Podcast Poder y Mitología

mosaico de Alejandro Magno

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El mito de Isis y Osiris en relación al poder y la mitología.

La razón por la cual he elegido este mito es porque, en mi opinión, es una narración que ilustra muy bien la idea de la restauración de la unidad perdida, tan importante en política para justificar el poder establecido, que cuando es justo es reunitivo, crea comunidad. La palabra política proviene del griego, polys, que significa lo múltiple, lo plural. De modo que la política es la ciencia que logra reunir lo que es plural o disperso. Palabra que tiene su contrapuesto en otra: Apolo, que significa “lo que no tiene multiplicida”, a-polys. Por ello, cuando uno dice que es apolítico está diciendo que es como el dios Apolo, como mínimo, o como Polifemo, el cíclope.

Dado que la política es el arte de reunir lo que es múltiple, creo que podemos acudir al mito de Isis y Osiris, pues este relato muestra claramente cómo la sabiduría de Isis es la que permite la reunión de lo disperso, que es el propio cuerpo de Osiris. En resumen, Osiris era considerado el rey bueno de Egipto, pues gracias a él el pueblo egipcio conoció las artes para cultivar la tierra y las fases del Nilo, entre otras muchas cosas. Pero su hermano Seth, que era el dios del desierto, lo envidiaba, y por ello elaboró una trampa para destronar a Osiris. La trampa consistió en fabricar un sarcófago cuyas medidas eran las del cuerpo de Osiris. En un banquete de los dioses, Seth puso el sarcófago en medio de la sala a modo de juego para que todos los presentes entraran en él. Quien cupiese perfectamente, se llevaría el sarcófago como premio. Es evidente que el premio se lo llevó Osiris, claramente. De modo que encerró a Osiris en el sarcófago y lo lanzó al Nilo, donde alcanzó el mar.

Isis salió en busca de su marido y lo encontró en Biblios, donde, habían usado su sarcófago para hacer una columna. Tras usar su astucia, Isis logró que le devolvieran el sarcófago y volvió a Egipto. Pero Seth encontró de nuevo el sarcófago y descuartizó el cuerpo de Osiris en catorce partes, que quedaron repartidas por todo Egipto. Según algunas versiones del mito, por ejemplo, la de Plutarco, Horus, el hijo de Osiris e Isis, nació antes de que Seth descuartizara a su padre. Pero otras dicen que nació tras la reunión del cuerpo que realizó Isis, buscando cada pedazo por todo Egipto.

Gracias a la sabiduría de Isis, pudo recomponerse el cuerpo de Osiris y devolverlo a la vida. Después, Osiris instruyó a Horus para que estuviera preparado y pudiera enfrentarse a su tío, Seth, al que acabó venciendo gracias a las enseñanzas de sus padres. Pero Horus no logró consumar su venganza, pues Isis, con misericordia, perdonó a Seth y no permitió que Horus lo matara.

La enseñanza que se puede extraer del mito es que para lograr la unidad política y legitimar el poder hay que ser astuto y sabio, como Isis, fuerte, como Horus, y bondadoso, como Osiris. De hecho, la fuente de la Unidad es la bondad de Osiris, como puede verse. Así, la fuente de la legitimidad política en el Antiguo Egipto era el bien que proporcionaba la monarquía egipcia siguiendo la sabiduría política de este mito.

En la diosa Isis podemos ver, pues, la sabiduría de la unidad política, que necesita de la bondad y de la fuerza para poder consagrar la unidad de lo disperso. Por cierto, hay que mencionar que Plutarco identifica a Isis con Atenea, que era la diosa de Atenas, cuna de la democracia.

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