fue corrector y editor. A este respecto, destaca la labor que ejerció como miembro del consejo directivo y jefe de producción de la editorial Costa Rica.

Por último, también destaca su presidencia al frente del Instituto Cultural Costarricense-Soviético.

Recordamos al autor con tres de sus poesías y una dedicatoria al Mtro. Vicente Lombardo Toledano.

LA ESPERA
Te hemos estado esperando.
Yo, y el agua y el reloj.
Yo, la fruta y el silencio.
El agua para que encuentres tu forma pura de arpegio.
El reloj para que mires tu corazón hecho tiempo.
La fruta, madura ya, porque vayas al encuentro de tu sabor, que esta de su corazón pendiendo.
Y el silencio te ha esperado, porque yo soy el silencio.

 

LA LIRALADA
Sonetina
Sol tú lo sed, contina, larilada,
gulfa de sol seroco, balpalura,
en munos olcipiedos altagura,
muerde si vid, y vid si tu en tu fada.
Muerco e lo vil, meramo, casi nada,
de li y de lamprisuza ferazura,
loralunca silpada ni emprecura,
porque almohasida de neser timada.
Nora cotún te encuentre, que encolodre
el nun al munde en sa se si se suto,
y enconsidre tu alquífero panodre,
como la soz que muece a soz y acuto
tu sinfúlfica hiel ya xin poluto,
en tu poluto azul yo me acimodre.

 

LA CAROLA
Del melón colorán capacerola
con la lonja ferón ferín desliza
la tetrafulca que descocoliza
mastarán masatrando la pirola.
¡No hay más tren que lalí laló y lalola!
porque aprieta la pata de tu tiza
y te amarilda el continenteriza
por orden de la pérfida carola.
Entonces ¿para qué larinlarinca
sin plumas ni oriflama en la espelunca
cuando se pierde el catapín tapinca?
Que desde allí vendrá quien deje el nunca
la carcajada que por más tretrunca
¡para siempre será vinca pervinca¡

Obra:

Dobles, Fabián. Ese que se llama pueblo. San José de Costa Rica: Letras Nacionales, 1942.

“Para Lombardo Toledano, cordialmente, (Rúbrica del autor). Costa Rica, 1942”.

Obra ubicada en el acervo histórico: “Dedicatorias a Vicente Lombardo Toledano” de la biblioteca del Centro de Estudios Vicente Lombardo Toledano.

Link del catálogo en línea: http://200.78.223.179:8292/LOMBARDO
Correo electrónico: bibliolomb@hotmail.com

Obras

  • Ese que llaman pueblo, novela, Talleres Gráficos Trejos Hermanos, San José, 1942
  • Aguas turbias, novela, Editorial Letras Nacionales, San José, 1943
  • Tú, voz de sombra, poesía, Editorial Letras Nacionales, San José, 1945
  • Una burbuja en el limbo, novela, Editorial L’Atélier, San José, 1946
  • La rescoldera, cuento, Editorial L’Atélier, San José, 1947
  • Verdad del agua y del viento, poesía, Editorial del Ministerio de Educación Pública, Guatemala, 1949
  • El sitio de las abras, novela, Editorial del Ministerio de Educación Pública, Guatemala, 1950
  • Antes que nada, cuento, 1952
  • Historias de Tata Mundo, 25 cuentos, Talleres Gráficos Trejos Hermanos, San José, 1955
  • El jaspe, cuento, Editorial Aurora Social, San José, 1956
  • El maijú y otras historias, Talleres Gráficos Trejos Hermanos, San José, 1957
  • El targuá, cuentos, 1960
  • Los leños vivientes, novela, Editorial Costa Rica, 1962
  • Yerbamar, sonetos, con Mario Picado, Tormo, San José, 1965
  • La Barrilete, teatro, 1965
  • El violín y la chatarra, cuentos, Presbere, San Jos 1966
  • En el San Juan hay tiburón, novela, Editorial L’Atélier, San José, 1967
  • Cuentos de Fabián Dobles, Editorial Universitaria Centroamericana, San José, 1971
  • Cuentos escogidos, Editorial Educativa Costarricense, 1982
  • La pesadilla y otros cuentos, Editorial Costa Rica, 1984
  • El abuelo cuentacuentos, 1987
  • Los años pequeños días, novela, Editorial Costa Rica, 1989
  • Obras completas, tomos 1-5, Editorial de la Universidad de Costa Rica, 1993
  • “¡Alerta Ustedes!”, 1993

Rubens Íscaro, 1913 – 1993

RUBENS  ÍSCARO, 1913 – 1993

Por Emilio García Bonilla

Rubens Libertario Íscaro nació en la Ciudad Nueve de Julio, provincia de Buenos Aires, Argentina, el 28 de octubre de 1913, y falleció en Buenos Aires el 14 de enero de 1993.

Participó en la huelga general de 1936 ya como dirigente del sindicato de la construcción. Encabezó la Federación Obrera Nacional de la Construcción, que llegó a ser la segunda organización más importante de Argentina. También fue dirigente de la Unión Obrera de la Construcción Regional Argentina (UOCRA) y miembro del comité central de la Confederación General del Trabajo, figurando en el plano internacional como miembro del comité ejecutivo de la Federación Sindical Mundial.

De oficio albañil, su temprana afiliación al Partido Comunista y su formación autodidacta hicieron de él un prolífico escritor, principalmente sobre temas sindicales. Entre sus publicaciones más importantes están: Historia del Movimiento Sindical, Origen y desarrollo del movimiento sindical argentino (1958), Un argentino en Vietnam (1965), América Latina en marcha (1967), Los trabajadores y el nuevo gobierno (1973), e Historia de la Federación Sindical Mundial (1983).

En 1983 fue postulado por el Partido Comunista como candidato a la presidencia de la República, siendo la primera vez que un candidato comunista realizó una gira por el país.

Compartimos la dedicatoria al Mtro. Vicente Lombardo Toledano, en una de las obras de Rubens Íscaro:

Rubens Íscaro. Origen y desarrollo del movimiento sindical argentino. Buenos Aires: Anteo, 1958.

Al compañero Vicente Lombardo Toledano dedico fraternalmente. (Firma) Rubens Ïscaro 25 / 6 / 58 (1958)

Obra ubicada en el acervo histórico: “Dedicatorias a Vicente Lombardo Toledano” de la biblioteca del Centro de Estudios Vicente Lombardo Toledano.

Link del catálogo en línea: http://200.78.223.179:8292/LOMBARDO

Correo electrónico: bibliolomb@hotmail.com

Galvarino Gallardo Nieto, 1877 – 1957

GALVARINO GALLARDO NIETO, 1877 – 1957

Por Emilio García Bonilla

Nació el 30 de agosto de 1877 en Talca, Chile, y falleció en Cartagena, Chile, el 13 de enero de 1957. Fue abogado, escritor, periodista y político.

Realizó sus estudios en el Instituto Nacional y en la Universidad de Chile, titulándose como abogado, profesión que ejerció llegando a ser un prestigioso criminalista. En 1909 fue nombrado visitador de los consulados chilenos en Europa y Estados Unidos, lo que le permitió recorrer gran parte del mundo.

Desde joven se dedicó al periodismo colaborando en diversos diarios y revistas, destacándose como redactor de El Ferrocarril y responsable de temas internacionales en El Mercurio de Santiago. Publicó varios libros sobre estudios jurídicos y de relaciones internacionales.

Entre 1918 y 1921 fue diputado por el Partido Radical, y en el mandato del presidente Arturo Alessandri ocupó los ministerios de Hacienda y Relaciones Exteriores, entre 1922 y 1924. En 1927 salió desterrado de su país radicándose en Buenos Aires, desde donde inició una campaña periodística contra el gobierno chileno. Fue alcalde de Cartagena y de Santiago.

Las dedicatorias en las obras de Galvarino, al Mtro. Vicente Lombardo Toledano:

Galvarino Gallardo Nieto. Panamericanismo. Santiago de Chile: Imprenta Nascimento, 1941.

 Al señor don Vicente Lombardo Toledano, muy atentamente, (firma) Galvarino Gallardo Nieto. Santiago, Octubre 1942-Calle Agustinas-540-

Galvarino Gallardo Nieto. La Conferencia de Río de Janeiro, enero de 1942. Santiago de Chile, Imprenta Nascimiento, 1942.

Al Sr. Don Vicente Lombardo Toledano, muy atentamente. (firma) Galvarino Gallardo Nieto, <Santiago, octubre 1942 – Calle Agustinas –   540.-

Obras ubicadas en el acervo histórico: “Dedicatorias a Vicente Lombardo Toledano” de la biblioteca del Centro de Estudios Vicente Lombardo Toledano.

Link del catálogo en línea: http://200.78.223.179:8292/LOMBARDO

Correo electrónico: bibliolomb@hotmail.com

Víctor Manuel Gutiérrez, 1922 – 1966

VÍCTOR MANUEL GUITÉRREZ, 1922 – 1966

Por Emilio García Bonilla

Víctor Manuel Gutiérrez Garbín nació en Santa Rosa, Guatemala, el 10 de enero de 1922. Fue líder sindical, docente, escritor y político.

Maestro de profesión, fue el principal líder obrero de su país entre los años 1944-1954, dirigiendo la Confederación General de Trabajadores de Guatemala, llegando a ser miembro del consejo general de la Federación Sindical Mundial. Militó en el Partido Comunista de Guatemala, siendo miembro de su comité central desde 1952. Después adoptó el nombre de Partido Guatemalteco del Trabajo, por el que fue electo diputado al Congreso Nacional.

Luego del golpe de Estado de 1954 que derrocó al gobierno democrático de Jacobo Árbenz, sufrió la persecución, la prisión y el exilio, refugiándose en México, donde fue protegido por Vicente Lombardo Toledano, presidente de la Confederación de Trabajadores de América Latina (CTAL), organismo del que Gutiérrez era secretario.

Finalmente, el 3 de marzo de 1966 en la ciudad de Guatemala, en una operación orquestada por los servicios de inteligencia de los Estados Unidos, fue apresado junto a otros dirigentes del Partido Guatemalteco del Trabajo. Fue asesinado tres días después, luego de sufrir crueles torturas.

Víctor Manuel Gutiérrez fue amigo personal de Vicente Lombardo Toledano, en su casa, hoy Centro de Estudios, contrajo matrimonio. Prueba de esa amistad son los cuatro libros de su autoría con dedicatorias al Maestro Lombardo Toledano:

Víctor Manuel Gutiérrez G. Lecciones elementales de filosofía. México: Veracruz, 1962.

Para el Lic. Vicente Lombardo Toledano y Sra., con la estimación de (Rúbrica) V. Manuel.

Víctor Manuel Gutiérrez G. Guatemala contra Ydigoras. Guatemala: [s.n.], 1962.

Para el C. Vicente Lombardo Toledano, con nuestro agradecimiento por su valiosa ayuda a la causa del pueblo de Guatemala (firma) V. Manuel Gutiérrez G.

Víctor Manuel Gutiérrez G. Rasgos históricos del movimiento sindical latinoamericano. México: [s.n.], 1963.

Para el C. Vicente Lombardo Toledano, con la estimación fraternal de (Rúbrica) VM

Víctor Manuel Gutiérrez G. Breve historia del movimiento sindical de Guatemala. México: [s.n.], 1964.

Para el C. Vicente Lombardo Toledano, buen amigo de nuestro pueblo, fraternalmente, (Rúbrica) V. Manuel

Obras ubicadas en el acervo histórico: “Dedicatorias a Vicente Lombardo Toledano” de la biblioteca del Centro de Estudios Vicente Lombardo Toledano.

Link del catálogo en línea: http://200.78.223.179:8292/LOMBARDO

Correo electrónico: bibliolomb@hotmail.com

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