¿Qué son las ciencias cognitivas?

¿Qué son las ciencias cognitivas?

Paola Hernández, Juan González, Jonatan García

Qué son las ciencias cognitivas, qué temas estudia, cuál el estado actual de la cuestión en el mundo y, particularmente, en nuestro contexto iberoamericano, son los asuntos que aborda el libro Las Ciencias Cognitivas: una constelación en expansión (2012). Compartimos con ustedes a continuación la Introducción a dicho libro con el propósito de dar una mirada panorámica a algunos de los enigmas que se plantean en las ciencias cognitivas.

Aunque en el mundo hispano todavía mucha gente pregunta perpleja lo que es la cognición o las ciencias cognitivas, también es cierto que dichos términos han empezado a perder su hermetismo exótico al penetrar paulatina pero inexorablemente, desde hace unos diez años, en el sector académico e inclusive en el vocabulario de los ciudadanos instruidos. En años recientes ha habido un crecimiento exponencial de seminarios, talleres, coloquios, congresos, redes de investigación, programas educativos y publicaciones, no sólo en México y España, sino también en otros países hispanohablantes como Costa Rica, Colombia, Chile y Argentina. A pesar de ello, comparándonos con el resto del mundo industrializado, empezando por Estados Unidos, buena parte de Europa occidental y Japón —donde el estudio de la cognición es una realidad institucionalizada desde hace décadas— podemos decir que en Iberoamérica aún estamos en un tímido estado embrionario.

Esta antología de ninguna manera pretende exponer el estado actual de las ciencias cognitivas en Iberoamérica, de hecho, ninguno de los trabajos hace un recuento de cómo se incorporaron las ciencias cognitivas en el mundo iberoamericano, incluso hemos incluido trabajos publicados fuera de esta región que ilustran algunas de las discusiones más fructíferas y controvertidas de la filosofía y las ciencias cognitivas del mundo actual. Lo que este libro sí muestra es un ejercicio de cómo se están haciendo las ciencias cognitivas en esta parte del mundo y cómo estamos dialogando con teóricos de otras regiones.

 Ciencias Cognitivas: una constelación en expansión.
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Las Ciencias Cognitivas:
una constelación en expansión.

La presente obra pretende contribuir al desarrollo de la filosofía y las ciencias cognitivas de dos maneras: 1) a través de la reflexión y de la investigación empírica ancladas principalmente en un contexto hispano, y 2) a través de nuestra inserción en un macro-contexto internacional, que nos invita y obliga a participar en una discusión colectiva y contemporánea en ciencias cognitivas, donde tenemos interlocutores y estándares de primerísimo nivel, que buscan generar conocimiento de punta y de alta calidad en el campo que nos atañe.

Por otro lado, esta obra aspira a ser un buen ejemplo de lo que se puede esperar de una obra colectiva en ciencias cognitivas, a saber, una mirada interdisciplinar sobre problemas o temas ya consagrados en el campo de la cognición. Así, aunque la mayor parte de los artículos de este libro gravitan en torno a la filosofía, también encontramos contribuciones provenientes de las neurociencias, la psicología, la etología y la inteligencia artificial, que son los pilares que constituyen el núcleo duro de las ciencias cognitivas.

Como el lector podrá apreciar, el libro contiene trabajos que muestran cómo el estudio de la cognición actualmente se caracteriza por su alejamiento de posturas como las que planteaban una división disciplinar entre las ciencias empíricas y las teorizaciones de la filosofía, o entre la psicología y las neurociencias, o bien algunas distinciones similares que en el fondo dependían de la idea de que existe una separación entre el mundo externo y objetivo, por un lado, y la mente y el mundo subjetivo por el otro. En este sentido, los artículos que constituyen este libro colectivo difícilmente pueden etiquetarse como trabajos pertenecientes a una disciplina específica, como psicología, neurología, filosofía, etc. Si nos distanciamos de las separaciones disciplinares es posible construir un conocimiento interconectado, constituido no a partir del escrutinio estrecho y acotado de una disciplina particular, sino de un acercamiento a la cognición en tanto fenómeno global.

La imposibilidad de hacer separaciones tajantes entre las distintas disciplinas que componen a las ciencias cognitivas hace patente que los artículos aquí presentados no pueden ser ordenados a partir de una sola lógica. El lector advertirá cómo un trabajo dedicado a un tópico particular se conecta con otros de diversas maneras, ya sea porque comparten un mismo objeto de estudio, o porque comparten los métodos y técnicas para acercarse a objetos de estudio distintos.

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Edouard Machery

Uno de los temas más controvertidos en ciencias cognitivas es aquel dedicado a la arquitectura de la mente. El trabajo de Edouard Machery, con el que iniciamos esta antología, “Modularidad masiva y evolución del cerebro”, es una respuesta a aquellas críticas que, apoyadas en los estudios sobre la evolución del cerebro, intentan socavar la hipótesis de la modularidad masiva. Un representante de estas críticas es Steve Quartz, quien se basó en hallazgos que parecen contradecir la tesis de la modularidad masiva de la cognición humana, por ejemplo, la relación alométrica entre el volumen de la mayoría de las grandes regiones del cerebro (neocórtex, tálamo, etc.) y el volumen del cerebro completo, lo cual llevaría a pensar que la evolución del neocórtex se dio de manera concertada y no en mosaico. El autor refuta el argumento de Quartz y ofrece evidencia alternativa de que la selección natural sí actuó en los sistemas neocorticales por separado. Arguye que, aunque concediéramos que el volumen del neocórtex humano evolucionó de manera concertada, otros aspectos del neocórtex pudieron haber evolucionado en mosaico, lo cual es una condición necesaria para la modularidad masiva.

Por otro lado, Elisabeth Pacherie parte de explicaciones filosóficas que se han ofrecido para dar cuenta de las acciones compartidas con el objetivo de captar aquello que hace que las acciones conjuntas sean intencionalmente conjuntas. En “Encuadrando la acción conjunta”, la autora discute primero dos de las principales explicaciones de las intenciones compartidas, propuestas por Michael Bratman y Margaret Gilbert. Argumenta que la explicación de Gilbert impone más normatividad a las intenciones compartidas de la que es estrictamente necesaria, y que la explicación de Bratman requiere demasiada sofisticación cognitiva por parte de los agentes. Enseguida, la autora se enfoca en la teoría de la agencia de equipo desarrollada por los economistas, y se concentra en la versión de Michael Bacharach de la teoría de la agencia de equipo, de acuerdo con la cual, la agencia compartida es una cuestión de razonamiento de equipo que depende de la identificación con el grupo, misma que es el resultado de procesos de ‘autoencuadre’. La autora ofrece así el camino hacia una explicación de la intención compartida que esté menos cargada normativamente y que sea menos demandante cognitivamente.

El trabajo “Inteligencia y robótica corporizada”, de Bruno Lara y Jorge Hermosillo, que se inserta en el contexto de la inteligencia artificial, rechaza la cognición como resultado de un procesamiento lineal y unidireccional de información. Dentro de los nuevos paradigmas y escuelas de pensamiento en las ciencias cognitivas, Lara y Hermosillo se adhieren a aquéllas que insisten en que una condición necesaria para la inteligencia es que los agentes se desarrollen dentro de un medio ambiente. Es sólo a través de la interacción sensorio-motriz del agente con su entorno que se desarrollan las capacidades cognitivas que conocemos, nos dicen los autores. Por ello, continúan, ahora los robots o agentes artificiales autónomos se han convertido en una pieza clave para tratar de desentrañar el misterio que encierra la inteligencia natural, y son al mismo tiempo candidatos ideales en la búsqueda de inteligencia artificial. La investigación presentada en este trabajo está enmarcada en lo que ahora se conoce como ‘robótica corporizada’ y consiste en presentar algunos resultados seleccionados de las investigaciones que los autores han hecho para tratar de acercarse a agentes artificiales autónomos con signos de inteligencia y que representan la base de la producción de comportamiento coherente.

Por su parte, el trabajo de Juan C. González, “El amor en los tiempos de las ciencias cognitivas”, se inscribe en una perspectiva decididamente interdisciplinar y contemporánea al abordar un tema de relevancia psicosocial, el amor, que puede ser estudiado empírica y conceptualmente en el marco del ‘giro cognitivo’ que dio la filosofía en la segunda mitad del siglo XX. El autor pretende demostrar cómo el análisis del amor puede beneficiarse con las aportaciones teóricas y empíricas de las ciencias cognitivas y las humanidades, donde la psicología, la ética, la epistemología y la teoría social y de sistemas son especialmente relevantes. Para ello, González adopta una postura a la que llama ‘ecológica’, la cual toma en cuenta la dimensión individual y social del amor, donde éste es considerado como una emoción compleja y, simultáneamente, sensible a la racionalidad, existencialmente satisfactoria, socialmente viable y éticamente aceptable.

Esta publicación incluye un segundo trabajo de Edouard Machery, en donde el autor estudia el uso de las psicopatologías del desarrollo que buscan identificar los componentes de la arquitectura cognitiva típica. Tal uso ha sido duramente criticado, entre otros, por la neuropsicóloga Annette Karmiloff-Smith, quien ha defendido que los hallazgos en los patrones de discapacidad y conservación de capacidades cognitivas en personas con psicopatologías de desarrollo no nos dicen nada acerca de la arquitectura cognitiva típica, crítica que se aplicaría también a aquellos que intentan sustentar la hipótesis de modularidad masiva de la psicología evolucionista con base en psicopatologías del desarrollo. En su escrito, Machery argumenta que, además de ser errónea la reconstrucción de la modularidad masiva de Karmiloff-Smith, las numerosas disociaciones que resultan de psicopatologías del desarrollo sí pueden ser utilizadas para identificar sistemas, lo cual muestra que la arquitectura cognitiva típica es florida, exactamente como postula la hipótesis de modularidad masiva.

Ernst Walter Mayr (1904- 2005)
Ernst Walter Mayr (1904- 2005)

Siguiendo la temática de la arquitectura cognitiva, Paola Hernández Chávez incorpora en su contribución “Evaluando algunos supuestos evolutivos en teorías modulares de la mente”, una distinción entre causas próximas y causas últimas, proveniente de Aristóteles y posteriormente reformulada por otros teóricos como Ernst Mayr. La autora examina versiones de las teorías modulares que conciben a los módulos como productos de la selección natural. Después de ofrecer varias críticas a estas versiones modulares, Hernández muestra cómo ciertos estudios sobre el desarrollo cognitivo son relevantes para entender la arquitectura de la mente. De este modo, Hernández argumenta que aspectos como el desarrollo ontogenético y el medio ambiente deben ser tomados en cuenta para caracterizar una noción de módulo, que es recogida en la propuesta que la autora denomina “hipótesis de plasticidad en la respuesta funcional al medio ambiente debida a la modularización estructural” o resumida como “hipótesis modular de la plasticidad de respuesta al medio ambiente” (HMPRM). Su propuesta puede verse como una explicación fundada en causas próximas, en contraste con las teorías modulares en las que las fuerzas evolutivas juegan el papel de causas últimas.

Una propuesta que también se interesa en los aspectos evolutivos de la cognición es la teoría dual del procesamiento (TDP). Esta teoría es analizada en el trabajo “Algunas observaciones (de carácter neuroanatómico, filogenético y ontogenético) a la teoría dual de procesamiento”, de Jonatan García Campos. El objetivo del autor es llamar la atención sobre el aporte que distintas áreas de las ciencias cognitivas ofrecen para una reformulación de la TDP. García plantea que algunos supuestos, concernientes sobre todo a la relación entre los dos sistemas de razonamiento (S1 y S2), son controversiales a la luz de consideraciones neuroanatómicas, filogenéticas y ontogenéticas. Una de las ideas que se discuten es que algunos procesos de S2 se llevan a cabo en áreas que parecen más antiguas filogenéticamente hablando, aun cuando S2 se supone que es un sistema moderno. Otra de las ideas que se exploran aquí es cómo los estudios neurocientíficos parecen contradecir las explicaciones ofrecidas por los psicólogos del razonamiento. Cabe destacar que el artículo no pretende abolir la TDP, o defender alguna de sus versiones, sino llevarnos a considerar nuevas vías para mejorar su argumentación y librarla de postulados arbitrarios que sí representan un problema en su formulación.

Además del razonamiento, la toma de decisiones es un tópico recurrente para los psicólogos cognitivos y los neurocientíficos. El trabajo “Tomar la decisión entre ‘disparar’ o ‘no disparar’ activa la corteza prefrontal ventrolateral derecha en un estudio con RMf”, de Alejandra Rosales y colaboradores, es un artículo técnico de neurociencias, cuyo objetivo es presentar la investigación sobre la respuesta de defensa que tuvieron diversos sujetos ante imágenes de amenaza hacia sí mismos y hacia un tercero, junto con su correlato cerebral con imágenes obtenidas por resonancia magnética funcional (RMf). Diecinueve sujetos masculinos decidieron con un botón entre ‘disparar’ o ‘no disparar’ a imágenes proyectadas sobre una pantalla en la “tarea de reactividad emocional” (TREM). Activaciones generalizadas en los dos hemisferios, especialmente en la corteza frontal y el giro fusiforme, se encontraron al considerar ambas decisiones. La comparación entre ‘disparar’ y ‘no disparar’ resultó en activaciones significativas en el giro frontal inferior derecho (BA 45/47) correspondiente a la corteza ventrolateral prefrontal. Los autores concluyen que estos resultados a la vez refuerzan la idea de que el área ventrolateral prefrontal juega un papel importante en el control de la emoción y señalan la relevancia de las tareas que demandan una respuesta explícita y rápida ante imágenes directamente amenazantes y de amenaza a otro.

Siguiendo con el uso de recursos neurocientíficos para el estudio de fenómenos cognitivos particulares, en el artículo “No miramos para ver, miramos para actuar: una aproximación mínimamente representacionalista al estudio de la atención visual”, Jaume Rosselló Mir revisa algunas hipótesis canónicamente representacionalistas de la atención que ha ofrecido el cognitivismo simbólico. Tales modelos de la atención se han centrado en el análisis de los elementos que intervienen en la secuencia que va de lo sensorial a lo motor, sus relaciones causales y sus jerarquías, esquema que es completamente ajeno a lo que sabemos hoy del funcionamiento del cerebro humano. En su lugar, el autor destaca aquellas alternativas al estudio de la atención visual que son mínimamente representacionalistas, no dualistas, y más congruentes con la psicología experimental y las neurociencias.

Por su parte, el artículo “El rol del saber no proposicional en la explicación de la acción”, de Jean-Philippe Jazé, incursiona en el terreno de la fenomenología a través de dos autores poco apreciados por las ciencias cognitivas de corte clásico: Martin Heidegger y Maurice Merleau-Ponty. Jazé presenta una refrescante perspectiva que incorpora aspectos que el cognitivismo clásico ha dejado fuera en su teorización sobre la acción, como son el papel que juega el cuerpo en la percepción, la temporalidad de la acción y las dimensiones emotiva y social. El texto también incluye una breve crítica a las concepciones clásicas del contenido intencional y de la acción como el resultado consciente y deliberado de un proceso de decisión por parte del individuo. La perspectiva que nos muestra Jazé corrige así ciertos ‘olvidos’ y excesos por parte del cartesianismo y del reduccionismo que sigue incidiendo, de una forma u otra, en nuestros análisis filosóficos y científicos de la acción.

Frans de Waal (Países Bajos)
Frans de Waal (Países Bajos)

El trabajo de Alba Pérez Ruiz titulado “El concepto de agresión. Una mirada psicoanalítica”, explora el desarrollo que ha tenido el concepto de agresión en la corriente psicoanalítica conocida como la Escuela Americana, comparándolo con la etología cognitiva impulsada por los trabajos de Frans de Waal. La autora reconoce que si bien explícitamente los representantes de la Escuela Americana buscan apoyar sus posturas con propuestas particulares en biología, existen diferencias importantes entre estos trabajos. Una de estas diferencias, por ejemplo, es aquella que Pérez Ruiz señala entre los fundamentos epistemológicos que se encuentran detrás de la etología y aquellos que se encuentran detrás del psicoanálisis, pues mientras en los primeros hay un deseo por restringir los estudios de la agresión a la descripción de patrones conductuales con relación al ambiente y sus posibles orígenes evolutivos, en los segundos se pretende ir más allá de la descripción de conductas para comprender el funcionamiento mismo del aparato psíquico.

Al igual que sucede en otros tópicos abordados en este libro, en una encrucijada entre diversos tipos de estudios se encuentran aquellos dedicados a la percepción del tiempo. Un análisis naturalizado, sobre todo apoyado en las ciencias cognitivas y de corte fenomenológico, es ofrecido por Melina Gastélum en su trabajo “La percepción del tiempo en la conciencia”. En su contribución, Gastélum defiende que la percepción del tiempo puede verse como un objeto más de la percepción, pero que, sin embargo, es de un tipo especial, pues atraviesa todos los demás sentidos. Esta posición recuerda a la postura de Husserl, según la cual toda actividad mental depende de la temporalidad. Además, el componente fenomenológico no se limita a la postura anterior, sino que con él la autora también intenta dar cuenta de cómo es que los sujetos percibimos de manera distinta el tiempo, dependiendo del contexto del que formemos parte.

Por último, en “La imaginación musical desde una aproximación corporeizada”, Ximena González Grandón defiende que la imaginación musical debe ser entendida como una actividad ideomotora y sensorimotora que re-presenta uno o varios sonidos al emular o simular subjetivamente una experiencia de tal o tales sonidos. En dicho trabajo, la autora se aleja de la postura tradicional de la ciencias cognitivas, en las cuales se hace una distinción entre el mundo externo y la mente como entidades claramente independientes. En su lugar, González Grandón explora proyectos enactivos en ciencias cognitivas aplicándolos a la imaginación, la cual es entendida como el re-presentarse en posibles acontecimientos con distintos grados de complejidad por medio de la interacción con el medio ambiente. Estos proyectos, como la autora lo señala, se fundan en una visión corporeizada de la mente, la propuesta enactiva de Francisco Varela y las herramientas de las neurociencias cognitivas, la fenomenología y la psicología cognitiva.

Una vez que hemos presentado las ideas centrales de los trabajos aquí vertidos, deseamos insistir en que para responder a los grandes problemas en torno a la cognición es necesario echar mano de una gran cantidad de información pertinente, de aquella que nos ofrecen las ciencias computacionales, las neurociencias, las teorías de los sistemas complejos, la filosofía, la fenomenología, la psicología, la biología, entre muchas otras áreas de conocimiento que nos permitan explicar los fenómenos cognitivos de una manera integral y heterogénea.

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